Amnistía para la Oficina de Artes Escénicas
«Si el presidente se ha dejado muchos pelos en la gatera para amnistiar a Junqueras o intentarlo con Puigdemont, cómo no va a amnistiar a una modesta Oficina de Artes Escénicas»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su hermano David. | Ilustración: Alejandra Svriz
Quien puede lo más puede lo menos. Quien pudo amnistiar golpistas, como pago imprescindible para forjar una mayoría transaccional para su investidura como presidente del Gobierno, puede perdonar a su propia familia por esos pequeños contratiempos destapados a destiempo con el propósito de amargar al presidente las mieles del cargo. Quien pudo promover que el Tribunal Constitucional se encargara de limpiar el honor mancillado por las sentencias de los ERE de ilustres compañeros de partido condenados, porque hay mucho lawfare y mucha derecha entre los jueces, puede ocuparse de hacer desaparecer aquellos casos que nunca debieron existir y que, contra toda lógica, investigan a la familia presidencial y a esos allegados tan suyos como su fiscal general imputado. Quien pudo reformar el delito de malversación en beneficio de otros puede ajustar alguna que otra malversacioncilla familiar, muy menor, en beneficio propio. Porque quien pudo indultar a otros puede indultarse a sí mismo. Quien, con su presidencial mirada, ve cómo hay leyes que le estorban puede derogarlas. Porque quien pudo lo más puede lo menos. Y lo menos es que no haya caso en todos aquellos casos en los que el ministro de Justicia lleva diciendo que no hay caso desde el minuto uno. Algo sabrá de leyes un ministro que acumula tantas y tan excelsas carteras.
Si el ministro Bolaños dice que no hay caso, pues no hay caso, y habrá que garantizar por todos los medios que no haya caso. Habrá que hacerlo, además, de forma urgente. Por eso es imprescindible que el procedimiento sea el de la proposición de ley y no el proyecto de ley orgánica. No tendría ningún sentido perder el preciado tiempo de la inmaculada familia en sesudos informes jurídicos sólo preocupados por encontrar indicios de inconstitucionalidad, por ejemplo, en el pequeño detalle de que vaya a quedar sin efecto el artículo 125 de la Constitución. Aunque así fuera, es sólo un artículo en una Constitución plagada de artículos, y no conviene magnificar. Además, la reforma que se propone no prohíbe la acción popular, sólo la hace prácticamente inviable para evitar así los abusos que hoy padecen personas tan indefensas como Begoña Gómez y David Sánchez… Por no hablar del muy indefenso Álvaro García Ortiz.
Es inaceptable, por ejemplo, que gracias a «una sarta sin control de mensajes en X» quien más quien menos ha podido ver algún fragmento de la hilarante declaración del imputado David Sánchez Pérez-Castejón ante el juzgado de instrucción número 3 de Badajoz. Algunos listos se han apresurado a interpretar la declaración de David en su literalidad, como si no hubiera más cera que la que arde. Eso mismo hicieron con los inefables vídeos de Begoña Gómez.
«Quien pudo amnistiar golpistas, como pago imprescindible para forjar una mayoría transaccional para su investidura como presidente del Gobierno, puede perdonar a su propia familia»
Sobran los listos. O alguno de esos listos ha logrado monetizar su presunta listeza al 1% de lo conseguido por David o Begoña. No, ¿verdad? Pues ahí acaba la risa. Además, ¿hay mayor elogio a la ciudad de Badajoz que el ofrecido por David en su respuesta a la juez?: «A mí me gusta la zona del Alentejo (Portugal); de Badajoz, desconocimiento absoluto». Cualquier pacense que no esté cegado por el sectarismo de extrema derecha sabrá conmoverse ante un elogio tan sutil a su ciudad. Alguien que reconoce su «desconocimiento absoluto» de Badajoz, declara al oír el nombre de la ciudad extremeña cómo le evoca al Alentejo. Aún más, en una demostración de elevados conocimientos geográficos, David nos aclara que el Alentejo está en Portugal.
No ofreció el hermano del presidente tantos datos a la juez sobre la Oficina de Artes Escénicas que dirige porque las preguntas del insistente interrogatorio sólo buscaban ponerle en apuros. Una Oficina de Artes Escénicas, lógicamente, tiene que ocuparse de las artes escénicas. Y eso lo contestó David con meridiana claridad, y con voz y gestos indistinguibles a los que nos regala su presidencial hermano. De qué iba a ocuparse esa oficina, si no. Y si, quizá, la susodicha oficina se ocupó poco o nada de las artes escénicas pacenses, pues habrá que amnistiarla. Sin dilación. Si el presidente se ha dejado muchos pelos en la gatera para amnistiar a Junqueras o intentarlo con Puigdemont, cómo no va a amnistiar a una modesta Oficina de Artes Escénicas cuando se demuestra necesario.
El problema no es la oficina sino la «sarta sin control de mensajes de X» que han troceado la declaración de David Sánchez para desprestigiarle a él y dañar al presidente. Estamos ante una demostración adicional de lo necesario que es prohibir la red social de ese ultraderechista que es Elon Musk si queremos cuidar la verdadera democracia. Ojalá que en el trámite de enmiendas de la proposición de ley que volatiliza la acción popular pueda incluirse alguna transaccional para luchar contra Elon Musk y el ultraderechismo de X que nos acecha. Es urgente porque «Franco puede volver». Nos lo ha advertido el presidente del Gobierno y buena información seguro que tiene.