THE OBJECTIVE
Daniel Capó

El momento neroniano

«La pregunta no es ya si Europa puede ser protagonista de la Historia, sino si aún tenemos el valor de intentarlo o si preferimos rendirnos antes de ser derrotados»

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El momento neroniano

'Nerón en Baiae', por Jan Styka.

La historia es un continuo que se rompe en un instante. Es la noche de Belén y es el mediodía en el Gólgota. Es Churchill decidiendo resistir hasta el final tras Dunkerque y es el horror atómico en Hiroshima y Nagasaki de 1945. Es 1918 con la destrucción del imperio de los Habsburgo y es el otoño de 1989 cuando la Europa del Este recupera su libertad. Es el 11 de septiembre de 2001 iniciando el siglo XXI con el atentado de las Torres Gemelas; o quizás no y tal vez el auténtico inicio sea ahora con la convulsión que ha causado la segunda presidencia de Donald Trump.

Los cortes axiales transforman el pasado y proyectan un nuevo futuro. Se unen muchos factores para poder plantearlo así: el primero, y acaso el principal, sea que hemos pasado de un mundo iluminado estratégicamente por los juristas a otro en el que prima la imaginación de los ingenieros. No rige ya el debate en torno a la ética (qué es o no es justo en la sociedad, se preguntaban los teólogos de la Escuela de Salamanca en su controversia sobre los derechos de los indios), sino la cuestión de la eficiencia, del resultado; en última instancia, la cuestión del poder.

Pero este no es el único elemento que explica que se haya dado un cambio axial en la orientación de nuestro siglo. Está también la voladura, más o menos controlada, de los equilibrios que han hecho posible el modelo de la democracia occidental en estos dos últimos siglos y la aparición de un nuevo territorio con características profundamente abstractas –Internet, las criptomonedas y, ahora, la inteligencia artificial avanzada–, que influirá de forma decisiva en el futuro de las sociedades. La revolución industrial en marcha se traducirá a lo mejor en una transformación del poder político, como sucedió en el XIX. Y Europa no parece encontrarse muy preparada para afrontar este desafío.

Y en este escenario irrumpe Trump, no como un estratega de la vieja escuela, sino como un presidente americano sin consciencia de los límites. Lo realmente terrorífico, ha sentenciado el politólogo portugués Bruno Maçães en la red social X, es que Trump concentra «todo el poder de un soberano sin la disciplina que debería caracterizar a un líder. Es el momento de Nerón». Por tanto, un momento neroniano en América frente a otro ciceroniano –utilizando una expresión de Pierre Manent–, de parálisis y desorganización, que atenaza a la Unión Europea desde hace décadas.

«Trump ha decidido atender los desafíos en el Pacífico ante la creciente hegemonía china y colonizar Europa»

Trump ha decidido acelerar en todos los frentes con dos objetivos: atender los desafíos en el Pacífico ante la creciente hegemonía china, por un lado, y colonizar Europa –retirando sus tropas y aplicando aranceles–, por el otro. Hablaba de cortes axiales y el último de ellos es la despedida de la Alianza Atlántica y de la vieja luz de Occidente como faro global, a fin de abrazar el poder sin adornos. Y contemplar su representación, inquietante para los europeos tras décadas perdidas.

La fobia antieuropea ha llegado hasta el punto de anhelar su fractura –nuestra seguridad, al menos, y probablemente también nuestra unión política– reduciendo aún más el peso de la UE como actor soberano. Llegados a este punto, la pregunta no es ya si Europa puede ser protagonista de la Historia, sino si aún tenemos el valor de intentarlo o si preferimos rendirnos antes de que se consume la derrota.

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