El PP ante el ejército europeo
«Como le anunció Feijóo, ha llegado el momento de la legislatura en el que Sánchez está superado y bloqueado. No es hora de que el PP le dé su apoyo. Sería un grave error político»

Ilustración: Alejandra Svriz.
Donald Trump ha despertado a la Unión Europea de su letargo gracias a su política. Está forzando a la UE a abordar el inexcusable reto de afrontar su defensa en solitario. Un proyecto común que obliga a renovar y definir el futuro modelo de Europa. Trump está creando un refuerzo de la unión entre los partidos europeístas, a la que por primera vez se ha sumado el Reino Unido tras el Brexit. La política de Trump está cohesionando una inmensa mayoría transversal que apuesta por Europa, marginando a los Patriots, esa minoría de seguidores propagandistas de Trump a los que lo único que les une es la deconstrucción de Europa.
Trump, tras tres años de invasión, ha sido el primero en hablar de la tercera guerra mundial intentando responsabilizar de ella a Zelenski. En todo caso, el responsable será Putin y como detonador de la misma figurará Donald Trump por su traición a Europa y a la OTAN. La vieja Europa aprendió de la Guerra Fría que la mejor arma para la paz era la disuasión. No estaba en la agenda política, pero Putin y Trump son los que han provocado la decisión de crear un potente ejército europeo que sea capaz de defender a Europa por sí misma, de Putin hoy y de quién sabe en el futuro.
La defensa europea supone un importante esfuerzo económico para todos sus miembros. Además, la actitud de Trump les obliga a actuar con gran velocidad. En política lo único real y cierto es todo aquello que se refleja en los presupuestos. Y ahí empieza el problema de España sobre cómo afrontar sus obligaciones dentro de la UE. Pedro Sánchez se ha lanzado a ser el más fervoroso dinamizador del nuevo ejército europeo. No es sorprendente. Es su pauta de conducta. Pedro Sánchez es el más en decir qué, pero el último en hacerlo, si es que alguna vez lo hace. Su política es discursiva, bla, bla, bla, pero nunca operativa.
«Es hora de hacer política con mayúsculas. El presidente del Partido Popular debería reunirse formalmente con su compañera de partido Ursula von der Leyen para manifestarle el total apoyo del PP español a la construcción de un ejército europeo»
Dotar a Europa de un ejército potente supone un importante compromiso estructural sostenido en los Presupuestos Generales del Estado a través de sólidas partidas plurianuales. Un imposible para Pedro Sánchez. Nunca sus socios de gobierno van a aprobarle unos presupuestos con fuerte inversión en partidas militares. Incluso aunque ese esfuerzo económico no rebajara las mal llamadas, por la izquierda, políticas sociales.
En consecuencia, Pedro Sánchez ya está pensando en Reales Decretos Ley para ir dando soporte legal a la asignación de recursos. Y como siempre que no tiene apoyos de sus socios de legislatura, sobreentiende que contará con el apoyo del Partido Popular por su obligación de ser una oposición responsable. Es verdad que el partido liderado por Feijóo es el único partido europeísta de estado que hay en el Congreso de los Diputados. Pero eso no le obliga a tener que solucionar las debilidades de Sánchez.
La pregunta pertinente es qué van a hacer Alberto Núñez Feijóo y el Partido Popular con Pedro Sánchez ante sus compromisos con la UE. Es una situación complicada pero bajo ningún concepto deben brindarle su apoyo. El Partido Popular no puede convertirse en la muleta de Sánchez. En esta situación es cuando se tienen que hacer verdad las palabras de Feijóo en la investidura del derrotado Sánchez: «…cuando hasta a usted le supere la legislatura, y ocurrirá, no me busque».
Pedro Sánchez es capaz de incluir, en cada Decreto Ley de aprobación de recursos para el ejército de la UE, la desaparición de la Guardia Civil y la Policía Nacional de Euskadi y Cataluña, prohibir el uso del español en esos territorios o cualquier barbaridad que le impongan Junts, ERC, PNV o Bildu. Y no es opinión, es diagnóstico. No se puede apoyar a un PSOE capaz de firmar acuerdos xenófobos y racistas —propios de la peor extrema derecha— como los firmados con Junts. No se puede respaldar a Pedro Sánchez, después del desmadre de la gestión de los fondos europeos tras el COVID, con la utilización torticera y el descontrol de los mismos, ni se le puede dejar gestionar los fondos para la defensa. Es muy capaz de gastárselos en comprar para un amigo cualquier puesto en un Consejo de Administración o de regalárselos a Puigdemont para arreglar los Rodalíes de Cataluña.
Es hora de hacer política con mayúsculas. El presidente del Partido Popular, el partido con mayor representación en el Congreso de los Diputados, debería reunirse formalmente con su compañera de partido Ursula von der Leyen para manifestarle el total apoyo del Partido Popular español a la construcción de un ejército europeo. Explicarle que la solidez del mismo debe comprometerse, a través de partidas plurianuales, en los Presupuestos Generales del Estado de España.
El Partido Popular tiene que dejar claro que, aún estando totalmente comprometido con el proyecto de defensa europea, dada la experiencia y las circunstancias, no va a apoyar ningún Decreto Ley al respecto del actual Gobierno. Si Pedro Sánchez no es capaz de aprobar los necesarios Presupuestos Generales del Estado, que la UE utilice sus múltiples mecanismos de disuasión y le obligue a convocar elecciones. Igual que ocurrió en abril de 2019.
Después de celebrarse las elecciones generales, el compromiso del Partido Popular debería ser garantizar el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado que incorporen los compromisos para armar el ejército europeo, gobierne quien gobierne. El proceso de elecciones generales es mucho más rápido que el intento de aprobar las partidas Decreto Ley a Decreto Ley, porque no se van a aprobar. El plazo mínimo legal desde la convocatoria de elecciones generales, hasta su celebración, es de 54 días. Si se convocaran elecciones en la primera quincena de abril, la votación se celebraría en junio.
El Partido Popular debe manifestar formalmente ante las autoridades de la UE su lealtad y apoyo al proyecto. Y tiene suficientes motivos para, respaldando el proyecto, no apoyar a Sánchez. Núñez Feijóo debería adelantarse a la hora de fijar las posiciones políticas y las condiciones. Porque el Partido Popular se encuentra solo en esta situación. A la izquierda tiene el muro que levantó Pedro Sánchez detrás del cual se juntó con todos los partidos que no lo apoyan. Y a la derecha está Vox, que ha apostado por Trump y la ruptura de Europa. El Partido Popular, el partido que ganó las elecciones en España y Europa, es el partido que lidera el gobierno de la Unión y no puede ceder al chantaje emocional que plantee Sánchez sobre Europa, cuyo discurso será que o el PP está con él, que es estar con Europa, o está con la extrema derecha de Vox y en contra de Europa. Falso.
Lo cierto es que el que gobierna con los que no quieren el ejército de defensa de Europa es Pedro Sánchez. Él está con lo que escogió para gobernar. Como le anunció Nuñez Feijóo, ha llegado el momento de la legislatura en el que está superado y bloqueado. No es hora de que el PP le dé su apoyo. Hacerlo sería un grave error político. Se acabó. Es hora de que se convoquen elecciones generales. Por Europa y por España.