The Objective
Ricardo Dudda

Huida hacia adelante

«El Gobierno está repartiendo chatarra retórica, patrioterismo barato y echando un pulso contra la realidad, que suele ser el principal órgano de la oposición en España»

Opinión
Huida hacia adelante

Ilustración de Alejandra Svriz.

Se desconocen todavía las causas del apagón del 28 de abril. Se desconocen las causas del caos ferroviario del 6 de mayo. Hay hipótesis, claro. El Gobierno tiene la suyas, todas ideológicas. Más que hipótesis, lo que está repartiendo es chatarra retórica, patrioterismo barato (es el patriotismo selectivo del Gobierno: a veces somos un gran país, otras hay 11 millones de fascistas en él), y un pulso no solo contra los enemigos del país sino incluso contra la realidad, que suele ser el principal órgano de la oposición en España, ante la incomparecencia del PP.

El Gobierno tiene claros sus culpables. El apagón lo causaron las centrales nucleares, cuya maldad resulta tan obvia que hasta el malo de Los Simpsons dirige una de ellas. También los culpables son los ultrarricos de las empresas eléctricas, a donde sin embargo van a parar todos los expolíticos y posiblemente el propio Sánchez. Y no es descartable, incluso, que Alberto Núñez Feijóo sea también culpable del apagón. Es injusto decir que Sánchez desprecia la rendición de cuentas: cada vez que interviene en el Congreso o que es preguntado por la prensa (en las pocas veces en que se deja preguntar) muestra un gran compromiso con la fiscalización de la oposición. Imaginen como habría sido un apagón gobernando el PP. ¡Habría durado semanas! ¡Meses! 

«Es imposible que en el país con el ‘gobierno más progresista de la historia’ haya gente que tenga que robar cobre para sobrevivir»

El Gobierno sigue sin descartar el ciberataque, a pesar de que lo han descartado el propio CNI y el operador Redeia. Lo mismo sostiene del caos ferroviario del lunes 6 de mayo, cuando justo después de uno de los puentes más importantes del año en Madrid se quedaron a la deriva miles de pasajeros. El ministro de Transportes, Óscar Puente, dijo en una entrevista que no se creía el motivo económico para el robo de cable que produjo los parones, así que tenía que ser un sabotaje. Creo que sé cómo funciona la mente colmena gubernamental en este tema: es imposible que en el país con el «gobierno más progresista de la historia» haya gente que tenga que robar cobre para sobrevivir, así que solo puede tratarse de un sabotaje de enemigos del Estado, es decir, enemigos del presidente Pedro Sánchez.

Desde 2018, en España no hay corrupción y no hay pobreza. Es verdad que según Eurostat, España es el país con mayor tasa de riesgo de pobreza infantil de toda la Unión Europea (el 29% de la población de menos de 18 años vive en riesgo de pobreza, algo que se mide calculando la población que tiene una renta equivalente inferior al 60% de la mediana del total del país). Pero cuando gobierne la izquierda y haya una ministra de trabajo del Partido Comunista, las cosas cambiarán. 

El Gobierno está en modo «huida hacia adelante», pero es una huida bastante estática. Surgen problemas y se atrinchera y lanza balones fuera (y a veces globos sonda, para despistar o testar el terreno). Confía en que tarde o temprano la gente se olvida, como suele ocurrir. En los últimos meses, varios acontecimientos (de la dana al apagón) han puesto contra las cuerdas al presidente. Ante la aceleración de la vida contemporánea, los gobiernos democráticos no pueden hacer más que reaccionar ante lo que ocurre, incapaces de moldear la realidad. Su rol es reactivo, no proactivo. Gobernar es apagar fuegos y poco más. Este Gobierno lo que hace es echarles más gasolina. 

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