The Objective
Francisco Sierra

Illa se descubre en China

«Tanto que se quita cada día más caretas de moderado. La última ha sido la de avisar a los jueces, casi como si fuera una amenaza, de que la última palabra sobre la amnistía la tienen los ciudadanos y no los jueces»

Opinión
Illa se descubre en China

Salvador Illa durante su viaje a China. | EFE

Llevábamos años hablando de la ilegalidad, ilegitimidad e incluso inconstitucionalidad de la ley de amnistía. En las últimas semanas, Cándido Conde-Pumpido, presidente del Tribunal Constitucional y uno de los dos grandes maquilladores de brocha gorda de Pedro Sánchez -el otro es Tezanos y su CIS-, apretaba las partes emocionales más sensibles al resto de miembros progresistas del TC para que dieran su visto bueno al chantaje de Junts y ERC al inquilino de la Moncloa. Una decisión precipitada para evitar medidas cautelares de un Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que, a los pocos días, escuchaba de boca del propio representante de la Comisión Europea, que la ley de “autoamnistía” era una “autoamnistía”. Lo que ya sabíamos todos los españoles, incluidos independentistas y con la excepción de los ministros, diputados y cargos del PSOE. Y ahora va Salvador Illa y dice que la última palabra sobre la amnistía la tienen los ciudadanos y no los jueces.

No ha demostrado el Partido “Sanchista” en estos años en el poder ningún respeto por el Estado de derecho, ni por la independencia del poder judicial. Han pisoteado desde el gobierno el Código Penal, la Constitución y todo lo que supusiera un obstáculo legal en su irresponsable demolición de leyes e instituciones con tal de conseguir los siete votos del prófugo y del resto de golpistas – por no citar a los hijos políticos de los asesinos de ETA– y lograr mantener como fuera el poder de Pedro Sánchez.

Los chantajes siempre han beneficiado a los que alardean de chupar toda la sangre de las arcas de un estado al que a la vez quieren destruir. No se puede quejar Cataluña de lo conseguido y prometido. Da igual lo que pidan, lo están consiguiendo. Un esperpento que rompe cualquier noción de igualdad de todos los españoles ante la ley y explosiona la solidaridad financiera social de las comunidades autónomas. Un saqueo casi semanal en el que siempre hay beneficios solo para Cataluña. Piden condonación de deuda, pues les adjudican, bajo cálculos tramposos, la máxima para ellos. Da igual que sean los más endeudados porque nunca han gestionado con eficacia. Estaban más pendientes de gastárselo en juguetes independentistas. Juguetes cada vez más peligrosos porque con ellos están conformando un pseudo estado paralelo, con el que poder dar más fácilmente otro golpe. Ahora viene una financiación singular, con una Hacienda propia, que destruye la igualdad financiera e incluso la solidaria, con su principio de ordinalidad, con el resto de comunidades. Y de paso se introduce normativa para frenar la escasa autonomía financiera del resto de las comunidades españolas, que tendrán que pagar la fiesta que Sánchez regala a Cataluña.

En medio de todo este vendaval de decisiones y acciones que benefician singularmente a Cataluña nos encontramos con la cada vez más inquietante presencia de Salvador Illa. El hombre de aspecto tranquilo, palabras pausadas y gestos corteses, pero intrascendentes, con las instituciones de España. Ya recibe al Rey en Barcelona y también va a las reuniones de presidentes autonómicos o a los desfiles en Madrid, pero sus acciones de gobierno son todo lo contrario. Su gobierno ha acentuado la deriva independentista del procés. Alardea de la estabilidad y convivencia que hay ahora, pero calla que es porque se han conseguido, e incluso superado, todos los objetivos de Puigdemont y Junqueras. Él juega a aparentar ser el garante constitucional, pero sigue gastando millones en aumentar la dudosamente legal red de embajadas catalanas por el mundo y mantener y defender toda la normativa xenófoba en educación y cartelería en castellano. 

El que fuera ministro de Sanidad durante la pandemia del covid, también sonó en gestiones dudosas de las compras millonarias de mascarillas. Como otros dirigentes socialistas cuyos nombres aparecen citados en alguna ocasión en las investigaciones de la UCO sobre Koldo, Ábalos y Cerdán, Illa ha negado cualquier relación con los mismos. En esa lógica de Ferraz de que todo está ya acabado y limpiado, alardeó de que cuando Cerdán fue encarcelado ya no era militante socialista. 

El president Illa lleva meses festejando, con voz cada vez más alta, las concesiones y mordiscos arrancados por ERC y Junts al Gobierno. Juega con el beneplácito de Sánchez en esa extraña deformación de la realidad en la que alardean de algo que no tienen. Ni Sánchez tiene la mayoría en España, ni Illa en Cataluña. Los dos tienen casi imposible poder sacar adelante los Presupuestos Generales y a ninguno de los dos les preocupa el hecho, ni lo consideran suficientemente grave, como para dejar el poder antes de terminar la legislatura. Los dos se han atado a unos sillones que dependen de los socios independentistas. Pero hay una diferencia importante entre los dos. Illa ganó las elecciones y con esta política del PSC, cada vez más catalanista y menos socialista, las encuestas no le dan mal. Todo lo contrario de un Sánchez que está en caída libre por la corrupción.

«Illa se quita cada día más caretas de moderado»

Illa cuida a su electorado “indepe”. Tanto que se quita cada día más caretas de moderado. La última ha sido la de avisar a los jueces, casi como si fuera una amenaza, de que la última palabra sobre la amnistía la tienen los ciudadanos y no los jueces. Un presidente de la Generalitat que se descubre, se quita otra careta y se suma al equipo de derrumbe contra la independencia del poder judicial.

Como si fuera un dirigente más del independentismo ha asegurado que en el 2028 la Agencia Tributaria Catalana gestionará ya de forma íntegra el IRPF. Un alarde que dejaba a los pies de los caballos a la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien, según el president, está implicada en la reforma del sistema de financiación autonómica. Illa, muy atento a su electorado catalán, ha querido olvidar, ante las críticas de ERC, que Montero, que lleva días escondida por este tema, tiene electorado socialista en Andalucía que se lo puede hacer pagar.

Estas declaraciones las hacía en China donde en un largo viaje ha anunciado que abrirá otra embajada catalana y, como si estuviera compitiendo con el propio Pedro Sánchez, ha ofrecido Cataluña a las autoridades chinas como puerta a España y a Europa. Es tal la sintonía con Sánchez que ha defendido su relación con el gigante asiático frente a Europa. Y se ha llevado de la mano al presidente de Telefónica y hombre de confianza del PSC, Marc Murtra, que pese a las advertencias del UE y de EEUU, ha firmado un acuerdo con la china Huawei como proveedor principal para su sistema de facturación de sus clientes corporativos. El lobby prochino de Zapatero y de Blanco sigue imparable e Illa demuestra su compenetración total con Sánchez.

Esa cercanía entre los dos se verá en unos días en Lanzarote, donde acudirá a veranear con Sánchez. Tendrán tiempo para dibujar las opciones de gobernabilidad de Sánchez en septiembre. Una reunión que puede, de nuevo, intensificar los rumores de que Illa sería el “tapado” si Sánchez se fuera. Pero cuando se habla de que Sánchez se fuera, las opciones hay que llevarlas al mínimo. No hay quien lo mueva de la Moncloa, aunque no pueda gobernar y aunque esté asediado por la corrupción. Veremos.

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