The Objective
José Antonio Montano

Ilustración lenta contra el nacionalismo

«De ‘La pulsión nacionalista’, de Manuel Arias Maldonado, destacaría el hecho de que el nacionalismo crea en buena medida la nación que ensalza y a la que se entrega»

Opinión
Ilustración lenta contra el nacionalismo

Ilustración de Alejandra Svriz.

En La pulsión nacionalista (Debate), que llega hoy a las librerías, Manuel Arias Maldonado se propone una «ilustración lenta» no tanto contra el nacionalismo, como sobre el nacionalismo. Se ocupa del fenómeno de un modo amplio y ecuánime, con un intento de comprensión que no desdeña sus aspectos positivos, sobre todo en su origen; lo que pasa es que los negativos son tan abrumadores a estas alturas, y han sido tan devastadores, que el efectista contra de mi título no deja de resultar pertinente. El carácter lento de la ilustración, por otro lado, asume la dificultad de promover la razón en un ámbito dominado por una arraigada irracionalidad.

El ideal que alienta este libro es el cosmopolita, así como el de la democracia liberal. Para ambos, relacionados entre sí, corren malos tiempos: por los populismos y extremismos en boga, por el identitarismo y el nacionalismo. «El protagonismo recobrado por el nacionalismo político en las últimas décadas», escribe el autor, «constituye uno de los fenómenos más desconcertantes de la historia reciente». En efecto, pensábamos que «los desastres del siglo XX seguirían funcionando como una advertencia eficaz contra las tentaciones de la pertenencia agresiva en un mundo cada vez más globalizado». 

En las poco más de cien páginas de La pulsión nacionalista, Arias Maldonado logra articular este estupor, con un estudio sobre el origen histórico del nacionalismo (y lo que sean las naciones), un análisis de la «psicopolítica» de la nación (es decir, la psicológica necesidad de pertenencia y sus efectos políticos), una disección del derecho a la autodeterminación y sus reivindicaciones debidas e indebidas, y una propuesta para un horizonte «posnacional» y justamente cosmopolita.

Mientras que el concepto de nación es antiguo y ha ido mudando con el tiempo, el nacionalismo es un fenómeno moderno surgido de la Revolución Francesa. Se trataba de arrebatarle la soberanía, es decir, la legitimidad del poder, al monarca en favor del pueblo, lo que explica el carácter liberal que tuvo el nacionalismo inicialmente. El asunto se complica con la diversidad de elementos en juego: por un lado, los Estados nación que se apoyan en el nacionalismo como aglutinante, que en los casos más flexibles impulsan una idea de nación cívica y en los más rígidos una idea de nación étnica; y por otro lado, las naciones o etnias sin Estado, que tienden a suscitar tensión o provocar conflictos en el Estado o los Estados a los que pertenecen. 

«Más allá de elementos reales que puedan componer una nación, su carácter unitario suele ser fruto de una mitificación»

De entre todos los asuntos de que Arias Maldonado se ocupa, destacaría el hecho de que el nacionalismo crea en buena medida la nación que ensalza y a la que se entrega. Más allá de elementos reales que puedan componer una nación, como la lengua, la religión o las tradiciones, su carácter unitario suele ser fruto de una mitificación (y mixtificación) con participación violenta. Por eso está bien traída esta cita de Ernest Renan (autor de la célebre caracterización de la nación como «un plebiscito diario»): «El progreso de los estudios históricos es a menudo un peligro para la nacionalidad». En la misma línea, Ernest Gellner afirma que «el nacionalismo se inventa las naciones».

La claridad admirable de la exposición, presente en todas las obras de Arias Maldonado pero en particular en aquellas en que hace hincapié didáctico, como en la precedente Abecedario democrático (Turner), junto con el estilo elegante y conciso, que se deja espacio para toques humorísticos e irónicos, hace que la lectura de este prontuario, además de provechosa, resulte placentera. La pulsión nacionalista constituye así un ejemplo del ideal que pretende. Ese mundo cosmopolita trabajado por la «ilustración lenta» sonaría de un modo parecido.

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