La Gran Brecha
Antonio García Maldonado

La Gran Brecha

Uno de los aspectos más básicos en los que se manifiesta la desigualdad es en la diferencia de conversaciones y aspiraciones de unos grupos sociales y otros. Siempre ha sido así, también en la modernidad, pero una poderosa clase media hacía de argamasa y nexo, de facilitador de un mínimo común denominador entre los deseos de los más pudientes, y las necesidades más básicas de los menos favorecidos.

Berlín, hace cien años
Juan Claudio de Ramón

Berlín, hace cien años

Las tres décadas que abarcan el nacimiento en 1889 en París de la Segunda Internacional y el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918 han sido llamadas por un historiador como “el periodo apostólico de la historia del socialismo”. De manera semejante a los cristianos primitivos, antes de que la suya fuera religión de Estado, también los militantes socialistas de entonces, desprovistos de toda culpa posterior, guiados por un idealismo incorrupto y con su crédito moral intacto, se dedicaron a promover y predicar el milenio socialista. En un mundo mucho más injusto que el nuestro, su fe era contagiosa. Su esperanza en el futuro, de una intensidad que resulta difícil imaginar. Tenían profeta, tenían doctrina (y no pocas discusiones teológicas), tenían comunidades de creyentes y corrientes heréticas, tenían apóstoles. Muchos de ellos estaban dispuestos a morir por sus ideas. Tuvieron, por lo mismo, mártires.

El hipocampo de las madres
Lea Vélez

El hipocampo de las madres

Mis hijos me dan mis mejores ideas, tanto, que siento que soy mucho más lista desde que tengo niños. Bueno, no lo siento, lo sé. Pienso mejor, enfoco mejor la imagen del lugar al que quiero llegar, estoy más inspirada, tengo más determinación, paciencia, aprovecho cada segundo de tiempo como si el tiempo fueran billetes que voy recogiendo por la calle y el multitasking no tiene secretos para mí. Así que hoy me dio por preguntarme cómo conforman los hijos el cerebro de los adultos. Es bien conocido que los taxistas de Londres funcionan de conejillos de indias para muchos estudios científicos sobre la memoria, por aquello de que tienen que aprenderse 25.000 calles para pasar su examen, y se ha descubierto ya más de una vez (y de tres y de cuatro), que tienen el hipocampo de un hipopótamo, puesto que esta es la zona del cerebro en la que se almacenan toda esa barbaridad de información del callejero. Abundan también los artículos -favoritos de las redes- en los que se habla de la neuroplasticidad del cerebro, de las neuronas que nacen y mueren, de las dendritas y las sinapsis, y de cómo leer cambia físicamente la cualidad de nuestro órgano más importante. Gracias a unos señores muy listos de la universidad de Leipzig, sabemos que el cerebro consume más oxígeno mientras desciframos la letra impresa (cosa que era de cajón, pero no está de más demostrarlo). También abundan los artículos sobre otras ocurrencias espectaculares de la ciencia, como uno que les leí ayer a mis hijos sobre los metales que reaccionan a campos eléctricos para cambiar de forma o que sirven como “sangre electrónica” para futuros ordenadores basados en el funcionamiento cerebral. Sí, un líquido metálico que es, literalmente, sangre electrónica para ordenadores, fabricado a imagen y semejanza de la sangre que circula por el cerebro, que es al mismo tiempo la portadora de energía (oxígeno y nutrientes) y el líquido refrigerante del órgano más alucinante de la naturaleza. Otros muchos artículos fascinadores hablan de la terapia optométrica, es decir, el uso de gafas para corregir problemas en el cerebro y es que hoy sabemos que los cerebros tienen neuroplasticidad, esto es un hecho. Problemas en la visión pueden hacer que el cerebro funcione de maneras poco eficaces y, además, tras un trauma y una lesión, podemos reentrenarlo, redirigir los caminos del pensamiento poniéndonos nada menos que gafas.

Lo que nos dejó la investidura andaluza
Gonzalo Gragera

Lo que nos dejó la investidura andaluza

De la investidura en Andalucía, tres capítulos: un Vox que empieza a perder la relevancia política que buscaba, un Adelante Andalucía sin apenas fuerza ni mediática ni ideológica y un PSOE que se ha permitido el lujo de caer en otro error. Por lo demás, la relación entre Partido Popular y Ciudadanos se consolida en un pacto donde todos, según gente cercana, han salido satisfechos. Entre ellos prevalecen la cordialidad y la sintonía, un entendimiento sobre las formas y sobre el fondo. Jamás dos nombres de la política española pensaron llegar tan lejos: ni Moreno Bonilla ni Juan Marín.

Nuevo tiempo en tierra de Maria Stsma.
Jesús Nieto

Nuevo tiempo en tierra de Maria Stsma.

El fin de ciclo debe ser eso. Los megáfonos en la calle, los enchufados del Régimen vueltos feministas de nuevo cuño, izquierdistas, tratadistas y lo que sea. En Andalucía, mal que bien, empieza un ciclo nuevo. Lo de las máquinas que trituraban papel era un ‘meme’ comparado con lo que se viene encima. Se avecina mucho afín ocioso, mucho autobús fletado en cada depuradora que inaugure Moreno Bonilla por la Sierra Norte… la cuestión es que vea que la Andalucía eterna jamás abandona a Susana.

La televisión unidimensional
Josu de Miguel

La televisión unidimensional

La gripe me dejó en estado de postración, así que con unas décimas de fiebre y fuertes dolores en todo el cuerpo, decidí pasar un día delante de la televisión generalista. La televisión es un medio muy despreciado por las esferas intelectuales, pese a que a partir de 50 años (Centro de Estudios Pew) los españoles lo eligen hasta en un 90% de las ocasiones para obtener información. El experimento se realizó bajo los efectos del paracetamol y una bebida isotónica, circunstancia que puede condicionar el resultado del análisis.

Tribunales populares
Andrea Mármol

Tribunales populares

Una compañera de trabajo relataba hace un par de días algo que le había ocurrido a su sobrino de tres años, en su primer año escolar. Tras cometer una trastada menor -no recuerdo si apropiarse de las pinturas de un compañero o utilizarlas para colorear el pupitre y no el papel, puede que ambas-, al crío no se le interpuso un castigo al uso sino que se le organizó lo que denominan una asamblea en la que profesor y alumnos reflexionan juntos acerca de las dimensiones de la travesura y de las correspondientes consecuencias. No sé cuánto hay de verdad en la anécdota ni cuánto puede haber sido adulterada hasta llegar a mí, pero habida cuenta del furor que causan los tribunales populares -en armonía, además, con el desprestigio a la autoridad-, no sólo parece verosímil sino que ese episodio en un aula hace tiempo que tiene réplicas exactas en el debate público.