Ética para después de una guerra
Jorge Freire

Ética para después de una guerra

«Reconciliación nacional» era el eslogan que enarbolaba el PCE cuando, en un informe interno, hizo constar lo que sigue: aunque la República representara los intereses del pueblo, no podía negarse que los campesinos castellanos, navarros o andaluces que se habían sumado al bando de Franco también eran pueblo. Una verdad de Pero Grullo que escondía una advertencia ineludible. Corría el año 1956 y era bien sabido (¡a la fuerza ahorcan!) lo que sucede cuando se levanta un proyecto común excluyendo a la mitad de la población.

Leyentes
José María Albert de Paco

Leyentes

Escuchaba esta semana a Carlos Alsina hablar con José María García sobre la grandeza, la magia de la radio, en uno de esos habituales automasajes a que los radiofonistas son tan propensos.

A favor del odio
Miguel Ángel Quintana Paz

A favor del odio

El odio no tiene hoy buena prensa. Diríase que, en singular bucle, es a menudo el odio lo único que se nos permite odiar. El latiguillo moderno “todas las ideas son respetables” implica que ninguna puede ser odiosa. Tanto el lema jipi “haz el amor y no la guerra” como el más antiguo cristiano “amad a vuestros enemigos” parecen apuntar en igual dirección. Se diría que una actitud mansa y cariñosa es la única que nos recomienda la ética, mientras que cualquier arrebato de ira o contundencia trata de denigrarse como grosera equivocación.

En la mitad de la vida
Antonio García Maldonado

En la mitad de la vida

Ha comenzado el juicio a los líderes políticos catalanes que participaron en el diseño y la ejecución del procés y la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Las vistas se producen en un contexto político marcado por la caída del proyecto de Presupuestos y el inminente anuncio de elecciones generales anticipadas. La imagen de los acusados en el banquillo del Tribunal Supremo compite así con otras noticias políticas, pero acaba por imponerse en nuestros telediarios y conversaciones en redes. Durante meses, hemos escuchado que este sería el momento de los argumentos técnicos, de la aséptica narrativa jurídica, y que nada de lo que hasta entonces habíamos opinado unos y otros tendría sentido ahora: se impondría una verdad judicial, ajena al ruido, las preferencias y los sentimientos de los espectadores.

Abril… o no
Pilar Marcos

Abril… o no

Ni siquiera ocurrió a una hora cinematográfica, de ésas que permiten pergeñar un relato épico. No. Fue entre las 12.40 y las 12.45; en una hora anónima. Presentes: 348. Sí: 191. No: 156. Abstención: 1. “Por tanto, quedan aprobadas las enmiendas de devolución, y rechazado el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2019”. Y eso, ¿qué significa? Podría no significar nada en un mundo de significantes vacíos, pero éste de los presupuestos se ha llenado de un significado tan potente como innecesario para la lógica del sanchismo.

Política de autor
Lea Vélez

Política de autor

Decía Semprún que en aquellos tiempos clandestinos del Partido Comunista los camaradas pasaban largas horas discutiendo sobre qué era peor, si la mala política o la mala literatura.

¡Fuera complejos!
Laura Fàbregas

¡Fuera complejos!

Laura Fàbregas opina en el Subjetivo sobre el juicio del procés contra los 12 líderes del 1-0, un juicio que “no es una valoración que impugne a nuestra democracia; servirá para perfeccionarla”.

Una historia de violencia
Josu de Miguel

Una historia de violencia

La escena final de la película de David Cronenberg, protagonizada por Viggo Mortensen, es una especie de metáfora de la propia fundación de la comunidad política: el uso de la violencia es aceptado y perdonado como mal necesario, como medio —siempre polémico— para constituir la sociedad. Fue —creo— Max Weber el primer autor que introdujo la violencia en el estudio institucional, al definir al Estado —nada menos— como aquel ente administrativo y racional que ostentaba el monopolio de la violencia legítima.