Los malos en la tele
Aloma Rodríguez

Los malos en la tele

Una de las grandes preguntas a las que se enfrenta el periodismo en la era de la posverdad es qué hacer con los malos: al informar sobre ellos se corre el riesgo de hacerles de altavoz. Por otro lado, interesan. El periodismo se hace la pregunta y trata de dar una respuesta a la vez que sucede y se enfrenta a eso (las reflexiones en torno a cómo tratar a los malos en los medios han ocupado casi lo mismo que los ejemplos mismos). Para un observador atento, el espectáculo es fascinante.

Presidente indeciso
Pilar Cernuda

Presidente indeciso

Pedro Sánchez se queja de que PP y Ciudadanos no apoyan las políticas de Estado, pero tendría que preguntarse el presidente si sabe qué es política de Estado. Socialistas y populares, de siempre, han llegado a acuerdos en política de Defensa y de lucha contra el terrorismo, y cuando surgió el desafío independentistas también se pusieron de acuerdo para aplicar el 155, aunque a Rajoy le costó dios y ayuda que lo aceptara Sánchez … pero mucho más le costó que lo aceptara Albert Rivera.

Seguimos
María Antonieta Rondón

Seguimos

Gabriel García Márquez dijo: “el periodismo es el mejor oficio del mundo.” Hace par de años, cuando mi papá celebraba el 25 aniversario de su programa de radio, un asistente al evento le preguntó justamente eso. ¿Es el periodismo el mejor oficio del mundo? Su respuesta: que no. Más importantes son los doctores, que salvan vidas, y luego quizás los abogados o los policías. El periodista estaba al final de toda la lista, pues su tarea era simplemente relatar lo que habían hecho ya todos los demás.

Contrarrelatos
Manuel Arias Maldonado

Contrarrelatos

Dentro de unos días, se iniciará en el Tribunal Supremo la vista oral del juicio contra los instigadores del procés, circunstancia que con previsible automatismo ha renovado la atención de los medios extranjeros sobre España. Hemos leído comentarios editoriales sobre la inquisición medieval y recomendaciones de indulto, mientras el independentismo redoblaba su campaña para presentarse como víctima de un injusto delito de opinión.

Diálogos en el limbo
Jorge Freire

Diálogos en el limbo

Si queda algún krausista en España no es debido al mediocrón de Krause, filósofo de medio pelo, ni a sus tristes y cejijuntos discípulos españoles, sino al periodista austríaco Karl Kraus, verso suelto de la imperial y decadente Kakania. Siempre a contracorriente, ajeno a escuelas y cuadrillas, cuesta resistirse al encanto del autor de Die Fackel. Tal y como lo retrata Miguel Ángel Aguilar en el prólogo a Contra los periodistas, sagaz libro de aforismos reeditado por Taurus, «es amigo de Schonberg, sin defender el dodecafonismo; admira a Brecht, pero no comparte su credo socialista; se entiende bien con Freud, aunque haga escarnio de las secuelas consumistas del psicoanálisis».

El triple de Sánchez que quizá no entre
Melchor Miralles

El triple de Sánchez que quizá no entre

Pedro Sánchez trató de convencer por activa y por pasiva al ex juez Fernando Grande Marlaska para que fuera candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid y no lo logró, pero al final entró en el Gobierno como ministro, que luce más todavía y tampoco tiene mala pensión.

Sin rumbo ni capitán
Laura Fàbregas

Sin rumbo ni capitán

En la recta final del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 hubo tres consejeros del Govern de la Generalitat que decidieron abandonar el barco del procés. Eran Neus Munté, Jordi Jané y Meritxell Ruiz. Cuando esto sucedió, meses antes de la votación ilegal, leí en alguno de estos chats grupales de Whatsapp donde nos juntamos la resistencia catalana que alguien decía que a bordo del procés “solo quedaban los más tontos”.