
Necesitamos a los héroes
La iglesia del Corpus Christi, en Las Rozas, ha albergado el funeral por el ciudadano español Ignacio Echeverría. Es el hombre que perdió su vida defendiendo la de otros durante el último atentado perpetrado en Londres por los más fieles de entre los que tiene Mahoma. Fue a enfrentarse a la muerte, y perdió. Ignacio sabía bien lo que era jugársela. En una ocasión se lanzó al mar, dando la espalda a una bandera roja, para sacar de los brazos del agua a su hermano. Tenía madera de héroe. Seguro que su catolicismo le ayudó a ayudar al prójimo en peligro. Seguro que la fe en que los justos recibirán un premio eterno le consoló de antemano en su cara a cara con la muerte. Ya no se lo podrá explicar a un descreído como yo, que de la fe guardo sólo el recuerdo.






