Al menos 18 muertos en el ataque contra el hotel Intercontinental de Kabul
Al menos seis personas han muerto en el asalto del hotel Intercontinental de Kabul, que ha terminado el domingo por la mañana tras doce 12 de resistencia por parte de un comando armado, ha afirmado el Ministerio de Interior. El ataque, que no ha sido reivindicado, ha dejado seis muertos, incluyendo cinco afganos y una extranjera, cuya nacionalidad no se ha precisado, según un balance provisional, informa AFP.
Al menos 18 personas, según autoridades afganas citadas por el diario británico The Guardian, han muerto en el asalto del hotel Intercontinental de Kabul, que ha terminado el domingo por la mañana tras 12 horas de resistencia por parte de un comando armado, informa Efe. El ataque ha sido reivindicado por los talibanes.
«El ataque ha terminado, todos los asaltantes han sido abatidos, 126 personas han sido rescatadas, incluyendo 41 extranjeros», ha anuciado, citado por AFP, el portavoz del ministro de Interior, Najib Danish, que ha hecho alusión a «tres asaltantes» en lugar de los cuatro mencionados en un primer momento. Además, ha indicado que las «operaciones de limpieza seguían en curso en el sexto piso» para hacer estallar las municiones que allí quedaban.
Según una fuente de seguridad, el último miembro del comando se había atrincherado «en una gran habitación con rehenes, afganos y extranjeros», antes de ser abatidos. «Oímos cómo le gritaba a los rehenes que los mataría a todos si no podía salir» de allí, ha precisado esta fuente.
Disparos contra los clientes
El comando entró en el hotel a última hora de la tarde del sábado, provocando una explosión para abrirse camino antes de disparar. «Cuatro asaltantes están en el interior del edificio, están disparando contra los clientes», anunció a AFP un responsable de la NDS, los servicios de inteligencia afganos. Se cortó la electricidad en el barrio del hotel, ubicado en una colina en el oeste de Kabul, que estaba sumido en la oscuridad, excepto por las altas llamas que emergían del techo, a causa de un incendio provocado por los atacantes.
«Puedo escuchar disparos que parecen venir del primer piso, pero no veo dónde están. Estamos escondidos en nuestras habitaciones. Hagan que los servicios de rescate lleguen pronto», contó a AFP un cliente del establecimiento bajo condición de anonimato y que dijo encontrarse en la tercera planta. «Rezad por mí, seguramente voy a morir», publicó por la noche en Facebook Aziz Tayeb, director regional de la compañía Afghan Telecom, antes de añadir: «He salido, pero un centenar de mis colegas y amigos siguen atrapados entre la vida y la muerte». Se encontraban en el hotel con motivo de una conferencia.
Durante la noche, las fuerzas especiales desplegadas retomaron gradualmente el control de las plantas. «Pero avanzamos lentamente para evitar víctimas civiles», ha explicado el portavoz adjunto del ministerio de Interior, Nasrat Rahimi. En Twitter, los familiares preguntaban si había noticias de sus parientes alojados en el hotel. «Mi tío está allí, su teléfono no da señal. Toda información es bienvenida».
«Ninguna experiencia»
Según Danish, la seguridad del hotel corría a cargo de una nueva compañía desde hacía poco. «Estamos investigando para comprender por dónde entraron los asaltantes, pudieron utilizar las puertas de la cocina trasera». Un contable del hotel, que pudo escapar del lugar porque conocía bien el edificio, ha dicho que «los nuevos guardias se salvaron sin combatir, no respondieron, no tenían ninguna experiencia». No se sabe cuántas personas había en el hotel durante el ataque, ni tampoco cuántos extranjeros ni de qué países son.
El hotel Intercontinental de Kabul acoge con frecuencia bodas, conferencias, y reuniones políticas. Su azotea iluminada con vistas sobre Kabul es particularmente popular entre las clases más adineradas. El sábado por la mañana se había celebrado una conferencia sobre la presencia y las inversiones chinas en Afganistán.
El hotel, abierto en septiembre de 1969, ya fue objetivo de un ataque reivindicado por los talibanes en junio de 2011, que dejó 21 muertos. Desde entonces, el hotel estaba bajo fuerte vigilancia, con accesos reservados. Pero está rodeado por jardines y vegetación que pueden permitir entrar discretamente.