China castigará a quienes propaguen "rumores políticos"
El Partido Comunista de China (PCCh) ha anunciado que castigará a quienes propaguen «rumores políticos» que pongan en peligro «la unidad y solidaridad del partido» e impondrá sanciones «más estrictas» a los funcionarios negligentes tipificadas en nuevas normas que dieron a conocer el pasado domingo, ha informado la agencia de noticias Xinhua. El partido tiene la determinación de autogobernarse con «disciplina de hierro», por lo que entiende que las nuevas regulaciones son necesarias para contrarrestar «nuevas formas de violación de la disciplina», según este medio oficial del Gobierno.
El Partido Comunista de China (PCCh) ha anunciado que castigará a quienes propaguen «rumores políticos» que pongan en peligro «la unidad y solidaridad del partido» e impondrá sanciones «más estrictas» a los funcionarios negligentes tipificadas en nuevas normas que dieron a conocer el pasado domingo, ha informado la agencia de noticias Xinhua. El partido tiene la determinación de autogobernarse con «disciplina de hierro«, por lo que entiende que las nuevas regulaciones son necesarias para contrarrestar «nuevas formas de violación de la disciplina», según este medio oficial del Gobierno de China.
El comunicado del comité ha señalado que el partido impondrá castigos a funcionarios que no logren implementar «un desarrollo innovador, coordinado, verde, abierto y compartido, causando pérdidas significativas por sus negligencias». Otra de las nuevas cláusulas está dirigida a los miembros del partido que sean religiosos, quienes no podrán asistir a actividades que utilicen la religión «como provocación» y también castigará a quienes «distorsionen» la historia del país.
Asimismo, el PCCh revisará 142 cláusulas para castigar «malas conductas» relacionadas con «formalidades burocráticas» y para sancionar las violaciones disciplinarias en diversos campos como el control de la contaminación, la reducción de la pobreza y la lucha contra las bandas criminales. En los casos más graves, los miembros del partido pueden ser procesados, pero en muchos casos el castigo más grave es la expulsión de la formación política.
Miles de funcionarios chinos han sido investigados o condenados por delitos relacionados con la corrupción desde la llegada al poder del presidente chino Xi Jinping en 2013. Los órganos de supervisión chinos han inspeccionado 302.000 casos disciplinarios durante la primera mitad de 2018 y han castigado a 240.000 personas, incluidos 28 oficiales de nivel provincial, según Xinhua.
El partido ha revisado en dos ocasiones las regulaciones en los últimos tres años, «que ponen de manifiesto la determinación del PCCh de imponer una estricta disciplina del partido», se puede leer en el comunicado. La edición anterior, publicada en 2015, estableció una guía de conducta para los miembros del PCCh y formó una lista negativa de acciones disciplinarias. Informa Efe.