En la primera comparecencia de prensa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras el anuncio de que el rey emérito, Juan Carlos I, abandonaría España, el jefe del Ejecutivo no ha mencionado al monarca en toda su intervención. Tras hacer balance de los primeros siete meses de la legislatura y, en particular, de la gestión de la pandemia del coronavirus[contexto id=»460724″], solo ha tratado la decisión del emérito cuando los periodistas le han preguntado.
Lo más importante: Sánchez ha mostrado, en su nombre y en el del Gobierno, su «absoluto respeto hacia la decisión de la Casa Real por cuanto representa distanciarse de supuestas conductas cuestionables y reprobables por parte de un miembro de la Casa Real». También ha querido defender la figura de Juan Carlos de Borbón. «En este país ha habido casos supuestamente de corrupción vinculados a partidos políticos y a agentes sociales y no se ha cuestionado el sistema de partidos políticos ni de agentes sociales. No se juzga a instituciones, se juzga a personas«, ha dicho, a la vez que ha recordado que «don Juan Carlos ha dicho que está a disposición de la Justicia si fuera necesario».
Sánchez ha dicho también que desconocía el paradero del rey emérito —quien, supuestamente, ya ha abandonado el país— y, a, ser preguntado por el papel del Ejecutivo en la preparación o negociación de esa respuesta de la Casa Real a los supuestos casos de corrupción que salpican al monarca, ha respondido que la «discreción» le impedía contestar sobre «conversaciones de despacho entre el jefe de Estado y el presidente del Gobierno».
En cualquier caso, «la respuesta», ha dicho, «es la que corresponde a una democracia vigorosa». «España necesita de estabilidad y de instituciones robustas y las instituciones robustas tienen que abonarse con ejemplaridad, transparencia y regeneración y en este sentido creo que la línea trazada por la Casa Real es la adecuada».
Otra pregunta que Sánchez esquivó en numerosas ocasiones durante la rueda de prensa es la referente al malestar mostrado por distintos dirigentes de Podemos —socio del Gobierno de coaclición—, que han dicho desconocer la decisión del emérito y que incluso han criticado la decisión del monarca como «huida indigna» y han llamado a reabrir el debate de la III República. Lo único que ha dicho en este sentido es: «El Gobierno que yo presido considera plenamente vigente el pacto constitucional».