Los países de la Unión Europea han acordado que los Estados miembros pueden restringir puntualmente la movilidad en las fronteras internas y externas del bloque si la situación sanitaria lo requiere, pero se han comprometido a mantener abierto el espacio Schengen de libre circulación.
Lo más importante: a los ciudadanos que viajen desde zonas con una nueva categoría, la rojo oscuro, se les podrá exigir una prueba de diagnóstico negativa antes de salir y una cuarentena al llevar al país de destino y, además, «todos los viajes no esenciales deben de ser desincentivados enérgicamente», ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
«Estamos totalmente convencidos que tenemos que mantener las fronteras abiertas para mantener el buen funcionamiento del mercado interior», pero «se pueden considerar restricciones en los desplazamientos no esenciales», ha declarado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, al término de una teleconferencia de líderes de los países de la Unión Europea.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha señalado que «para mantener las fronteras exteriores e interiores abiertas, necesitamos medidas específicas que nos mantengan a todos a salvo».
De ahí que se haya decidido «introducir una nueva categoría, rojo oscuro, donde el virus circula a un gran nivel» dentro del bloque. A los ciudadanos que viajen desde esas zonas se les podrá exigir una prueba de diagnóstico negativa antes de salir y una cuarentena al llevar al país de destino.
Estas restricciones, no obstante, no deberían afectar a los trabajadores transfronterizos, si bien esa y otras medidas específicas, como si a esos viajeros que atraviesan diariamente una frontera para trabajar se les debe exigir un test, son aspectos que se debatirán «en los próximos días» y que deberán abordar los países a los que concierne la medida.
En cualquier caso, la presidenta de la Comisión subraya que es «absolutamente crucial» mantener el mercado interno abierto y evitar un cierre generalizado de la zona Schengen de libre movilidad, como ocurrió por primera vez en la historia la pasada primavera durante la primera ola de coronavirus[contexto id=»460724″].
La decisión de los Veintisiete, al calor del repunte de contagios en la Unión Europea ante la propagación de las nuevas mutaciones del virus, más contagiosas, vienen respaldadas por el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC). Coincidiendo con el inicio de la reunión, la agencia ha publicado un informe en el que llama a tomar medidas «más estrictas» y restringir los viajes no esenciales ante la mayor capacidad de contagio de las nuevas cepas del coronavirus identificadas en Reino Unido, Sudáfrica, Brasil y Japón.