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Villarejo queda absuelto de los delitos de calumnia y denuncia falsa contra el CNI

Villarejo queda absuelto de los delitos de calumnia y denuncia falsa contra el CNI

El Juzgado de lo Penal no ve acreditado el temerario desprecio a la verdad que requiere el delito

Un juzgado de Madrid ha absuelto al excomisario José Manuel Villarejo en su primer juicio, donde estaba acusado de injurias y denuncia falsa contra el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán.

Tras sentarse por primera vez en el banquillo de los acusados el pasado 15 de enero, Villarejo ha resultado absuelto al no poderse probar que supiese que los hechos por los que denunció a Sanz Roldán eran falsos, aunque seguirá en prisión preventiva por orden de un juez de la Audiencia Nacional que le investiga por presuntos encargos de espionaje.

El motivo de su primer juicio era doble: la denuncia que en 2017 formuló contra el exjefe del CNI, a quien atribuía haber filtrado a la prensa una foto suya de la que, dice, fue una operación antiterrorista; y unas declaraciones en televisión donde afirmaba que Sanz Roldán había amenazado de muerte a la empresaria y examiga del rey emérito Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

El titular del Juzgado de lo Penal número 8 de Madrid descarta que haya pruebas para sostener el delito de denuncia falsa porque «no se ha acreditado» que Villarejo supiese que los hechos denunciados eran falsos.

No es su tarea, dice el magistrado, «establecer certezas sobre las imputaciones» de Villarejo hacia Sanz Roldán, si bien considera que el excomisario no obró «con conciencia de imputar hechos falsos, ni tampoco incurrió en un temerario desprecio hacia la verdad, pues no aparece como totalmente absurdo, descartable, o fruto de la particular ideación del acusado, el relato de hechos que expuso en la denuncia».

Es más, se apoya en el testimonio del exdirector del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) José Luis Olivera, que confirmó que la fotografía capturaba el momento en el que Villarejo y él bajaban de un avión en Melilla «en el contexto de una misión secreta tendente a lograr una infiltración en grupos terroristas y yihadistas».

«Con ello lo que se quiere decir es que el acusado no inventó la operación secreta, ni su carácter de agente encubierto para así justificar su denuncia y el conjunto de sus imputaciones, sino que esas afirmaciones son ciertas», indica el juez.

Recuerda además que los tribunales rechazaron admitir a trámite la denuncia de modo que no se llegó a iniciar una investigación, y sostiene que el honor de Sanz Roldán «no se vio afectado» dado que ni fue imputado ni se le dio siquiera traslado de la denuncia.

Al analizar si Villarejo injurió al CNI, el magistrado explica que, en su condición de organismo público, el Centro no es titular del derecho al honor, de modo que «no cabe afirmar» que el excomisario haya podido cometer un delito de injurias contra él.

Lo que no entra a estudiar es el delito de calumnias dado que la Fiscalía lo eliminó de su acusación cuando escuchó la versión con la que Corinna Larsen respaldó Villarejo, para quien las acusaciones pedían entre uno y tres años de cárcel.

Como la Abogacía del Estado no ejercía acusación «propia» por este delito, sino que se adhirió a la de la Fiscalía, el movimiento del Ministerio Público tuvo como consecuencia que las calumnias quedasen «de igual manera» suprimidas de las conclusiones finales de la abogada del Estado.

En su sentencia, dictada cinco días después del juicio y contra la que cabe recurso, el magistrado recoge la declaración de Villarejo, en la que acusó a Sanz Roldán de haber filtrado la fotografía y le atribuyó la responsabilidad de haber caído en «desgracia» por «haberse atrevido a decirle» lo que otros «no se atreven».

Reproduce también la versión de Corinna Larsen, que respaldó a Villarejo al confirmar que le contó que se sintió aterrada ante las amenazas que recibió de Sanz Roldán, con quien el rey emérito la pidió que se reuniera en mayo de 2012 en un hotel, una cita en la que el exjefe del CNI le dijo que si no seguía sus instrucciones no podía garantizar su seguridad ni lo de sus hijos. Tras ella declaró Sanz Roldán, que aseguró que «jamás, jamás» la amenazó y que nunca había visto a Villarejo.

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