El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha acudido este sábado a Girona para un acto electoral, donde ha sido recibido con insultos y lanzamiento de grava por una cincuentena de manifestantes contrarios a su presencia en la ciudad. El líder ultraderechista ha culpado de lo ocurrido al Gobierno de España y a la Generalitat.
Lo más importante: Abascal ha dado su discurso desde un atril en el parque de la Devesa, donde tenía lugar el mercado semanal, mientras a escasos metros y separados por un fuerte dispositivo policial se concentraban los participantes en la protesta. Antes, le habían lanzado grava de la que cubre el suelo en esa zona, de la que sus colaboradores le han protegido con paraguas, y también había recibido insultos.
Al comenzar su intervención, precedida por la del candidato de Vox[contexto id=»381728″] en las elecciones catalanas, Ignacio Garriga, ha manifestado: «Hace falta mucho más que cuatro niñatos violentos, que cuatro amigos de los terroristas para impedir que nosotros estemos en las calles y que hablemos». «Ya he visto este ambiente en mi tierra», ha añadido Abascal, nacido en el País Vasco, y, de inmediato, ha asegurado que le habían lanzado «piedras, pero, si pudiesen, darían tiros».
Santiago Abascal ha señalado que los manifestantes estaban «enfermos de odio» y que «ese es el principal problema de Cataluña, un problema de libertad». Abascal ha relatado que lo ha podido comprobar a su llegada a Girona, donde ha recibido «los insultos de unos pocos totalitarios y el acercamiento tímido, temeroso, de aquellos que, en su día a día, no tienen libertad».
A esas personas les ha prometido que Vox no se irá de Cataluña y ha criticado veladamente a Ciudadanos, calificado como «otros a los que les disteis la victoria en las elecciones autonómicas», al acusarle de que «abandonaron la plaza» y de irse «a la primera de cambio a los cómodos sillones del Congreso». También se ha referido al PP por no haber detenido, a su entender, el procés[contexto id=»381726″], aunque a quienes ha culpado de las protestas en el acto de Vox en Girona ha sido al Gobierno de España y a la Generalitat.
De ambos, ha señalado que son «los impulsores, los cómplices de esta violencia» avivada, en su opinión, por la Vicepresidencia en el primer caso (Pablo Iglesias) y, en el segundo, desde la conciencia de que los manifestantes contaban con «la tolerancia de la Consejería de Interior», en manos de Junts per Catalunya.
Después, ha criticado al PSC por supuestas «simpatías ante el separatismo» y a su candidato, Salvador Illa, al que ha calificado de «ministrillo» y del que ha manifestado que criticó la construcción «de un hospital de epidemia en Madrid» cuando a su entender «lo que habría que haber hecho en todas las comunidades es impulsar centros hospitalarios de este tipo».
Tras puntualizar que «Vox no va a elegir gobierno en estas próximas elecciones», que no escogerá «entre (Gabriel) Rufián o Illa», sino que ejercerá de portavoz de los ciudadanos que respalden su posicionamiento, ha despedido su discurso con la advertencia de que iba a caminar por Girona.