El Gobierno de Estados Unidos regresará como país observador al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, una institución que abandonó a mediados de 2018, según ha confirmado este lunes la delegación estadounidense en una reunión de la institución con sede en Ginebra.
En contexto: durante la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos abandonó esa institución, principal foro interestatal de debate sobre derechos humanos en las Naciones Unidas, por considerar que tenía una actitud parcial y sesgada contra Israel.
El regreso estadounidense al consejo, que inicia su próxima reunión a finales de este mes, es una muestra más de la renovada apuesta de Washington por el multilateralismo, que Biden ya demostró con la vuelta de EEUU a la Organización Mundial de la Salud y el Acuerdo de París para la lucha contra el cambio climático.
«Es la forma más efectiva de reformar y mejorar el Consejo», ha subrayado el diplomático estadounidense Mark J. Cassayre. «Reconocemos defectos en este Consejo, pero sabemos que el organismo tiene potencial para ser un importante foro en la lucha contra las tiranías y las injusticias en todo el mundo».
Con el regreso al consejo, que celebra tres reuniones anuales, «Estados Unidos reafirma su compromiso con la promoción y la protección de los derechos humanos en todo el mundo», ha afirmado Cassayre, quien aseguró que la nueva Administración dirigida por Joe Biden «cree en una política exterior enfocada en la democracia, los derechos humanos y la igualdad».
