El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retirará las tropas de Estados Unidos de Afganistán antes del 20 aniversario de los ataques terroristas del 11-S, según ha avanzado un alto funcionario. Solo dejarán en el país a personal limitado para vigilar las instalaciones diplomáticas de la potencia norteamericana.
Por qué es importante: la retirada, que se producirá cinco meses después de lo previsto, pone fin a la guerra más larga de EEUU, que comenzó en 2001. Para los afganos, probablemente, la lucha continuará. El gobierno de Kabul –que cuenta con el «respaldo» de la comunidad internacional– lo tendrá difícil contra el asedio de los talibanes cuando las tropas se retiren.
Biden no supeditará la partida a las condiciones sobre el terreno, donde crecen los temores de que los talibanes puedan obtener importantes victorias frente al gobierno. «Un enfoque basado en las condiciones –el de las dos décadas pasadas– significaría permanecer en Afganistán para siempre», ha explicado el funcionario. Así todo, ha advertido a los talibanes de que habrá una «respuesta contundente» en caso de que ataquen a las tropas al salir.
El expresidente Donald Trump también favoreció la partida de las tropas y alcanzó un acuerdo con los talibanes en febrero de 2020 por el que las fuerzas estadounidenses se irán del país antes de mayo de 2021 a cambio de la promesa de los insurgentes de que no apoyarán a Al Qaeda y a otros extremistas, que es lo que motivó la invasión original de 2001.
Un informe de evaluación de amenazas publicado el martes por el director de la inteligencia nacional señaló que los talibanes están «confiados de que pueden lograr la victoria militar». «Las fuerzas afganas continúan asegurando las ciudades más importantes y otros bastiones del gobierno, pero continúan atadas en misiones defensivas y han tenido dificultades para mantener territorio recapturado o para restablecer una presencia en las áreas abandonadas en 2020», rezaba el informe.
