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La vicepresidenta de Murcia y una consejera, «ilocalizables» para la Justicia

La vicepresidenta de Murcia y una consejera, «ilocalizables» para la Justicia

Asamblea Regional de Murcia

Por sorprendente que parezca, la Justicia murciana no ha localizado en sus domicilios a dos de las personas más conocidas del Gobierno de Fernando López Miras: la vicepresidenta, Isabel Franco, y la consejera de Empresa y portavoz del Ejecutivo regional, Valle Miguélez, según ha sabido THE OBJECTIVE.

El sainete empezó en julio en el Juzgado de Instrucción número 4 de Murcia, desde el que se cursaron varias citaciones judiciales para que Franco y Miguélez compareciesen junto al portavoz del grupo parlamentario de Ciudadanos en la Asamblea regional, Francisco Álvarez, a un acto de conciliación con Carlos Cuadrado.

Este último, quien fuera mano derecha de Inés Arrimadas en Ciudadanos y actual secretario de Finanzas de la formación naranja, se querelló antes de verano contra Franco, Miguélez y Álvarez por decir que se les coaccionó para que firmasen en marzo la moción de censura del PSOE y Cs contra López Miras. 

Así que este acto de conciliación, fijado para el 14 de octubre a las 9:30 de la mañana, era la última posibilidad de un acuerdo entre las partes para evitar que la demanda prosiga su tramitación. Sin embargo, los agentes judiciales solo lograron notificar la citación a Álvarez, quien se presentó la semana pasada en el citado juzgado junto a su abogado. 

Delante de la secretaria del juez, el actual jefe del grupo parlamentario de los díscolos de Ciudadanos se enteró de que la vista se había pospuesto unos días antes, el 4 de octubre. La notificación de dicho aplazamiento no le había llegado a tiempo a Álvarez, pero, además, Franco y Miguélez aparecían «en paradero desconocido» a ojos de la Justicia murciana, según las citadas fuentes.

Ciudadanos tiene los domicilios

Desde Ciudadanos subrayan a THE OBJECTIVE que Cuadrado proporcionó al citado juzgado las direcciones particulares que aparecían en los documentos de afiliación de Franco, Miguélez y Álvarez. La vicepresidenta murciana lleva viviendo 20 años en la misma casa, mientras que la portavoz del Ejecutivo de López Miras no se ha movido del domicilio que ocupa desde hace ocho años. Así que los agentes judiciales lo tenían fácil para entregar en mano las citaciones.

Pero solo dieron con Álvarez. Y en lo que respecta a Franco y Miguélez, fuentes de su entorno hacen hincapié en que ninguna de las dos ha sacado de su buzón una citación judicial o un aviso de que lo recogiesen en Correos, como suele suceder cuando a una persona no se la localiza en su domicilio en horario laboral.

En la formación naranja minimizan este entuerto de las citaciones y señalan que se ha notificado al juzgado las direcciones de trabajo de Franco y Miguélez en Murcia capital. Es decir, las sedes de la Vicepresidencia y de la Consejería de Empresa. Por el momento, aún no hay nueva cita para el acto de conciliación entre Cuadrado y los díscolos de Ciudadanos.

Franco se defendió en marzo de su expulsión con un escrito a la Comisión de Régimen Disciplinario de Ciudadanos, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, para que le revocase la expulsión del partido. En ese documento señaló que firmó la moción de censura bajo una «fuerte coacción y desinformación».

La vicepresidenta murciana recibió el 13 de marzo a las 19:44 horas un correo electrónico en el que se le informó de la resolución que había adoptado el Comité Permanente el día anterior, pero se quejó de que la resolución estaba redactada «de forma genérica, no habiendo sido dirigida a mi persona y de forma individualizada». También reprochó a la formación naranja a la que pertenecía que no se le hubiera especificado el número de expediente, lo que imposibilitaba «la identificación y registro del mismo».

Sobre la convocatoria interna en la que se firmó la moción de censura, Franco señaló que fue convocada por Cuadrado a una reunión urgente en la sede autonómica del partido, «todo ello sin ser informada de cual era el motivo o asunto a tratar, ni quién estaría presente”.

«De forma autoritaria»

Aquella cita fue «orquestada en todo momento de forma autoritaria y verbal por don Carlos Cuadrado, el cual nos indicó una serie de negociaciones llevabas a cabo por el partido a raíz del miedo a una inminente convocatoria de elecciones por el Partido Popular en 48 horas, sin informarnos, ni justificar acerca de que órganos eran los que supuestamente habrían llegado a tales acuerdos».

Franco desgranó a continuación el «engaño producido en cuanto a lo informado» por Cuadrado «y lo recogido en los documentos». Al filo de las 22:00 horas, cuando se aproximaba el toque de queda, les entregó «rápidamente» el documento a firmar de la moción de censura. Concretamente, tres copias.

«En ese momento, y con una fuerte coacción y desinformación, firmé el documento por disciplina del partido, confiando en lo que se nos había indicado», señaló la vicepresidenta murciana. «Lo que desconocía», añadió a renglón seguido, «era que en realidad se estaba entregando al PSOE el Ayuntamiento de Murcia a cambio del Gobierno de la Región de Murcia”.

La que fuera cabeza de cartel de Ciudadanos a las autonómicas murcianas de 2019 lamentó también de que solo se estaba dando la presidencia de Murcia a Cs «de forma figurativa» en la persona de Ana Martínez Vidal «y sin ningún tipo de decisión en el Gobierno por parte de Cs» ya que seis de las nueve consejerías caían en manos del PSOE, por lo que los socialistas tendrían mayoría «para la toma de decisiones».

Franco subrayó en su escrito que «en todo momento» pidió información de qué órgano interno del partido había autorizado esa maniobra política. «No se nos dio respuesta; únicamente Carlos Cuadrado manifestó que él estaba ahí para hacer lo que él se decía, porque él era el partido«, concluyó.

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