Sánchez y Díaz se conjuran para llegar a 2023 pese a la presión de Redondo e Iglesias
La batalla interna del Gobierno se amplía abiertamente a los satélites que orbitan en torno a las cúpulas de PSOE y Podemos traspasando las fronteras del Palacio de la Moncloa
Por primera vez se visualizan dos frentes en el seno de la coalición, pero fuera del Consejo de Ministros. La batalla interna se amplía abiertamente a los satélites que orbitan en torno a las cúpulas de PSOE y Podemos traspasando las fronteras del Palacio de la Moncloa. De un lado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; del otro, los ex: el vicepresidente Pablo Iglesias y el ex jefe de gabinete, Iván Redondo, cuya presión para un adelanto electoral en 2022 está coordinada y tiene respuesta en el Ejecutivo.
Según fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE, Sánchez y Díaz están más coordinados que nunca y así se ha cerrado el pacto por las pensiones para elevar las cotizaciones, solo con los sindicatos y orillando nuevamente a los empresarios, en el llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). «Dijimos que llegaríamos a un pacto y lo hemos hecho. No vamos a recortar las pensiones pero sí a garantizar su sostenibilidad», dicen desde Moncloa intentando esquivar el borrador del ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, sobre la posibilidad de un aumento del cómputo de años para el cálculo de la pensión.
Un escenario que descarta tajantemente la cuota de Podemos y Yolanda Díaz públicamente, pero también el PSOE en privado. «No vamos a presentar un proyecto que no lo aprobaría nadie. ¿Quién nos lo iba a apoyar? ¿El PP, ERC, PNV? No presentaríamos nunca un texto que no vaya a apoyar Podemos». Y más después de haber logrado suavizar las exigencias de la Comisión Europea a cambios de la llegada de los fondos europeos. «El aumento de años para el cálculo de la pensión no aparecía en los 365 folios del documento, ni en los 600 del borrador, ni en el texto de junio, aunque es verdad que él de junio era más duro que ahora…».
Esto es lo que le da tranquilidad a la vicepresidenta segunda, a quien no se oculta en la sala de prensa de Moncloa -como se hacía en tiempos de Iglesias como vicepresidente-, sino que se le ofrece foco para transmitir el orgullo de ser «el primer Gobierno que ha decidido actuar en las pensiones desde el punto de vista de los ingresos y no desde los gastos». Una solución «imaginativa», en palabras de la número tres del Gobierno, en perfecta coordinación esta vez con el número uno. «Nosotros llenamos la hucha de las pensiones que ustedes vaciaron», respondió Sánchez al portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, en la sesión de control de la cámara alta.
Elecciones en 2023, «sin duda»
El despliegue argumental evidencia la conjura entre Sánchez y Díaz para lograr el objetivo final de agotar la legislatura, que cubre las aspiraciones de ambos futuros candidatos al Palacio de la Moncloa, pese a las presiones de Iván Redondo y Pablo Iglesias de forzar un adelanto a 2022 que, a juicio de ambos, sería mejor para las estimaciones electorales de Díaz. Preguntada por la cuestión en Moncloa, Díaz rechazó la cuestión «muy rápidamente. Vamos a hacer tres cosas: gobernar, gobernar y gobernar. Y me parece que esta es la tranquilidad que necesita nuestro país».
Fuentes del entorno de la vicepresidenta segunda destilaron sorna hacia los dos compañeros de Moncloa: «¿Pero éstos no habían dejado la política?». Y bromearon con su supuesta preocupación: «Que me quieran un poco menos que me matan». El horizonte electoral tanto para el núcleo duro de Sánchez como de Díaz es que «no hay dudas en que las elecciones serán en 2023». Es más, desde el PSOE descartan incluso que pudiera producirse una ruptura pactada de la coalición antes de esos comicios en enero de 2024 o diciembre de 2023, cuando finaliza la presidencia rotatoria de España en la Unión Europea. «¿Por qué van a romper? ¿A quién beneficia? ¿De verdad se van a quedar sin la plataforma gubernamental en unas elecciones?».
Hay consenso entre Díaz y Sánchez y recelos compartidos ante la «tontería» de Iván Redondo de pedir un adelanto electoral o la «estrategia» de frustrar el crecimiento potencial de Yolanda Díaz. «Tenemos que conseguir que se sitúe en el 15% de voto, aunque algunos quieran impedirlo», explican desde un lado de la mesa del Consejo de Ministros mientras el otro replica que «todo el mundo quiera hablar por nosotras», especialmente en referencia al otrora macho alfa de Podemos.