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El Gobierno gana el pulso al Vaticano en la elección del arzobispo castrense

En la lista de consenso entregada a Felipe VI para que eligiera al candidato más idóneo no se incluyó ninguno de los nombres promovidos desde Roma

El Gobierno gana el pulso al Vaticano en la elección del arzobispo castrense

Pedro Sánchez en su última visita al Vaticano. | Fernando Calvo (Europa Press)

La delicada negociación entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el Vaticano para pactar una terna de candidatos al puesto de arzobispo castrense ha terminado con victoria para el primero, según concuerdan fuentes diplomáticas y militares, ya que en la lista entregada a Felipe VI para que eligiera al candidato más idóneo no se incluyó ninguno de los nombres promovidos inicialmente desde Roma por los cardenales españoles.

THE OBJECTIVE ha tenido acceso en exclusiva a la terna de candidatos que Exteriores y la Santa Sede consensuaron tras casi un año de altibajos en la negociación. En la lista corta aparecían el obispo auxiliar de Pamplona y Tudela elegido finalmente por el papa Francisco para este puesto, Juan Antonio Aznárez, junto a los obispos de Menorca, Francisco Conesa, y de Albacete, Ángel González.

Ninguno de ellos aparecía en las quinielas eclesiásticas para sustituir al fallecido Juan del Río ni tenía la vitola de favorito, así que Felipe VI tuvo libertad para elegir al arzobispo castrense, que entre sus atribuciones está la de ser capellán de la Casa del Rey y asistir espiritualmente a los miembros de la Familia Real.

Los nombres que el Vaticano quiso incluir en un primer momento en la terna fueron los del obispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes; el obispo auxiliar de Valladolid y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello; y el prelado al frente del Obispado de Ávila, José María Gil Tamayo. Pero los tres fueron vetados por el Ejecutivo de Sánchez.

La oposición más firme del Gobierno fue contra la opción de Sanz Montes, según desveló en septiembre Vozpópuli, lo que llevó a un bloqueo en las negociaciones con Roma. El obispo de Oviedo contaba con el apoyo de dos cardenales eméritos, Carlos Amigo y Antonio María Rouco Varela, quienes promovieron su candidatura en los pasillos vaticanos. Sin embargo, el Gobierno se opuso ante el temor de que sus socios parlamentarios catalanes, en especial Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), se enfadasen con este nombramiento en plena negociación de los Presupuestos del año que viene.

Sanz Montes se implicó a fondo en el pleito judicial para la recuperación de los bienes religiosos del monasterio aragonés de Sijena mientras estuvo destinado como obispo en Jaca entre 2003 y 2009. Y desde Oviedo había seguido de cerca este asunto fruto de aquel empeño personal, por lo que en el Ejecutivo no se quería abrir un frente con ERC por este motivo.

La prerrogativa del concordato de 1979

Los nombramientos de los obispos españoles son competencia exclusiva de la Santa Sede desde el concordato de 1979, pero en el caso del arzobispo castrense es el propio monarca quien debe elegir al prelado de una lista con tres nombres previamente pactada entre las diplomacias española y vaticana.

Una vez consensuada la terna, el Rey se lo comunica al Papa para que nombre al elegido. Es el último vestigio de la llamada presentación de obispos que Roma concedió a los monarcas españoles en tiempos de los Reyes Católicos y que Franco consiguió recuperar en su beneficio con el tratado bilateral de 1953.

Felipe VI estaba obligado a dirimir la elección del nuevo arzobispo castrense, pues su hipotética renuncia a dicha prerrogativa podría ser vista en la Santa Sede como una denuncia por parte del Estado español del tratado bilateral que se firmó en 1979. Podemos hubiera estado encantado con dicha posibilidad, no así el PSOE, que prefiere revisar el acuerdo internacional mediante una negociación con el Vaticano aunque, por el momento, no se atreve a dar el paso por el coste político que tendría.

El papa nombra a Juan Antonio Aznárez nuevo arzobispo castrense
El nuevo arzobispo castrense, Juan Antonio Aznárez. | Foto: EP

En la negociación española han estado implicados los ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa junto al Palacio de la Zarzuela, de ahí que el Rey suele saber -oficiosamente- quién es el prelado que concita mayor consenso entre las partes para dicho puesto o, al menos, quiénes tienen más simpatías en el Gobierno y la Santa Sede. Pero no ha sido ahora el caso en la elección de Aznárez pues en la terna no había un favorito claro.

Con ello se evitó el último precedente de Juan Carlos I. El Rey emérito tuvo que elegir a cuatro arzobispos castrenses durante su reinado y en el último nombramiento, el de Juan del Río en 2008, tiró por la calle del medio pues iba el tercero en la terna sin ser el principal favorito, según recordó El País en un reciente artículo.

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