El PSC sigue apoyando la inmersión en los pueblos pese al giro de Salvador Illa
El jefe de la oposición ha abogado por «flexibilizar» el modelo actual, pero sus cuadros locales apoyan las mociones en defensa del catalán de los nacionalistas
La reciente sentencia del Tribunal Supremo de aplicar un 25% de clases en castellano en las escuelas públicas catalanas ha sacudido internamente el PSC. Salvador Illa deberá cabalgar las contradicciones de su partido respecto a la inmersión lingüística después de que, bajo su liderazgo, la organización haya cambiado la posición histórica que tenían en este asunto. Si los socialistas catalanes durante años apoyaron sin fisuras este modelo, Illa aboga por «flexibilizar» la inmersión en función de la realidad sociolingüística de Cataluña.
Tras el dictamen del Supremo, esta posición del líder del PSC es difícil de cumplir en muchos municipios, donde su partido representa la única formación constitucionalista con peso en sus ayuntamientos y de las pocas con capacidad de alcanzar pactos con los nacionalistas. Es así como en localidades como Sant Just Desvern, Cerdanyola o El Prat de Llobregat los socialistas han apoyado mociones a favor de la inmersión y no descartan que se produzcan muchas más.
Desde el PSC intentan quitar hierro a esta «disonancia» que definen de «típica» en los «municipios pequeños». A instancias de THE OBJECTIVE explican que su posición sigue siendo coherente y fácil de mantener: «Se han roto unos consensos, habrá que rehacerlos y lo importante es que los alumnos terminen su formación conociendo las tres lenguas (catalán, castellano e inglés)». Ahora, además, la dirección del partido obliga a sus cuadros locales a no apoyar ninguna iniciativa que inste a la desobediencia.
Desde los episodios del 6 y 7 de septiembre de 2017 en el Parlamento catalán, cuando se aprobaron las llamadas leyes de desconexión, la línea roja del PSC es el escrupuloso respeto a la legalidad. En este sentido, en las últimas legislaturas ha adoptado acciones que anteriormente lideraban Ciudadanos, como es la de llevar a los tribunales cualquier amago de ilegalidad por parte de los partidos independentistas. O, ante la duda, pedir primero un dictamen al Consejo de Garantías Estatutarias de la institución catalana tal y como hicieron en el decreto sobre el fondo de la Generalitat para cubrir las fianzas de los investigados por el Tribunal de Cuentas por el gasto exterior en el procés.
Cabe recordar que tras la decisión del Supremo el consejero de Educación, Josep González Cambray, alentó a desobedecer la sentencia a través de una carta que envió a los directores y equipos docentes. Es en este contexto que Illa ha marcado a los suyos que no se desvíen de esa observancia a la ley.
Escepticismo con el 25%
Poco después del auto judicial, el PSC intentó tomar la iniciativa con la elaboración de una moción para «mejorar el aprendizaje y uso de las lenguas en un contexto plurilingüe». El propio Salvador Illa habló de defender el «catalán como lengua vehicular del sistema educativo sin excluir el castellano».
El actual jefe de la oposición ve con escepticismo la aplicación de porcentajes fijada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña -y confirmada por el Supremo- y confía en el buen hacer de las escuelas para flexibilizar el modelo en función de las necesidades de cada centro. Es decir, no es lo mismo una escuela de Vic que una de Santa Coloma de Gramanet y los planes educativos se deberán adaptar a estas realidades. Asimismo, los socialistas abogan por tener en cuenta la llegada de un significativo flujo de alumnado proveniente de la inmigración extranjera y con lenguas que no son el catalán ni el castellano. En este caso, el catalán suele ser el idioma que no conocen.
«Sus votantes son más críticos»
Aunque Illa ha dado un giro a la posición del PSC en este asunto, el partido sigue avalando la inmersión como «herramienta de cohesión y promoción social en Cataluña». En este sentido, el partido comparte con los nacionalistas las tesis de que el modelo monolingüe «ha conseguido una escuela no segregadora por motivos de lengua ni de origen» y que «ha buscado la igualdad de oportunidades del conjunto de el alumnado», tal y como exponen en su moción.
Esta posición contrasta con la que tienen muchos de sus votantes, explican las fuentes consultadas: «Los votantes socialistas son más críticos con la inmersión que el partido». También la entidad de referencia del constitucionalismo, Societat Civil Catalana, rechaza la tesis de que la inmersión contribuya a la igualdad entre catalanohablantes y castellanohablantes.
El PSC logró ganar en votos las elecciones del pasado 21 de febrero, pero gran parte de su electorado procedía de haber apoyado a Ciudadanos en los anteriores comicios. El partido naranja fue el primer partido catalán en cuestionar públicamente la inmersión, y aunque ahora el PSC abre la puerta a «flexibilizarlo», la ola de mociones municipales en defensa del modelo actual pondrán a la dirección del partido en una posición complicada.