Un ciudadano reúne 62.000 firmas para que se etiquete la carne: «Quiero saber lo que como»
La Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo apoya la petición en change.org porque asegura que va en la misma línea de su trabajo
«Soy un consumidor con un objetivo claro: saber lo que como». José María Ceballos inició bajo esa premisa una petición en la plataforma change.org para solicitar al Ministerio de Consumo un etiquetado de la carne que permita distinguir su origen. La iniciativa ha conseguido en apenas dos semanas más de 62.000 firmas. La Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo la apoya porque asegura que va en la misma línea al trabajo que lleva años desarrollando.
Ceballos aclara a THE OBJECTIVE que no desea entrar en temas políticos. No valora las declaraciones que realizó el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en una entrevista publicada el 27 de diciembre en el diario británico The Guardian. «Sus palabras las puede leer cualquiera y cada cual que opine por sí mismo». A este bilbaíno de 59 años le preocupa los alimentos que ingiere, no solo la carne, aunque el producto está de actualidad y se ha sumado a la ola.
Defensa de la ganadería extensiva
«Soy un ciudadano normal. No pertenezco a ninguna organización, solo estoy cansado de no saber lo que como. No existe trazabilidad de los alimentos», insiste Ceballos. En su opinión, el etiquetado actual es «insuficiente» para conocer el tipo de carne que compramos. En su petición asegura que revisa a menudo el etiquetado y «solo aparece la procedencia, pero nunca el tipo de explotación del ganado». Esto ocurre, asegura, porque en España esta información no es obligatoria.
El autor de la iniciativa asegura que los consumidores necesitan conocer de qué explotación procede la carne, ya que la ganadería intensiva «es de una calidad inferior, perjudica el medio ambiente, al bienestar animal y a las personas que viven en los alrededores de las explotaciones». Ceballos asegura que la carne difiere según el modelo de ganadería: «Me he criado en un pueblo de Castilla y León y puedo asegurar que no es igual».
«Sé que los procesados no son buenos, pero a veces tomo galletas. La decisión la tomo yo. Con la carne debe ocurrir lo mismo. Y luego que cada uno coma lo que le dé la gana», insiste Ceballos. En su opinión, es falso que haya que tener dinero para alimentarse bien. «La gente con menos capacidad económica no podrá comer chuletón a diario, pero hay más tipos de carne. Lo que tienen que saber es qué compran». Exige que el Ministerio de Consumo tome cartas en el asunto.
La inacción del Gobierno ha motivado que el sector de la ganadería extensiva esté trabajando en un distintivo especial que agrupará a sus productos desde este año. La iniciativa, que adelantó este periódico, parte de la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo, una red de más de 400 entidades entre las que se encuentran ganadores, expertos y organizaciones de distinto ámbito. Por eso han decidido apoyar sin reservas la petición de Ceballos.
Lucha por un etiquetado
«Es una iniciativa digna de apoyar. Este hombre no pertenece a ninguna organización. Ni siquiera le conocemos. Un emisario de change.org nos habló del tema y nos pareció fenomenal, así que decidimos unirnos», relata Pedro María Herrera, portavoz de la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo. El biólogo explica no es la única iniciativa individual en marcha, sino que existen otros muchos consumidores y productores luchando por el etiquetado.
Herrera sostiene que su organización lleva «mucho tiempo» trabajando en el tema de la diferenciación y parte de esa labor tiene que ver con los propios consumidores: «Su papel tiene que ser activo». Reconoce, además, que la polémica desatada por las declaraciones de Garzón han supuesto un repulsivo porque «ha sacado a la luz una polémica que estaba soterrada». Y concluye: «Unos y otros se llaman de todos cuando nuestra sensación es que hay un acuerdo común y es que todos apoyan la ganadería extensiva».
Ceballos, autor de la petición de crear un etiquetado para la carne en change.org, desconoce si el Gobierno tomará en consideración las más de 62.000 firmas que apoyan su demanda, pero asegura que ha conseguido que mucha gente tome conciencia del problema. «En mi infancia pasé mucho tiempo en pueblos de Castilla y León. No eran había macrogranjas, pero sí ganadería intensiva. Contamina, otra cosa es que cumplan la ley, que no lo dudo, pero la normativa es muy laxa», reconoce.
«Soy un gran carnívoro, me canta la carne. Ahora he bajado la ingesta, no porque lo diga Garzón, sino porque me lo ha recomendado mi médico», señala Ceballos. Dice que su interés no es que la gente deje de alimentarse con este producto, sino que sepa realmente lo que come porque «hay mucha manipulación».