La polémica de la «carne barata» sacude Alemania: «España es la pocilga de Europa»
Ganaderos y medios alemanes critican las macrogranjas españolas por su impacto medioambiental y la imposibilidad de competir con sus precios bajos
Antes incluso de que las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, desataran en España el debate sobre la calidad y el modelo de producción de la carne patria, la polémica estaba ya servida en otros estados europeos. En particular, en Alemania, país que hasta hace pocos años ocupaba el primer lugar en producción porcina; un puesto que ahora ostenta España y contra el que los ganaderos germanos ven imposible competir. Ganaderos y medios de comunicación alemanes han elevado el tono sobre la «carne barata» española. Mientras aquí el sector cierra filas, en Alemania ya no dudan en sostener que «España es la pocilga de Europa».
«La carne barata tiene un nombre: España. En ningún lugar se produce tan barato y tanto como aquí», arranca un artículo del diario austrogermano Der Standard publicado el pasado 3 de enero, un día antes de que trascendiera a los medios españoles las palabras del ministro Garzón en una entrevista con el rotativo británico The Guardian. «Con 32 millones de cerdos, España es la pocilga de Europa y está por delante de Alemania en este aspecto», proseguía la información de Der Standard, criticando que «esta producción en masa no solo afecta al bienestar animal, sino que también daña al medio ambiente».
Este periódico alemán, como otros tantos rotativos consultados por THE OBJECTIVE, recogía la denuncia de la Comisión Europea de la UE contra España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europa por la pasividad de las administraciones españolas en el control de la contaminación de las aguas subterráneas. Un dato entre otros muchos con los que la prensa alemana presenta la problemática: el incremento del número de cerdos en un 30% desde 2012, según Eurostat, o el hecho de que España se haya convertido en uno de los mayores productores porcinos del mundo, después de China y Estados Unidos.
La guerra de precios que siempre gana la carne española
El problema radica, de acuerdo con los diarios alemanes, en la incapacidad de los ganaderos germanos para competir con la carne española: «Simplemente no pueden producir tan barato». Según apunta Der Standard, «un kilogramo de carne de cerdo sale del matadero en España sin IVA a 1,61 euros, lo que lo hace más barato que en cualquier otro lugar de la UE», mientras que «en Austria es de 1,75 euros, en Alemania de 1,78 euros y en el país europeo más caro, Suecia, de 2,08 euros».
«Hay carne de bienestar animal de Baviera de alto precio en los mostradores junto a carne barata de España, que es la que el consumidor busca»
Los propios ganaderos alemanes son conscientes de esa brecha en los precios. En una entrevista con la radio pública de Baviera, BR, publicada este pasado día 21 de enero, el presidente de la Asociación de Agricultores de Baviera (BBV), Walter Heidl, se mostraba expectante ante el anuncio realizado por el ministro Cem Özdemir para subvencionar a los los productores porcinos que reduzcan el número de cerdos en sus granjas, aunque insisten en que «el problema» reside, no tanto en las granjas como en los lineales de los supermercados: «Hay carne de bienestar animal de Baviera de alto precio en los mostradores junto a carne barata de España, que es la que el consumidor busca».
Subida de precios para diferenciar la carne alemana de la española
Los ganaderos alemanes están dispuestos a dar la batalla de los precios, no por lo bajo, sino por lo bajo. El máximo representante del sector en Alemania, Joachim Rukwied, se ha posicionado también con el ministro federal de Agricultura en sus críticas a los «precios basura» que se extienden en los comercios del país: «Nuestra comida de alta calidad merece un precio más alta… Eso significa claramente: la carne debe volverse más cara».
El ministro federal de Agricultura critica los «precios basura» de la carne y apuesta por elevar los de los productos germanos
A finales de diciembre, el ministro de Agricultura, Özdemir, dijo en el Bild am Sonntag que no debería haber «más precios basura para los alimentos, llevan a la ruina a las granjas, impiden más bienestar animal, promueven la extinción de especies y contaminan el clima». «La comida no debe convertirse en un bien de lujo, sino que el precio debe expresar con más claridad la verdad ecológica», aseveró el ministro federal.
El eco mediático de Garzón
Aunque la controversia ya estaba instalada en Alemania antes de que Garzón realizara la entrevista con The Guardian, las palabras del ministro español han tenido un importante seguimiento por parte de diversas cabeceras. Si bien el Gobierno ha insistido en que la polémica no ha tenido ningún impacto en términos de exportación de carne, lo cierto es que han sido muchos e importantes los medios extranjeros que han recogido el asunto, de igual modo que ocurrió el pasado verano cuando el ministro de Consumo abrió su particular frente contra las macrogranjas y el presidente Pedro Sánchez despachó el asunto declarándose seguidor del «imbatible» chuletón al punto.
En las últimas semanas, los medios alemanes han arrojado titulares como «La ganadería industrial se intensifica la disputa de la coalición española» (Proplanta), «Problemas en España por la ganadería industrial» (Handelsblatt), «En España, se recrudece la disputa por el consumo nacional de carne» (SWR) o «¡Ni una palabra contra el jamón ibérico!» (Frankfurter Allgemeine Zeitung). En este último artículo, el corresponsal del prestigioso rotativo germano también cuestiona la propia polémica: «Los españoles comen demasiada carne, el suelo está contaminado por la ganadería industrial. Un ministro critica esto, y estalla una tormenta de indignación».