Ramon Espadaler: «Junts y ERC han politizado el cuerpo de los Mossos»
El exconseller de Interior, ahora diputado en el Parlament de PSC-Units per Avançar, pedirá una comisión para investigar la remodelación en la cúpula policial
Ramon Espadaler (Vic, 1963) fue conseller de Interior de la Generalitat de 2012 a 2015, cuando la coalición CiU todavía no había saltado por los aires debido a la tensión del procés independentista. En la actualidad es diputado de PSC-Units per Avançar en el Parlament de Cataluña y lleva todos los asuntos relacionados con la seguridad y los Mossos d’Esquadra.
En este entrevista en THE OBJECTIVE cuestiona los cambios en la cúpula de la policía autonómica y afirma que en la anterior legislatura ya hubo intromisiones del poder político en las investigaciones de la unidad anticorrupción: «La ahora presidenta del Parlament, Laura Borràs, en su condición de consejera de Cultura, afirmó que el conseller Buch le transmitió que estuviera tranquila con su caso. Esto nos sorprendió a todos».
Pregunta. Usted es quien ha llevado el tema de las actas levantadas por los Mossos en las manifestaciones independentistas. ¿Habéis apreciado alguna irregularidad?
Respuesta. Desde el grupo parlamentario del PSC-Units per Avançar nos llamó poderosamente la atención algo que también se la llamó a los sindicatos policiales y es que las actas que levantaron los Mossos d’Esquadra por asuntos de desórdenes públicos como el corte reiterado y permanente en la Avenida Meridiana de Barcelona a lo largo de mucho tiempo no se tramitaron. A partir de ahí pedimos información al Govern, cumpliendo los plazos parlamentarios, y vimos con perplejidad que no se habían traducido en la apertura correspondiente de expedientes, con lo cual, el trabajo que hacían a pie de calle los agentes era menospreciado e incluso sufrían una gran indefensión.
¿Ada Colau, como alcaldesa, tiene alguna responsabilidad en los cortes de la Meridiana?
El responsable máximo es la Dirección General de Administración de Seguridad. No emitió ni un solo informe en la legislatura pasada pese a los informes de la Guardia Urbana o de los Mossos. El silencio permanente de la Dirección General es el causante. Ada Colau, como Albert Batlle, han hecho lo que estaba en sus manos. Creíamos que con el cambio de legislatura y de signo político habría una reconsideración y una actuación, pero lamentablemente no ha sido así. La responsabilidad única es de la Conselleria de Interior y la Dirección General, que es la autoridad gubernativa.
Si es así, el Govern podría haber incurrido en una prevaricación. ¿Vais a llevarlo ante la justicia?
Cuando analicemos todas las actas tomaremos nuestras propias decisiones y actuaremos en consecuencia. Ahora tenemos la autorización por parte del Departament de analizar actas de otros años anteriores y todo apunta a que la inactividad podría tener algún viso de prevaricación o de alguna figura penal. Es sorprendente que no haya actuación, que no haya respuesta, cuando hay actas levantadas e informes por parte de los Mossos y la Guardia Urbana pidiendo que se busquen alternativas razonables a lo de la Meridiana.
¿Cómo ve el papel del actual conseller de Interior Joan Ignasi Elena?
Es un político de largo recorrido y con valores personales que yo respeto y aprecio en el ámbito personal, pero está tomando algunas decisiones que nos sorprenden y a nuestro modo de ver condicionadas por la presión de la CUP. No perdamos de vista que hay un acuerdo previo a la formación del Govern, con ERC y la CUP, que condiciona políticas de seguridad y el cuerpo de Mossos d’Esquadra.
¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, la retirada de las defensas a los agentes acusados en contextos de desórdenes públicos por los manifestantes. La Generalitat los deja a su suerte ante los tribunales, o decisiones tan sorprendentes como ubicar todo el cuerpo de escoltas de los Mossos, que es un elemento sensible, fuera de la Prefectura de la policía para ponerlo en la órbita política de la Dirección General de la Policía. O los múltiples cambios, hasta 36 cargos de una tacada, al frente de los Mossos. La mayoría de ellos, difícil o de imposible explicación, como el del máximo responsable de temas de corrupción, el intendente Toni Rodríguez.
¿Estos cambios cree que se deben más a la CUP o a las pugnas entre ERC y Junts?
Hubo una primera etapa de presión de la CUP, pero lo que tiene que ver con los cambios en la cúpula de los Mossos no tiene nada que ver con la CUP. El balance final tiene una explicación muy nítida cuando coges una cierta distancia y analizas los cambios, y es que cada partido, Junts por una parte, y ERC por el otro, han situado a personas de su confianza en la cúpula y han apartado a personas que no les merecían su confianza. Como Trapero, persona incómoda para ERC por sus declaraciones ante el Supremo.
¿Y para Junts no era incómodo?
No pierda de vista que Junts, con el conseller Miquel Sàmper, restituyó a Trapero en su cargo. Es potestad del conseller de Interior designar a las personas que les merezcan una confianza o que crea que puedan trabajar con comodidad. Hasta ahí no hay problema, pero cuando uno ve el trasfondo de una reforma que afecta a 36 mandos y se dan los criterios de rejuvenecimiento y de feminización, y uno mira la aplicación de los mismos, cree que hay otras razones, muy distintas, que son algunas de ellas muy difíciles de confesar.
El cese fulminante como primer cambio del jefe de la unidad de corrupción de Toni Rodríguez si se tenía que situar en el contexto de 36 cambios, ¿por qué es el primero?¿por qué se singulariza? ¿Y por qué se manda a una comisaría a alguien que ha tenido un papel en los casos que afectan a la ahora presidenta del Parlament o al exconseller de Interior Miquel Buch?
Entonces, este cambio tiene que ver con la voluntad de controlar las investigaciones sobre corrupción.
Hubo intentos en la anterior legislatura de conocer o entrometerse en los trabajos que estaba llevando a cabo el intendente Toni Rodríguez, intendente de la comisaría general de investigación criminal, lo sabemos porque tuvo que pedir amparo ante el TSJC para blindarse ante estas investigaciones y el tribunal se la concedió. Es decir, que denota que existía un riesgo o sospecha fundamentada sobre esta intromisión. Sin ir más lejos, la ahora presidenta del Parlament, Laura Borràs, en su condición de consejera de Cultura afirmó que el conseller Buch le transmitió que estuviera tranquila. Esto nos sorprendió a todos porque una investigación judicial se reporta exclusivamente al juez o fiscal que la tutela. No hay espacio para la intromisión política.
¿Entonces fue un castigo?
Nosotros hemos hablado de purga. Y si no lo es, se le parece mucho. Enviar al intendente responsable de las investigaciones de corrupción a una comisaría en Rubí es, como mínimo, sorprendente. Por esta razón, vamos a formular la petición de una comisión en el Parlament sobre este asunto para conocer las razones de fondo de los cambios. La comisión que hay activa ahora es la que acordaron ERC y Junts sobre el cambio de modelo policial.
¿Cree que eliminarán a la unidad antidisturbios como pide la CUP?
La influencia de la CUP sobre el Govern en esta primera fase ha sido muy relevante. Y con la misma claridad digo que en los cambios en la cúpula la CUP no ha pintado nada. En el fondo es una traslación de los difíciles equilibrios entre Junts y ERC en el seno del Gobierno, que se han trasladado a la cúpula policial. Un partido designa a una responsable policial de su confianza y el otro partido a otros, y esto politiza los cossos de los Mossos d’Esquadra, algo que es inasumible a todas luces.