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La cúpula de Podemos celebra que Yolanda Díaz ha perdido su fama de hábil negociadora

Pablo Iglesias lanza un ultimátum a la dirigente gallega para que no tire por los aires la entente de Unidas Podemos con los nacionalistas

La cúpula de Podemos celebra que Yolanda Díaz ha perdido su fama de hábil negociadora

Europa Press

Dos estilos diferentes, dos maneras de entender la comunicación política y dos liderazgos antagónicos. Después de la salida de Pablo Iglesias del Ejecutivo, Yolanda Díaz quiso lanzar su figura política desmarcándose, entre otras cosas, del modus operandi de su antecesor al mando de Unidas Podemos. Apostó por la conciliación, prometió a los socialistas evitar las filtraciones a la prensa y aseguró a los nacionalistas el mismo trato que antes. Sin embargo, la negociación de la reforma laboral ha evidenciado que, más allá de la forma, en el fondo Díaz no ha sabido conservar la mayoría de investidura. Para la cúpula morada -cada vez más crítica con Díaz- este hecho desmiente la fama de hábil negociadora de la política gallega y activa las alarmas incluso en el PSOE.

La cúpula morada siempre ha sufrido la comparación entre Yolanda Díaz la conciliadora y el perfil duro de Iglesias, Echenique y Montero. Es por ello que el rechazo de ERC a la reforma laboral y la sacudida al bloque de investidura es interpretado por varios miembros y dirigentes de Podemos como el símbolo de un fracaso: Díaz ha perdido la patina de negociadora y conciliadora con la que buscó envolver su figura política. 

Esta es una de las conclusiones a las que han llegado algunos representantes de Podemos. Para el entorno de Irene Montero y Ione Belarra, estas fuentes sostienen que es un alivio el patinazo de Díaz. Las dos ministras han entrado en un conflicto directo con la vicepresidenta, en el marco de un alejamiento paulatino que llega hasta la esfera personal.

Según las fuentes consultadas, por ejemplo, Montero acusa a Díaz de ofrecer un perfil conciliadora contraponiéndolo al más batallero de los dirigentes morados. «Sufre» tener cada día que lidiar con las feministas que la critican, revelan en Podemos, y cree tener a los medios en contra. Díaz, en cambio, solo recibe aplausos. Se siente intocable. O al menos esto es lo que percibían las dirigentes de Podemos. Hasta el pasado jueves. 

¿Fracaso o éxito?

El hecho de que Yolanda Díaz no haya sabido convencer a ERC, Bildu y el PNV es para muchas fuentes de Podemos un fracaso sin paliativos. El entorno de Díaz, sin embargo, tiene una lectura muy diferente. Insiste en que la dirigente gallega sale reforzada y que ahora tiene la oportunidad de marcar su camino buscando una propuesta laborista transversal y reformista, en definitiva más moderada que la receta de Iglesias.

Según Podemos, en cambio, Díaz tardó en convocar a los nacionalistas para que aceptaran la reforma laboral. No supo explicarla de forma adecuada ni convencerles sobre la base de futuras cesiones. El problema es que, a deferencia de otras negociaciones como las presupuestarias, Díaz recibió la orden de Sánchez de que no se podía cambiar «ni una coma» de la reforma pactada con la CEOE y los sindicatos. Y ella ha cumplido con su palabra.

En el frente socialista también ofrecen lecturas categóricas. Exponentes de ministerios controlados por el PSOE cree que quien sale ganador del debate del jueves ha sido Sánchez. Díaz, «tocada» o «achicharrada», afirman otras fuentes consultadas y que en su día ejercieron de puente entre el PSOE y Podemos.

Ultimátum de Iglesias y tensión con CCOO

Iglesias habló claro el pasado jueves después de la votación parlamentaria, que se resolvió gracias al error rocambolesco de un diputado del PP. «La reforma laboral aprobada hoy trae mejoras para los trabajadores, pero la votación demuestra que la ‘geografía variable’ es una trampa. De no ser por el error, hoy la derecha podría haber asestado un golpe durísimo a Yolanda y a UP. Toca rehacer y cuidar el bloque plurinacional», escribió en las redes sociales Iglesias. 

Las palabras de Iglesias suenan a «toque de atención» del exlíder morado a Díaz, según fuentes de Podemos consultadas por THE OBJECTIVE. El malestar va in creciendo en el partido morado y aumenta la ofensiva subterránea que, como publicó este diario, algunos llaman «guerra fría». Se trata de un conflicto latente que, además, amenaza con involucrar al sindicato Comisiones Obreras, hasta ahora gran defensor del proyecto de la gallega.

Debilitar pero no «eliminar» a Díaz

La orden que, según algunas fuentes moradas, ha sido lanzada desde la cúpula es la de «debilitar a Yolanda, pero sin eliminarla». Ambos sectores se necesitan mutuamente y se trata de «marcarle el paso» a la gallega, explican. De ahí que los morados concluyen que Díaz es hoy menos fuerte que ayer. Y que esa situación favorece una negociación sobre el futuro de la coalición.

Podemos habla de Frente Amplio, aunque Díaz no quiere saber de este planteamiento que se moldea en el experimento chileno. Rechaza, en concreto, que Podemos se garantice un poder interno incuestionable y que ella se quede en rostro visible de una formación liderada en la sombra por Iglesias e Irene Montero.  

El equipo de Díaz mantiene en gran secreto la evolución de su proyecto. Aunque sí ha trascendido, tal y como desveló este diario, que están encontrando más dificultades de las previstas para crear equipos y fichar a cargos intermedios. La idea sigue siendo fiarlo todo a apoyos de impacto en la sociedad civil. Pero en Podemos saben perfectamente que esto no es suficiente para crear una organización. Y que sin ella, nada puede llegar a buen puerto

En definitiva, Podemos huele cierta debilidad en Díaz. En el partido creen que se ha demostrado que la gallega no es la hábil negociadora y conciliadora que se ha vendido a la opinión pública. Y recuerdan un hecho: con Pablo Iglesias los nacionalistas siempre han acabado apoyando a Sánchez. Mientras que a la primera prueba, Díaz ha roto este equilibrio.

Es un símbolo de debilidad, aseguran. Aunque para los partidistas de la gallega puede convertirse en un sinónimo de fortaleza: «Hay una oportunidad, alejarse de ERC para un nuevo planteamiento que recupere el espíritu de Podemos de antes de Vistalegre II», sugieren. Quedará por ver si este planteamiento acabe en una enmienda a la totalidad de lo que hizo Iglesias desde ese fatídico 2017. 

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