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El PSOE ve opciones de gobernar Castilla y León tras un movimiento de última hora en las encuestas

Fuentes socialistas apuntan a un repunte cercano a los 30 escaños. «Estamos disfrutando», admiten con el temor creciente a que «nos falte una semana de campaña»

El PSOE ve opciones de gobernar Castilla y León tras un movimiento de última hora en las encuestas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | EFE

La actividad empezaba antes de lo previsto en los círculos socialistas y el cruce tempranero de llamada explicaba el ímpetu madrugador: «Estamos subiendo». Sus datos no provenían de los habituales sondeos propios sino del cauce habitual que se mueve entre las empresas demoscópicas autoras de los famosos trackings y su comercialización posterior con los partidos y sus contactos.

Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, al PSOE la información le llega por múltiples vías pero todas apuntan en la misma dirección: hay un movimiento «de última hora que concentra levemente voto en la izquierda» al tiempo que el PP sigue bajando su expectativa de forma tenue. 

¿Posible vuelco a la izquierda?

Es decir, que si la tendencia se mantiene «hay posibilidades de un vuelco a la izquierda», explican las fuentes más serenas que perfilan la estrategia. «Por eso cambiamos ayer Toledo por Burgos», explican en referencia a la información adelantada por este periódico sobre el cambio de agenda del jefe del Ejecutivo que este jueves a las 19:00 horas participó junto al candidato, Luis Tudanca, y al ex presidente del Gobiern, José Luis Rodríguez Zapatero. Una provincia en la que el PSOE está a punto de hacerse con un escaño más. 

En total están en juego cuatro procuradores en cuatro provincias: Burgos, León, Palencia y Salamanca. Y se parte de la cifra con la que se cerraron las encuestas el lunes, último día para su publicación oficial: 27-28 escaños. Según los cálculos socialistas, Tudanca ha conseguido remontar uno, quizás dos representantes más y la tendencia, en buena lógica, no debería frenarse sino acentuarse conforme a los hábitos tradicionales de la movilización del electorado en la recta final de la campaña. 

Por ello, las mismas fuentes que admitían sin rubor desde hace semanas que Castilla y León estaba perdida y sólo había posibilidades de consolarse con un Gobierno de PP y Vox para erosionar a Pablo Casado y sus intenciones de sacar conclusiones nacionales de estos comicios, admiten ahora que «hay partido. Hay una posibilidad de que no sume la derecha y sume la izquierda, ya veremos con quien… Es difícil pero la posibilidad existe».

La batuta de Óscar López

En el puesto de mando, el jefe de gabinete del presidente, Óscar López, desde el Palacio de La Moncloa, se encarga del diseño de una estrategia de movilización del electorado progresista. López fue secretario de Organización del PSOE en Castilla y León y tiene un conocimiento profundo de la federación que «le permite saber qué tecla tocar» en base a las espectativas demoscópicas. 

En paralelo, desde Ferraz, la vicesecretaria general, Adriana Lastra, el secretario de Organización, Santos Cerdán y el secretario ejecutivo de Acción Electoral, Javier Izquierdo, se han implicado desde el principio en la organización electoral desde Ferraz y el diseño de  material audiovisual y campañas en redes sociales. 

En los triángulo de toma de decisiones, Moncloa, Ferraz y Valladolid, se ha instalado un halo de esperanza inversamente proporcional a los nervios y temores de sus rivales en Génova, en donde se airean incluso datos mermados para movilizar al electorado de derechas ante el temor a un posible vuelco electoral a la izquierda. A primera hora de la mañana, la entrevista del gurú demoscópico de la derecha, Narciso Michavila, en la cadena COPE disparó el ánimo en las filas socialistas al pronosticar que «una movilización por debajo del 33% a las 14:00 horas del domingo podría significar que gana la izquierda».

La incógnita de la participación

Fuentes socialistas reconocen que hay un repunte en la participación del votante socialista que se complementa con el abstencionista popular. «Es un milagro que la gente vaya a votar después de la campaña que ha hecho la derecha», señalan las fuentes consultadas por este periódico que cuentan a su favor el perfil del votante conservador, más envejecido que el progresista y por lo tanto más sujeto a variables que condicionan la jornada como las condiciones climatológicas que el domingo no pronostican buen tiempo. 

«Estamos disfrutando cuando creíamos q ibamos a vivir infierno», admiten desde el PSOE a 24 horas de que se cierre la campaña electoral pero 72 horas de que se cierren las urnas el próximo domingo 13 de febrero. Que a Mañueco se le hará larga la campaña es una verdad archivada repetida. La duda que albergan es si a Tudanca se le quedará corta: «Si nos faltará una semana más para lograr el cambio».

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