Calviño se pone el 'traje' de política y rebaja el perfil tecnócrata para confrontar con Díaz
La ministra reivindica el feminismo, se reúne con los que protestan contra los bancos y acusa al PP de «negacionista» para rentabilizar los fondos europeos
La ministra de Economía y vicepresidenta, Nadia Calviño, ha abandonado en las últimas semanas su habitual perfil de tecnócrata para ponerse el traje de política. En unos días ha reivindicado el feminismo, se ha reunido con los que recogen firmas contra los bancos y ha llegado a calificar a los populares de «negacionistas» en el tema de los fondos europeos. Las fuentes consultadas apuntan a dos objetivos: rentabilizar los efectos positivos en la economía de los fondos europeos (para que no parezca que sea una simple ejecutora de Bruselas) y frenar el vuelo de Yolanda Díaz.
En algunos círculos políticos ya se habla de «nueva Nadia Calviño». Se refieren al nuevo perfil que la vicepresidenta está impulsando en las últimas semanas. Llamó la atención en este sentido el alegato feminista que pronunció el pasado jueves, en coincidencia con la votación en el Congreso sobre la reforma laboral. «No voy a volver a hacerme una foto en la que sea la única mujer», dijo durante una intervención en un encuentro organizado por la compañía Hill+Knowlton.
La ministra habló de integrar la visión feminista dentro de las empresas y que los paneles de debates deben ser paritarios. Se mostró «particularmente sensible» en este asunto. «Tenemos que tomarnos este tema en serio (…) Son muchos los eventos en los que soy la única mujer porque soy la ministra. No podemos seguir considerando normal que no esté presente el 50% de la población», lanzó.
«Nueva Nadia Calviño»
Fue la primera declaración de corte muy político de una ministra hasta ahora conocida sobre todo por su perfil técnico. Calviño proviene del cuerpo de funcionarios europeos y en el Ejecutivo es conocida su buena relación con Bruselas, donde los más críticos (tanto en el PSOE como en Unidas Podemos) creen que aspira a volver, pero en un cargo destacado después de su etapa en el Ejecutivo.
Pero, ¿aspira a algo más? Algunos observadores creen que Calviño quiere tener más relevancia en los equilibrios gubernamentales. La ministra ha celebrado como una victoria personal la aprobación de la reforma laboral. Su trabajo fue esencial para rebajar las ambiciones de Díaz y de los sindicatos y para favorecer la firma de la CEOE. Ese acuerdo permite a Pedro Sánchez sortear el primer gran escollo reformista para obtener los fondos europeos.
Sánchez es consciente de que su futuro político pasa por la recuperación económica. Los datos que manejas sus técnicos son buenos, pero hace falta que calen a nivel de opinión pública. Y en eso está volcado el equipo que trabaja en la Moncloa, donde esperan que los enfrentamientos internos a Unidas Podemos y el fuego cruzado de los nacionalistas no desvíe a los votantes de lo que más cuenta: ofrecer la imagen de un PSOE que resuelve una crisis económica, hundiendo así la estrategia del PP.
«El PSOE en su conjunto y Calviño en particular se han dado cuenta de que deben que dar un perfil más político y no aparecer solamente como los que llevan adelante las encomienda de Bruselas«, afirman fuentes conocedoras de la estrategia de los ministerios económicos del Ejecutivo.
Del feminismo al «populismo»
Después de su alegato feminista, Calviño apostó por otra maniobra que algunas califican de «populista». Se refieren al encuentro con Carlos San Juan, el jubilado valenciano de 78 años que llevó el pasado martes al ministerio de Economía unas 600.000 firmas para pedir a los bancos más atención a los mayores.
Calviño bajó de las plantas altas del ministerio y se reunió con él en las puertas del edificio delante de periodistas y cámaras de televisión. La ministra acabó dando la razón a San Juan, algo que revolvió al sector. El día siguiente, el presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán, respondió a la ministra afirmando que «en Teruel sigue habiendo bancos, lo que no hay son otorrinos en el hospital público».
Derivada europea
«¿Por qué una técnica empieza a hacer de política?», se preguntan algunos miembros de Unidas Podemos que observan ese giro. Muchos creen que la respuesta se encuentra en Europa, y en la evolución de la política española, con el crecimiento de Vox y el debilitamiento del Partido Popular. «¿Va a necesitar España una Draghi?», es una reflexión que algunos esbozan para explicar la nueva Nadia Calviño de «rostro humano».
Hace un año, la ministra empezó a suavizar su discurso, recuerdan algunas fuentes. Entonces, aspiraba a liderar el Eurogrupo después del mandato del portugués Mario Centeno. Sin embargo, los países del Eurogrupo prefirieron al ministro irlandés de Finanzas, el democristiano Paschal Donohoe, admirado por su perfil «moderado». Ese nombramiento decepcionó a la vicepresidenta, que pudo consolarse con la presidencia del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI.
Después de ese nombramiento, Calviño recuperó el perfil técnico y se centró en la promoción en España y Europa del plan de recuperación del Ejecutivo. Una operación que, no obstante, necesita también de relato público. Es por ello que la ministra aspira a competir con Díaz en su terreno, como la política social y el feminismo, para que los beneficios sociales derivados de los fondos europeos no se conviertan en logros de la lideresa de Unidas Podemos.
De Piketty a Blanchard
La confrontación entre gallegas (Díaz, de Ferrol y Calviño, de La Coruña) se mueve más allá de la esfera gubernamental. Hace un mes, Díaz celebró un acto en Madrid con el economista Thomas Piketty para afianzarse en la agenda internacional. En algunos círculos políticos se habló de la posibilidad de que otro economista de fama internacional como Olivier Blanchard viniera a Madrid. Se barajó que Calviño acudiera a la presentación de su nuevo libro, Combatiendo la desigualdad: Un nuevo planteamiento del papel del Gobierno (Deusto), como parte de una respuesta diplomático-económica a Díaz. La pandemia y la preocupación del economista ha de momento frenado la operación, según ha podido saber este diario.
En esta nueva etapa, Calviño ha llegado incluso a emplear términos como el de «negacionista» para atacar al PP. Hasta ahora la izquierda lo usó para hablar de ecologismo y pandemia, excediendo el significado originario de los que negaban el holocausto. Pero el pasado jueves Calviño dijo que el PP era «negacionista» de los fondos europeos por criticar cómo se están distribuyendo.
Se trata de un «giro muy claro», reconocen las fuentes consultadas, que señalan a Yolanda Díaz, a quien los socialistas han exigido rebajar sus reivindicaciones y controlar a los ministros morados. Y en medio de este delicado organigrama se mueve la responsable de Economía, la «nueva Calviño”, que ha entrado en la segunda parte de la legislatura con un perfil más político y menos tecnócrata.