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Castilla y León

Vox presiona para entrar en el gobierno de Castilla y León: «No somos menos que otros»

Juan García-Gallardo revela que Mañueco no le ha llamado aún y teme que esté «atado de pies y manos» para negociar «por la dirección nacional y por Bruselas»

Vox presiona para entrar en el gobierno de Castilla y León: «No somos menos que otros»

Juan García-Gallardo este lunes durante una rueda de prensa. | Vox

Vox redobla su apuesta. La formación verde ha confirmado que no facilitará un gobierno del PP en Castilla y León «ni va a ser muleta de nadie». Su intención es que los 13 procuradores que obtuvieron en las elecciones de este domingo les sirva para entrar en el Ejecutivo regional. El candidato Juan García-Gallardo ha revelado que Alfonso Fernández Mañueco aún no le ha llamado y que teme que esté «atado de pies y manos» para negociar «por la dirección nacional de su partido y por Bruselas».

«Hemos obtenido el 17,6% de los votos. Somos conscientes de que no podemos imponer nuestro programa. No podemos ocupar la totalidad de los puestos del próximo gobierno, pero no somos ni más ni menos que otros partidos», ha reivindicado García-Gallardo este lunes en una rueda de prensa en Valladolid. Horas antes, durante una entrevista en la radio, el propio Mañueco se ha mostrado partidario de formar un Ejecutivo de coalición, aunque «hay varias posibilidades».

«Obtener lo mismo que Ciudadanos»

García-Gallardo se ha servido en su alocución de Ciudadanos, que era el socio de gobierno de Mañueco hasta el 20 de diciembre, cuando convocó elecciones anticipadas. El joven abogado burgalés ha precisado que lo primero es poner los programas sobre la mesa,  pero que su partido debe tener el peso que le han otorgado las urnas. «Tenemos que obtener lo mismo o más que Ciudadanos, que tuvo un 14% de los votos». La formación naranja se hizo entonces con cuatro consejerías, incluida la vicepresidencia. 

«Si alguien quería que le regaláramos los votos al PP, tendría que haber votado al PP. Hemos venido a dar un cambio de rumbo. Estas elecciones son un punto de inflexión», ha explicado García-Gallardo. El aspirante de Vox ha ofrecido la comparecencia en solitario, ataviado con una corbata, un estilo mucho más institucional del que ha ofrecido durante la campaña. El líder nacional, Santiago Abascal, dijo de él durante la noche electoral que «se le está poniendo cara de vicepresidente».

García-Gallardo y Abascal se abrazan en la noche electoral. | Foto: Claudia Alba (Europa Press)

Un deseo que el abogado burgalés no oculta. La intención de su partido, dice, es no abstenerse ni facilitar un gobierno del PP. «Tenemos el derecho y el deber de integrar el próximo gobierno», parafraseó a Abascal. García-Gallardo cree que puede llegar a acuerdos con el PP. No obstante, ha mostrado «inquietud» con la situación. Ha relatado que la convocatoria electoral se decidió en Génova, 13 (sede nacional de los populares) y que tiene la convicción de que sucede algo similar con los pactos postelectorales.

«Puede que el PP de Castilla y León esté atado de pies y manos por el criterio de su dirección nacional y de Bruselas», ha reconocido García-Gallardo. Su deseo es entenderse con Mañueco. Ha avanzado que será él mismo quien capitanee las negociaciones por parte de Vox. No quiere oír hablar de injerencias. Por eso, al ser preguntado por el secretario general de los populares, ha dicho: «No tengo nada que negociar con Teodoro García Egea». El auditorio rompió en un sonoro aplauso.

Abstención del PSOE

García-Gallardo tiene otra mosca detrás de la oreja: la posibilidad de que los socialistas se abstengan para impedir que Vox entre en el gobierno de Castilla y León. Una posibilidad a la que ha aludido el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. El abogado burgalés ha pasado la pelota a los populares: «El PP debe actuar con responsabilidad. Si llegan a un acuerdo con el PSOE deberá asumir consecuencias de una decisión de esa índole. Creo que es lo que las bases del PP no quieren».

La intención de Vox es reunirse con Mañueco para poner en común los programas. «Habrá que hablar de natalidad, de campo y de industria», ha avanzado García-Gallardo. Pero también, de las «reivindicaciones legítimas de las plataformas provinciales, esa España silenciada y abandonada». La idea de la formación verde es verse con estas organizaciones para escuchar sus demandas ya que «no van a tener la posibilidad de ser decisivos como nosotros».

Simpatizantes de Vox celebran los resultados electorales en Castilla y León. | Foto: Claudia Alba (Europa Press)

Una de las peticiones que realizará la formación verde será «derogar toda la legislación de izquierda». García-Gallardo ha mencionado la ley de Violencia de Género regional y el decreto de Memoria Histórica. Además, se ha referido a la necesidad de bajar impuestos autonómicos para «dejar de estar discriminados en comparación con otras comunidades limítrofes». El joven abogado ha reconocido que en el ADN de Vox está «criticar» el Estado de las autonomías, que «ha fracasado y ha creado nuevos centralismos, ciudadanos de primera y de segunda división».

El delfín de Abascal en Castilla y León también ha aprovechado la comparecencia para arremeter contra los periodistas y las agencias que realizan las encuestas. «Hemos conseguido ser la alternativa a pesar de la demonización de los medios de comunicación y de la influencia que han querido tener las casas demoscópicas. Son un gran problema para la democracia».

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