El entorno de Podemos sabía que Putin iba a invadir Ucrania por una reunión aplazada en la Embajada
Personas cercanas al partido morado pensaban acudir a la Embajada rusa de Madrid para un recibimiento a puertas cerradas que finalmente no se convocó
El entorno de Podemos entendió que la invasión de Ucrania por parte del Ejército ruso era inminente hace pocos días. Concretamente el pasado martes, cuando se supo que la reunión confidencial en la Embajada de Rusia que otros años se había convocado para celebrar un día festivo del país oriental no se iba a celebrar. A esta reunión, según ha podido saber THE OBJECTIVE, suelen acudir miembros de otras delegaciones diplomáticas, militares y otros referentes considerados afines a Moscú. El acto no oficial, sin embargo, no se convocó y los que tenían que acudir entendieron que la «guerra era inminente».
Los servicios de inteligencia de Estados Unidos avisaron hace días de que la invasión podía producirse inmediatamente después del cierre de los juegos olímpicos en China. Y así ha sido. Se empezó a especular de una invasión militar esta semana. Y el hecho de que no se celebrara este «recibimiento» puso a todos en alarma. Dicho encuentro, explican las fuentes consultadas, se solía realizar para fortalecer los contactos de Rusia con sus interlocutores internacionales.
Las fuentes consultadas explican que este tipo de recibimiento se solía convocar en los años anteriores para celebrar el día de la patria (también conocido como día del hombre), que es el 23 de febrero. Solían ser encuentros cerrados, para que acudieran solo las personas con las que los representantes del Gobierno de Moscú en el exterior tenían interés en hablar. No se trataba de un recibimiento «público». Este año, sin embargo, esta celebración no se ha convocado, y los que se esperaban recibir la convocatoria entendieron rápidamente que se debía a la «situación internacional» y a una inminente invasión.
Giro de Podemos en pocos días
Podemos apostó hace un mes por la vía diplomática en la escalada bélica en Ucrania. Tanto los ministros como los responsables del partido morado sobre política internacional creían que Putin iba sustancialmente de farol. Por ello, la encargada de la secretaría de Exteriores del partido y hasta el propio Pablo Iglesias buscaron una posición de equidistancia entre Moscú y la OTAN, cuando el resto de fuerzas políticas, entre ellas el PSOE, ya se mantenía con contundencia en la condena de la política del Kremlin.
«La UE debe apostar por la autonomía estratégica, que llevamos discutiendo años, para defender sus propios intereses y no los de EEUU. Esto pasa por no apoyar una extensión de la OTAN a Ucrania y Europa del Este, defender los acuerdos, garantizar la paz y los derechos humanos», afirmaba el pasado 18 de enero Idoia Villanueva, jefa de la secretaria de Exteriores de Podemos. Dos días antes, Iglesias había avisado de que, en su opinión, no convenía a la UE mantener una posición dura contra Vladimir Putin.
Las relaciones de Podemos con Moscú vienen de antaño. Como desveló este diario, durante la campaña electoral de 2019 las terminales de propaganda de Rusia activas en España como Russia Today defendieron a los morados para que entraran en el Ejecutivo. La conexión con el Kremlin se sustentaba, tal y como desvelan desde las entrañas del partido, en una relación político-financiera que se activó incluso antes del nacimiento del partido, con el patrocinio de algunos productos audiovisuales vinculados a Iglesias.
Las relaciones directas con el entorno de Podemos, formado por diplomáticos y hasta periodistas, se ha mantenido vivo en estos últimos años. Es por ello que los morados siempre han creído tener un canal directo con el Gobierno de Putin. Entre otras cosas, porque éste mantiene muy buenas relaciones con Venezuela y Cuba, ambos gobiernos considerados amigos por los morados y sus afines, que no han condenado la invasión del jueves. El presidente de Rusia, como es sabido, siempre ha otorgado mucha importancia a sus canales de información en el exterior, con los que han colaborado varios cuadros del partido morado.
Discurso que activó las alarmas
Las alarmas en el entorno de Pablo Iglesias e Irene Montero se activaron tras unos de los últimos discursos de Putin. Concretamente el del 21 de febrero, en el que Putin acusó al gobierno de Ucrania de ser «títere» de Estados Unidos, sostuvo que el país podía obtener armas nuclear y convertirse en una amenaza para Rusia. Putin ofreció una lectura muy personal de la historia. Dijo que Lenin fue el «autor y arquitecto» de Ucrania y amenazó a sus actuales gobernantes de intentar borrar el legado comunista.
Putin expresó un discurso nostálgico de la Unión Soviética. «Les dimos a estas repúblicas el derecho a salir de la Unión sin términos ni condiciones. Eso fue una locura», afirmó. El entorno morado entendió que estas declaraciones conducían a una invasión real de Ucrania. Entre otras cosas porque Podemos también tiene acceso a la información privilegiada que manejan en el Ministerio de Exteriores gracias a su presencia en el Gobierno.
Este hecho aconsejó dar un giro de 180 grados con respecto a lo afirmado en enero. El propio Iglesias se desmarcó con contundencia del presidente ruso: «Putin es un anticomunista convencido y un nacionalista de derechas. Ayer lo dejó claro en un discurso para la Historia en el que dejó muchas pistas sobre su imaginario cultural y sus referentes ideológicos así como su sentido de la ironía y la imagen que tiene de sí mismo», escribió en una columna en el diario CTXT.
Este giro, sin embargo, se explica por el conocimiento directo de varios miembros de Podemos de las maniobras de Rusia. Y también de la necesidad de adelantarse para evitar que la derecha use estos argumentos para aislar del Consejo de Ministros a los miembros de Unidas Podemos. El mismo día de la invasión, todos los ministros morados se alinearon en la «condena» de la acción militar. Evitaron esta vez poner en el mismo plano la OTAN, si bien muchas de las bases moradas sí creen que la Alianza Atlántica es también responsables de la escalada y el partido morado cuestiona «la ampliación de la OTAN al este».
Pero fijaron la prioridad en salvar a los ministros morado del Ejecutivo, y evitar un choque con Pedro Sánchez en la política internacional. Sánchez no está dispuesto a permitir a Podemos poner en tela de juicio la lealtad de España a la OTAN. El mensaje ha llegado fuerte y claro en el cuartel general de Yolanda Díaz. Pero también en los equipos de otros ministros de Podemos. Máxime porque desde sectores afines a Podemos en contacto con Rusia se entendió que esta semana iba a ocurrir algo preocupante. Una sospecha que ganó fuerza con la anulación de un recibimiento que se había celebrado otros años, y que esta vez se silenció. Faltaban pocas horas a la invasión, que finalmente se produjo tras los primeros bombardeos en la noche del jueves.