La Fiscalía decide archivar todas las investigaciones sobre el patrimonio de Juan Carlos I
Esta decisión abre la puerta al regreso del rey emérito a España después de que se instalara en Abu Dabi el 3 de agosto de 2020 a raíz de esta polémica
Esta decisión abre la puerta al regreso del rey emérito a España después de que se instalara en Abu Dabi el 3 de agosto de 2020 a raíz de esta polémica
La Fiscalía del Tribunal Supremo ha archivado este martes las diligencias de investigación que tenía abiertas al rey Juan Carlos I.
El fiscal jefe Anticorrupción, Alejandro Luzón, ha firmado los decretos de archivo relativos a las diligencias que el ministerio público mantenía abiertas: una por el presunto cobro de 65 millones de euros por presuntas comisiones de las obras del tren de alta velocidad Medina-La Meca (Arabia Saudí), otra sobre si recibió donaciones no declaradas y una tercera respecto de si ocultó fondos en paraísos fiscales.
El archivo del Supremo abre la puerta al regreso del rey Juan Carlos a España
La decisión de la Fiscalía del Tribunal Supremo de archivar las diligencias de investigación que tenía abiertas al rey Juan Carlos abre la puerta a su regreso a España después de que se instalara en Abu Dabi el 3 de agosto de 2020 a raíz de la polémica por el dinero que manejaba en el extranjero.
Después de un año y siete meses cobijado en el emirato, Juan Carlos I ve allanado el terreno para volver a pisar España, decisión con la que había amagado en varias ocasiones.
Entre las opciones que se han barajado en todo este tiempo, está que mantenga su residencia fiscal en Abu Dabi y que desde allí viaje de manera periódica a España.
El padre de Felipe VI siempre reivindicó ante su entorno que no tenía ninguna causa judicial abierta y que, por tanto, se veía legitimado para volver a España cuando quisiese.
Sin embargo, en las ocasiones en las que dejó entrever que planeaba su regreso, aunque fuese temporal, finalmente desistió al no darse las condiciones adecuadas.
En las Navidades de 2020, trasladó a sus allegados su deseo de pasar las fiestas en España, pero desistió alegando el alto riesgo por la pandemia y por ser una persona de alto riesgo.
«Con la esperanza de que todo mejore», concluía el mensaje del rey emérito.
En noviembre del pasado año, cuando se publicó que la Fiscalía del Supremo pretendía archivar su caso antes de 2022, volvió a trasladar su intención de viajar en Navidad, una hipótesis que se reforzó cuando la Fiscalía suiza dio carpetazo a las pesquisas sobre la donación de 65 millones de euros que el rey emérito recibió de Arabia Saudí y que manejó en el país helvético a través de testaferros.
Hasta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apuntó que no veía problema en su regreso a España al defender su presunción de inocencia y que no pesaba sobre él ningún cargo judicial.
No obstante, la prórroga de la investigación de los fiscales del Supremo por otros seis meses dictada a mediados de diciembre frustró de nuevo sus planes.
Antes de final de año, reapareció en público en Abu Dabi para ver un partido del tenista Rafael Nadal, quien dio positivo por covid-19 pocos días después de comer con él, por lo que tuvo que permanecer aislado por precaución, aunque dio negativo en el test.
Fue una de sus últimas imágenes del rey Juan Carlos, poco antes de cumplir 84 años, que volvió a celebrar en Abu Dabi con algunos amigos.
Durante su estancia en el emirato, se llegó a especular sobre su mal estado de salud, lo que desmintió la Casa Real, en los pocos pronunciamientos que ha hecho sobre el rey emérito.
Su aparición en el partido de Nadal dejó entrever que está bien de salud y se le ve más delgado, aunque mantiene los problemas de movilidad que arrastra desde hace varios años y que le obligan a caminar con bastón y a hacer rehabilitación.
A pesar de su marcha de España, Juan Carlos I ha seguido siendo miembro de la Familia Real y allí ha conocido la separación de su hija Cristina de Iñaki Urdangarin.
Ha conservado su título vitalicio de rey, a pesar de la reclamación de algunos de los socios del Gobierno por despojarle de este tratamiento.
El Gobierno justificó además el que haya contado con tres asistentes en Abu Dabi sufragados por Patrimonio Nacional en que fue jefe del Estado durante casi 40 años y en su «delicado estado de salud y avanzada edad».
En este tiempo, en octubre de 2021, se publicó un libro de la periodista francesa Laurence Debray con testimonios de don Juan Carlos sobre su día a día en Abu Dabi y el por qué se instaló en el país árabe.
«Aquí no molesto a la corona«, alegó don Juan Carlos, quien en un principio sopesó la idea de instalarse en Portugal, pero que ante las reticencias de su hijo por la proximidad con España, se inclinó por irse al Golfo Pérsico invitado por las autoridades del emirato.
El rey emérito comunicó su marcha en una carta a Felipe VI en la que expresaba, con «profundo sentimiento, pero con gran serenidad», su «meditada decisión» de trasladarse fuera de España.
Ante la repercusión de «ciertos acontecimientos pasados» de su vida privada, personificados en la figura de la que fue su amante durante varios años, Corinna Larsen, el anterior jefe del Estado ponía tierra de por medio para calmar la controversia.
El destino del rey emérito se conoció oficialmente dos semanas después de salir de España en un avión privado desde Vigo (Pontevedra).
Fue la Casa Real la que dio la información tras publicarse en un medio una foto de don Juan Carlos bajando del avión.
Durante su estancia en Abu Dabi, donde le han visitado varias veces sus hijas, las infantas Elena y Cristina, el rey Juan Carlos ha llevado a cabo dos regularizaciones fiscales sin requerimiento previo de Hacienda con el propósito de evitar la acusación de delito fiscal, del que no hubiera estado protegido por la inviolabilidad que tuvo como jefe de Estado.
El 9 de diciembre de 2020, hizo la primera declaración voluntaria, que se saldó con el pago de una deuda de 678.393 euros por las donaciones recibidas del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause entre 2016 y 2018, y que empleó para gastos familiares a través de tarjetas opacas.
La segunda regularización tuvo lugar el 26 de febrero, por un importe de 4,3 millones de euros, por los vuelos privados y los gastos personales de los que se benefició de la fundación Zagatka, gestionada por su primo, Álvaro de Orleans, a espaldas del fisco.
Para saldar esta segunda deuda, el rey emérito recurrió a préstamos de una decena de amigos y empresarios.
Además de su posible vuelta, entre las incógnitas que quedan por resolver, está si el rey emérito hará algún pronunciamiento después de que Pedro Sánchez le haya instado en varias ocasiones a dar explicaciones ante las «perturbadoras» informaciones publicadas sobre sus fondos en el extranjero.
A esta petición de rendir cuentas ante la ciudadanía se han unido otras voces, como la del exjefe del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero, y Unidas Podemos, que reclamó su comparecencia en el Congreso, si no lo hacía ante la Justicia, para dar cuenta de los actos cometidos antes y después de su abdicación.
La formación morada y partidos como ERC y EH Bildu han presentado numerosas peticiones para crear una comisión de investigación parlamentaria sobre los negocios ocultos del rey emérito, pero PSOE, PP y Vox han impedido su tramitación en la Mesa del Congreso.
Fuente: EFE