Núñez Feijóo, el gallego 'elástico' que toma el segundo tren para presidir el PP
El nuevo candidato a la Presidencia popular destaca por su capacidad de aglutinar mayorías, para marcar el tempo de la moderación y por su habilidad de sumar a izquierda y derecha
Alberto Núñez Feijóo (Orense, 1961) ha anunciado que se postula como candidato para presidir el Partido Popular en el próximo Congreso Nacional Extraordinario, programado para los días 1 y 2 de abril en Andalucía. Con el objetivo de reconstruir un partido resquebrajado tras el enfrentamiento con Isabel Díaz Ayuso y el fin de la ‘era Casado’, Feijóo ha aceptado dar un paso al frente y abandonar, tras cuatro mayorías absolutas, la presidencia de la Xunta de Galicia para escoger el camino de la política nacional.
Al gallego se le conoce por los adjetivos que han marcado sus años en política. Si con Ángel Gabilondo el «soso, serio y formal» marcaron el ritmo de su campaña en las autonómicas de Madrid, con Núñez Feijóo podría hablarse de un hombre «serio, moderado y elástico», aunque Cayetana Álvarez de Toledo ha preferido definirle como «el único adulto en una etapa de puerilidad«. La nueva Presidencia popular, siempre que no salga a relucir otros candidatos y salte la sorpresa, viene a hombros de todos los barones autonómicos, quienes han bajado desde Galicia al hombre que esperan que devuelva a los populares al Gobierno y ponga fin a los gobiernos de Pedro Sánchez, pero, ante todo, al hombre que esperan que pueda volver a unir los cachitos de un partido fragmentado.
Núñez Feijóo, el discípulo de José Manuel Romay Beccaría
Licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, su llegada a la política ocurrió tras seis años como miembro del Cuerpo Superior de la Administración General de la Xunta, que abandonaría para convertirse en secretario general técnico de la Consellería de Agricultura, Gandería e Montes. Aunque este periplo duraría poco tiempo (solo tres meses) para convertirse en el secretario general de la Consellería de Sanidade e Servicios Sociais, el paso del presidente gallego por estas áreas daría las primeras muestras de ese hombre que años después destacaría por su capacidad de gestionar y de alcanzar consensos.
Entre 1992 y 1996, Feijóo ostentaría el cargo de vicepresidente y secretario general del Servizo Galego de Saúde, que tendría que abandonar tras ser llamado por el Gobierno de José María Aznar. Apadrinado del exdiputado de Alianza Popular y ministro de Sanidad, José Manuel Romay Beccaría, la figura del joven gallego parecía ser del agrado del presidente, quien lo avalaría como secretario general de Asistencia Sanitaria en el Ministerio de Sanidad y Consumo y posteriormente para la presidencia del Instituto Nacional de la Salud (Insalud).
Entre 2000 y 2003 Feijóo pasó a desempeñar diferentes cargos en Correos, que llegaría a presidir en 2001, donde destacaría por los buenos resultados presentados por la compañía y por su habilidad para negociar con los sindicatos.
Una vida privada marcada por la discreción
De la vida personal del presidente gallego se conoce poco. La discreción y la falta de titulares ha primado en todos estos años de presidencia, de quien poco o nada se conoce fuera de la vida política más allá de sus polémicas fotos con el narcotraficante Marcial Dorado en un yate en los años 90.
Su esposa , Eva Cárdenas, nunca ha destacado por el puesto de su esposo, sino por su propia habilidad para triunfar en el mundo de los negocios. Graduada en Económicas y Diseño Industrial en la Universidad de Santiago de Compostela, Cárdenas es una de las caras más importantes en el actual éxito de Inditex tras ser fichada por Amancio Ortega para dirigir Zara Home, marca que lideraría hasta que en 2018 dijera adiós para centrarse en su familia.
Sin embargo, en 2019 anunciaría su nueva aventura empresarial junto a su hija, fruto de un matrimonio anterior al que mantiene a día de hoy junto al presidente de la Xunta. Niebla Azul, dedicada a los alquileres en Galicia. Junto al líder gallego ha tenido un hijo, Alberto, quien nació en 2018 y que en la actualidad ya tiene cinco años.
Aún no se sabe el papel que tendrá en esta nueva etapa, aunque lo seguro es que será independiente al de su esposo. Si vendrá o no a Madrid es una decisión que dependerá de ella, aunque ya tuvo esa oportunidad cuando dirigía la marca del hogar del imperio Ortega.
Núñez Feijóo y la vuelta a Galicia de la mano de Fraga
Tras varios años en los que un nuevo político joven destacaba en Madrid; desde Galicia, Manuel Fraga Iribarne, ganaba las elecciones pero quedaba fuera del Ejecutivo tras el pacto entre los socialistas y el BNG, tras lo que anunciaba su retirada. Consciente de la oportunidad que esto suponía, el líder gallego se postulaba como su sucesor y se hacía con la presidencia del partido en la comunidad en el año 2006.
Los años de Feijóo al frente del Gobierno gallego han destacado por una nula oposición a sus políticas, y no por ganas, sino por incapacidad de sus adversarios. Desde su llegada y su primera victoria electoral en el año 2009 (a la que seguirían las de 2012, 2016 y 2020), el nuevo líder popular ha destacado por su capacidad de aglutinar mayorías en torno a las siglas del PP, a las que no ha alejado del Palacio de Raxoi durante cuatro legislaturas y que desde Génova 13 esperan poder revalidar en Madrid.
Y es que la carrera de Feijóo está marcada por su capacidad de sumar mayorías. Entre sus logros al frente de la comunidad destaca su habilidad para mantener las mayorías parlamentarias sin demasiadas zozobras y que le alzaron a la presidencia en 2009, revalidando en otras tres ocasiones este liderazgo indiscutido en Galicia que el PP había perdido en 2005.
Aunque no ha destacado por grandes polémicas, es indiscutible el riesgo que supuso para su fulgurante carrera política la filtración de las fotografías por parte de El País en el yate del narcotraficante Marcial Dorado, condenado por blanqueo de capitales. En lo que parecía una crisis destinada a cortar de raíz su crecimiento, Alberto Núñez Feijóo pudo (o tuvo la suerte) de salir limpio de esta situación, algo que en 2018 demostraría saliendo indemne del programa especial que Jordi Évole llegó a dedicarle y en el que presidente gallego rechazó conocer las actividades delictivas del que fue su amigo.
Un líder ‘elástico’ ideológicamente
En THE OBJECTIVE, Enrique García-Máiquez describía la principal virtud de Núñez Feijóo: su ‘elasticidad’ ideológica. El nuevo líder popular se ha declarado ideológicamente cercano a posiciones socialdemócratas y de izquierda moderada. «Hay millones de votos sin cobertura: la socialdemocracia, el centroizquierda, los socialistas digamos templados… Ése es el espacio que tiene ocupar el Partido Popular. Esa es mi tesis y es una tesis conocida porque es la que intento aplicar en Galicia», ha defendido.
El ejemplo más claro de esta habilidad sumatoria puede verse en los que son sus últimos comicios autonómicos, en los que a pesar del auge de Vox en el resto de comunidades y su presencia en el Congreso de los Diputados desde 2019, logró aislar a la formación de Santiago Abascal, quien no lograba representación en las Cortes. Esta es una de las expectativas populares que se esperan del probable nuevo líder, el poder frenar el ascenso de un Vox que se acerca peligrosamente a la hegemonía popular en la derecha.
Aunque a nivel nacional la situación que puede encontrarse Feijóo sea inédita para él, queda pendiente conocer su habilidad para alcanzar pactos políticos, ya sea con Vox o con otras formaciones.
El tren a Génova 13 pasa dos veces
Esta no es la primera oportunidad de Núñez Feijóo para presidir el Partido Popular a nivel nacional. La marcha de Mariano Rajoy en 2018 dejó un vacío en el que muchas voces de los barones populares apuntaban a una hacia el presidente gallego, a quien se le veía como el sucesor natural del expresidente del Gobierno tras varios años de buenas relaciones.
Ese tren pasó. Feijóo rechazaba la oportunidad y apostaba por quedarse en una Galicia que gobernaba a gusto y disgusto, sin oposición interna, sin un Parlamento en su contra y con la tranquilidad de saberse líder de una región que legislatura tras legislatura revalidaba su apoyo.
Lo siguiente es una historia conocida. El Cospedal contra Sáinz de Santamaría parecía abocar al PP hacia una nueva crisis en la que pudo imponerse una tercera vía. La presidencia de Pablo Casado comenzaba de forma inesperada y daba paso a tres años de transición en la que los populares han tenido tiempo de reconstruirse y prepararse para asaltar, de nuevo, la Presidencia del Gobierno tras recuperar las principales plazas autonómicas.
El tiempo dirá si lo lograrán o no, pero lo que sí parece seguro, al menos a corto plazo, es que la decisión de Núñez Feijóo de tomar este segundo tren abre al Partido Popular a una nueva etapa en la que la meta sigue siendo la misma: sumar para convertir a los populares en el principal partido de España, esta vez bajo la flexible batuta de Alberto Núñez Feijóo, ese gallego serio, moderado y elástico.