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El hombre de Puigdemont que se alió con Rusia durante el 'procés' evita criticar a Putin

El jefe de la oficina de Puigdemont en Bruselas se burla del conocimiento del presidente de Estados Unidos sobre Ucrania y cuestiona la suspensión de RT

El hombre de Puigdemont que se alió con Rusia durante el ‘procés’ evita criticar a Putin

Josep Lluis Alay, jefe de oficina del despacho de Carles Puigdemont en Bruselas. | CCMA

Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Carles Puigdemont en Bruselas, mantiene un perfil muy bajo sobre la invasión de Rusia a Ucrania, pese a ser uno de los dirigentes nacionalistas más cuestionados por sus relaciones con el Kremlin. El también historiador viajó a Rusia en 2019, durante las semanas de disturbios en Cataluña como reacción a la sentencia del Tribunal Supremo a los líderes independentistas, para reunirse con personas próximas del poder oficial ruso de Vladimir Putin, como agentes de los servicios secretos y políticos, con el fin de recabar apoyos para lograr la independencia de Cataluña.

Antes de que empezara el actual conflicto bélico en Ucrania, Alay no tuvo reparos en reconocer estos encuentros, producidos entre 2017 y 2020 con personas próximas a las autoridades rusas, y que tenían como finalidad promocionar el plan rupturista, más allá de la idoneidad o no del tipo de aliados. La mano derecha confirmó al The New York Times que su misión en Rusia era abordar la «creación de un Estado independiente futuro» y que eso «no era delito». Aunque aseguró que la mayoría de contactos fueron con «medios de comunicación», según el rotativo estadounidense también se reunió con exagentes de inteligencia y el nieto de un espía del KGB con el objetivo de «garantizar la ayuda rusa».

La guerra ha obligado al Govern de Pere Aragonès a desmarcarse de cualquier comparación entre Ucrania y Cataluña. En este sentido, la consellera de Exteriores, Victoria Alsina, ha avalado el envío de armas en coordinación con la Unión Europea, y el propio presidente de la Generalitat descartó una guerra de independencia a raíz del conflicto ucraniano. Incluso Carles Puigdemont ha exhibido menos ambigüedades que el jefe de su oficina a la hora de posicionarse sobre el conflicto.

Contra la suspensión de RT

Alay, por su parte, ha arremetido en las redes sociales a través de la difusión de mensajes de terceros de la suspensión por parte de la Unión Europea de las emisiones de Sputnik y Russia Today por «sentar un precedente peligroso». Tampoco ha dudado en cuestionar al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por su supuesto desconocimiento de la realidad en el este de Europa al confundir «ucranianos» por «iraníes».

De acuerdo con la compartición de sus mensajes en la red social, Alay ha mostrado mayor dureza con el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, que con el Kremlin. Del gobierno ruso ensalzó durante el primer diálogo entre las autoridades rusas y ucranianas que reconocieran a Volodimir Zelenksi como «presidente legítimo» y que allanaran el camino para «la desescalada». Algo que finalmente tuvo poco recorrido.

Si bien también criticó la situación guerra, donde mueren civiles, su preocupación principal iba dirigido hacia el papel de la Unión Europea. A este respecto, dejaba entender que Kiev podría ser una nueva Sarajevo y que, como Bosnia, «siguiera olvidada por la Unión Europea en medio de los Balcanes».

Implicado en el ‘caso Voloh’

Alay fue detenido en 2020 en el marco del caso Voloh, que investiga varias líneas como una posible financiación irregular de ERC y JxCat, un posible tráfico de influencias de políticos y empresarios del nacionalismo catalán, y la organización de las manifestaciones violentas y sabotajes de 2019.

El Parlamento Europeo también aceptó la celebración de una Comisión Especial sobre injerencias extranjeras en los procesos democráticos de la Unión Europea donde se abordó las relaciones de una parte del independentismo con Rusia. Aunque todavía no se han votado las conclusiones, y tampoco el reportaje del The New York Times aclara que ofreció el Kremlin al secesionismo. En una de las conversaciones que se filtraron, no obstante, Alay recomendaba a Puigdemont evitar declaraciones públicas que molestaran a Moscú con el fin de no torpedear un eventual apoyo económico.

Al conocerse esta información, junto a la de mensajes de Alay con contactos rusos, el afectado dijo en una entrevista en TV3 que «no es propio de un Estado de Derecho» la forma de actuar de España y se preguntó: «¿Cómo podemos criticar a Rusia viviendo en un Estado en el que estamos viviendo en este momento? ¿Qué es esta hipocresía?». Antes de recalar al frente del despacho de Puigdemont, y como coordinador de Políticas Internacionales del presidente Quim Torra visitó el diario filorruso Pravda para que entrevistaran al entonces mandatario catalán. Desde el estallido de la guerra, sin embargo, ha mantenido un perfil más discreto.

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