Juan Carlos I irá a Barcelona para ver a su mejor amigo, convaleciente de un ictus
El empresario Josep Cusí se recupera de un problema cerebrovascular que sufrió en enero y habla casi a diario por teléfono con el Emérito
Uno de los primeros sitios que visitará Juan Carlos I cuando regrese a España será Barcelona para ver a su amigo más cercano y leal que ha tenido en los últimos 50 años, el empresario catalán Josep Cusí, quien sufrió un ictus en enero y con el que habla casi a diario por teléfono desde Abu Dabi para saber cómo evoluciona de este percance de salud.
El propio Cusí explicó este martes a THE OBJECTIVE que ha pasado un mes en el hospital tras sufrir el problema cerebrovascular y que ahora está en fase de recuperación con sesiones de fisioterapia ya que tiene dificultades con la movilidad. «Hay que tener paciencia», subraya con voz firme. Anda con muletas y cuando sale a la calle lo hace acompañado y con la ayuda de una silla de ruedas.
Cusí cuenta en la actualidad con 88 años. La muestra más palpable de su cercanía a don Juan Carlos es que fue la persona que costeó -casi a partes iguales con el Rey emérito- la luna de miel de los entonces príncipes Felipe y Letizia en 2004, según reveló en junio de 2020 el diario británico The Telegraph.
Sumamente reservado y alérgico a los focos, este armador de porte patricio conoció a Juan Carlos I a finales de la década de los sesenta en el campo de regatas de Barcelona, durante la preparación del príncipe para participar en los Juegos Olímpicos de Munich’72. En aquellas largas jornadas, Cusí se encargaba de remolcar el ‘dragon’ de Juan Carlos al principio y final de cada entrenamiento, y ahí es donde se forjó una amistad que perdura en el tiempo. Con el paso de los años ganaron una docena de títulos nacionales a bordo del Bribón.
La mejor biografía de Cusí se encuentra en el libro El Rey y el mar de Ignacio Gómez-Zarzuela, en el que este periodista narra la gran pasión del Rey emérito por las regatas y la navegación. Uno de los capítulos está dedicado a la figura de Cusí, quien accedió a darle una entrevista. «El Rey no tiene amigos, tiene servidores. Y yo soy un leal servidor suyo», puntualizó el armador de inicio.
«Tengo muy claro el concepto de que al lado del Rey me considero un servidor. Hay que tener un respeto, y aunque él te dé pie a perderlo, se han de mantener las formas y aclararlo a todos los tripulantes del barco, porque si le tratase como un amigo, los demás harían lo mismo», relató Cusí en dicho libro.
La relación de Cusí con la náutica viene de lejos. A principios de los cincuenta, se compró un barco de nueve metros de eslora con un amigo, José María Carbó, quien con el tiempo sería uno de los primeros tripulantes del ‘Bribón’. Al acabar el bachillerato, ambos hicieron travesías por el Mediterráneo.
Gracias a su pericia submarina, este barcelonés cuatro años mayor que el Rey emérito pudo formar parte de la tripulación del mítico ‘Calypso’ del francés Jacques Cousteau por aguas egipcias del Mar Rojo. Fue en 1950, cuando Cusí apenas contaba con 16 años. Durante sus inmersiones rescató varios pecios del fondo del mar que en la actualidad se exponen en el Museo Marítimo de Barcelona.
También fue un nadador de élite -campeón de crol de Cataluña en 1951 y cuarto en competiciones europeas cuando la natación era una rareza en el franquismo-. Sin embargo, la disciplina en la que logró sus mejores éxitos fue el tiro olímpico: Cusí ganó 12 campeonatos de España y 30 grandes premios internacionales. Compitió en los JJOO de México’68 en los que consiguió un diploma olímpico y formó parte del equipo reserva español en Roma’60, Tokio’64 y Munich’72.
«La verdad es que dudo que nadie haya tenido una convivencia tan familiar con el Rey como la que hemos tenido mi esposa Inés (Muiños) y yo», rememora Cusí en el citado libro. En ocasiones ha pasado una semana entera con él. «Viajar une mucho, y hemos viajado mucho durante tantos años», recordaba.
En defensa de Juan Carlos I
Cuando desde Cataluña empezaron la quema de retratos de la Familia Real o los primeros síntomas del surgimiento de un independentismo en el que se criticaba sin tapujos a la Casa Real, Cusí fue de los primeros en salir en defensa del entonces Rey en ejercicio. Así que no es de extrañar que el mejor amigo del monarca emérito corriese con una parte de los gastos de la luna de miel de los Príncipes de Asturias.
El rotativo británico reveló detalles de la luna de miel que llevó a la pareja real a visitar California, México, Jordania, Camboya e Islas Fiji, entre otros destinos a lo largo del planeta. En Fiji, según fuentes citadas por The Telegraph, Felipe VI y doña Letizia hicieron sus reservas bajo el seudónimo de «señor y señora Smith» con el objetivo de preservar su anonimato. La factura por cinco noches de estancia allí de la pareja real y de su staff en el lujoso hotel Wakaya Club & Spa, según documentos a los que habría accedido el periódico británico, ascendió a 33.000 euros.
La Zarzuela declinó hacer comentarios a The Telegraph, que aseguró tener documentos que demostrarían que la factura total de la luna de miel ascendió a 467.500 dólares, de los cuales 269.000 corresponden a los vuelos utilizados. Al menos esa cantidad habría corrido a cargo de la empresa Navilot, propiedad de Cusí.