Irene Montero fulmina a los críticos de La Rioja y pone en peligro el gobierno regional del PSOE

La dirección nacional de Podemos, controlada por Ione Belarra e Irene Montero, ha notificado en este mes de marzo la expulsión del partido para seis altos cargos regionales activos en La Rioja. Se trata, entre otros, de la consejera Raquel Romero, que controla el área de Participación y Agenda 2030 del Ejecutivo de la socialista Concha Andreu. La decisión de Irene Montero tiene que ver según fuentes de la formación de las denuncias que miembros del equipo de Romero hicieron del proceso de primarias. Romero era una de las últimas dirigentes críticas que quedaban en el partido, y sus afines habían empezado un diálogo con Yolanda Díaz para sumar fuerzas de cara al nuevo proyecto de «escucha» de la política gallega. La respuesta de la dirección ha sido la purga fulminante.

Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la expulsión se notificó a principios de marzo a través de correo electrónico. No hubo ninguna otra comunicación. La dirección de Podemos les acusa de no cumplir con el sistema de las donaciones del partido. Algo que algunos rechazan puesto que creen que, además de ser incorrecto, puede derivar en una denuncia contra Podemos por afectar a los derechos fundamentales de los expulsados. Es más, creen que a la base de la expulsión se halla la voluntad de los dirigentes nacionales de no perder sus privilegios y ganar dinero con el partido: «Hablan de donaciones y lo que quieren es hacerse otro chalet», lanzan.

La razón de la expulsión es «política», sostienen fuentes internas de la formación. Tiene que ver con el enfrentamiento con la cúpula por unas primarias muy cuestionada (han llegado hasta los tribunales, donde por falta de pruebas se han excluido irregularidades), afirman, y mencionan el apoyo de estos críticos para una refundación a través del liderazgo de Yolanda Díaz. Es una cuestión que «viene de lejos», subrayan para remontarse al rechazo por parte de la cúpula a asumir cualquier tipo de crítica interna.

Purga a gran escala

El problema es que Montero ha decidido dar un golpe de espada en un territorio donde Podemos cogobierna con el PSOE. Se trata de un detalle importante, porque los morados llevan años de caídas electorales y en La Rioja estaban manteniendo poder y relevancia. La disconformidad con la dirección, sin embargo, ha llevado a seis cargos del partido (entre ellos incluso una jóven técnica de 19 años) a ser expulsados a través de correo electrónico. Los afectados son, además de Romero, Axier Amo, Esmeralda Figueiras, Francisco Casamayor, Laura Pérez, María Espinosa y Miguel Barrionuevo, tal y como adelantó el diario local Rioja2.com.

En las últimas semanas circulaba en Madrid la información de que la cúpula morada estaba preparando una purga a gran escala contra todo tipo de díscolo para evitar fugas hacia el proyecto de Yolanda Díaz. La relación entre Díaz y Montero es en este momento muy tensa. El viaje de las dos dirigentes a Chile de la semana pasada lo demostró, tal y como desvela en exclusiva este viernes THE OBJECTIVE.

Aun así, desde el sector de la dirigente gallega afirman que están buscando la manera para evitar tensiones y avanzar en la construcción de su plataforma. Díaz no quiere que se le tache de traidora, y evitar que el núcleo duro de Podemos tenga argumentos para acusarla de falta de lealtad. Aunque desde el entorno de Díaz muestran cierto cansancio ante lo que consideran las reiteradas zancadillas de la dirección morada.

Efecto dominó en el gobierno de Sánchez

Las expulsiones de La Rioja no obstante revelan que Montero y el resto de la dirección morada ha decidido amedrentar a todos los que desde Podemos pueden unirse a Díaz, aportando el conocimiento y los cuadros que necesita la política gallega. En opinión de los que abogan por respaldar a Díaz, Podemos es un proyecto ya sin futuro, puesto que «la suma de IU y Podemos se limita a la extrema izquierda». «Hace falta un carácter nuevo, mayoritario y transversal«, comentan desde los sectores de Podemos que quieren ayudar para que Díaz se haga con el control del espacio político.

Con respecto al futuro del gobierno de Concha Andreu, las fuentes consultadas sostienen que la consejería Romero y los expulsados por Podemos han garantizado su lealtad a la presidenta. Aunque lógicamente muchos se preguntan qué puede decidir Andreu, que gobierna gracias a una minoría muy limitada en la que el voto de Romero es esencial para decantar las votaciones.

En el delicado equilibrio regional, de hecho, podrían entrar los diputados autonómicos de Ciudadanos a romper una coalición rojo-morada que hasta ahora ha funcionado a la perfección, y cuya grieta puede afectar también al gobierno nacional de Pedro Sánchez. Máxima porque falta tan solo un año para las próximas elecciones autonómicas. Es por ello que desde el frente de los miembros de Podemos expulsados se califica la decisión de Irene Montero como un error y algo inexplicable. Aunque el compromiso de los afectados es garantizar una posición «responsable» de apoyo a Andreu.