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La salida de la diputada canaria de Podemos adelanta una sangría de cargos en el partido

Altos cargos se estarían «pensando» salir de la formación morada. Las diferentes familias de críticos se unen en el acercamiento a Yolanda Díaz

La salida de la diputada canaria de Podemos adelanta una sangría de cargos en el partido

La secretaria general de Podemos y ministra Ione Belarra en el Congreso de los DIputados | Europa Press

La salida de la diputada canaria de Podemos Meri Pita puede convertirse en el pistoletazo de salida de una sangría en el partido morado. Fuentes de Podemos sostienen que Pita anunció el pasado jueves su decisión de dejar el grupo parlamentario de Unidas Podemos como medida preventiva a una posible purga. Pita llevaba meses alejada de la cúpula morada. Y la expulsión de una consejera en La Rioja y de todo su equipo ya fue interpretada para miembros del sector crítico como el arranque de otra «purga a gran escala» en la formación, tal y como publicó en exclusiva THE OBJECTIVE la semana pasada. «Si en el partido aprietan, algunos están pensando en saltar», resumen fuentes moradas.

Pita formaba parte de los pocos miembros del Congreso que se oponen abiertamente al liderazgo de Irene Montero y Ione Belarra. Pero no es la única que tanto en Madrid como fuera de la capital lleva meses esperando para dar un paso al lado. Los críticos achacan a la dirección maniobras destinada a limpiar la formación de todos los díscolos. Y concretamente de los que ya estarían entablando conversaciones discretas con Yolanda Díaz para sumarse a su plataforma (si finalmente la dirigente gallega se decide a dar un paso al frente).

La situación interna está al rojo vivo. En los chats de los dirigentes morados en la capital y otros territorios circulan varios nombres de cargos técnicos y representantes que estarían dispuestos a dar un portazo para «desgastar» y «debilitar» la figura de Irene Montero. Entre ellos se encuentran hasta diputados del grupo de Unidas Podemos, que aun así intentan matizar las especulaciones. Estos diputados cuentan con aliados a varios niveles, por ejemplo en los equipos de asesores y también de cargos regionales, que también figuran entre los que podrían abandonar el partido.

Cargos de Podemos con responsabilidad institucional

Tan solo en el caso de Meri Pita, por ejemplo, ya han salido de Podemos siete miembros del partido en Canarias. Pero es que circulan nombres de todo tipo: desde Gloria Elizo, que ejerce de miembro de Podemos en la Mesa del Congreso, hasta algunos de sus asesores o cargos regionales considerados críticos, como Edu Santos, y los exbarones Naiara Davó y Daniel Ripa. Estos son solo algunos de los nombres que las fuentes consultadas esgrimen como los que más «se están pensando» dar un paso al lado.

Nadie esconde que el enfado con la dirección madrileña recorre los territorios. «Asturias, Aragón, Navarra, Valencia, Canarias…», resumen varias fuentes moradas. En todas estas regiones, así como en otras, hay cargos que se preguntan qué es lo más conveniente para su carrera política. La sensación de que el barco de Podemos se está hundiendo es enormemente transversal. Aunque en las altas esferas de Podemos tienen otra lectura. Y creen que su única y verdadera amenaza no son las salidas del partido, sino la operación de Yolanda Díaz (si no logran controlarla por dentro).

Para los amotinados la decisión no es fácil. En muchos casos, los miembros de Podemos críticos desempeñan cargos de responsabilidad institucional a varios niveles, que podrían frenar su plan. O por lo menos aplazarlo. Máxime porque Díaz sigue sin aclarar las fechas de su gira por los territorios. La situación de impasse de Díaz mantiene en vilo a todos los miembros de la formación. Incluso a la cúpula, que por un lado pide a Díaz empezar cuanto antes su viaje, tal y como reveló este diario, pero que que por otro lado dicen que la «prioridad» es ahora gestionar la crisis. «Se mofan de Yolanda», reflexiona una fuente morada.

Grupo parlamentario dividido en dos bandos

Después del batacazo electoral en Castilla y León, este diario ya adelantó que muchos cuadros y altos cargos de Podemos consideraban que hacía falta un revulsivo para reactivar el espacio político. Sobrevolaba en el Congreso la palabra «cisma«. Varios miembros de Podemos enmarcan en esta «maniobra» la decisión de Pita de dejar la formación y su escaño (ha entrado a formar parte del grupo mixto) el jueves.

De hecho, es sabido que el grupo de Unidas Podemos está sustancialmente dividido en dos bandos: por un lado los que se mantienen fieles a Irene Montero, y por el otro los que ya caminan con Yolanda Díaz. En este último bloque se encuentran diputados que hasta hace pocos meses formaban parte de la dirección de Podemos. Algunos de ellos, según algunas fuentes, ya habrían sido excluidos de este sanedrín, aunque no ha sido oficializado. Con ellos estarían los diputados gallegos y catalanes.

Fuentes del entorno de la dirección de Podemos explicaban que incluso en la cúpula existe cierta preocupación por una guerra sucia contra la secretaria general, y sobre todo contra Irene Montero. La ministra de Igualdad lleva meses evitando el choque directo con Pedro Sánchez. Deja este papel a Belarra y a Pablo Echenique. Aun así, el hecho de que esta semana su exescolta señalara la existencia de otra niñera de sus hijos entre los cargos de Podemos ha reactivado las alarmas.

El argumento del Sáhara

Las fuentes consultadas sostienen que la exescolta «habló» para dañar a Montero, y sospechan que alguien le haya podido empujar. Existía un acuerdo de silencio después de su denuncia por trato laboral «discriminatorio». Así que califican de «raro» que la ex escolta acabara señalando a otro cargo morado (una exresponsable de prensa) como encargada de ayudar en el cuidado de los hijos de Montero y Pablo Iglesias. Y que acudía al chalet incluso estando de baja, según las fuentes consultadas.

Ahora, la supuesta operación desgaste se nutre de la polémica sobre la aceptación por parte del Gobierno de la autonomía del Sáhara Occidental. Los morados se escudan en que ignoraban el plan de Sánchez. Montero y Belarra centran el tiro en la Moncloa, e indirectamente en Yolanda Díaz, puesto que ejerce de facto como puente con el entorno de Sánchez (el mismo cargo que antes ejercía Iglesias). Esta polémica ofrece lo que antes no tenían los críticos: un argumento para explicar su salida (que en buena medida se reduce en un acercamiento a Yolanda Díaz) y de paso obtener visibilidad.

En definitiva, la salida de la diputada canaria Pita abre la veda a otros movimientos internos que puede acabar en una sangría de cargos de medio y alto nivel. Además, su traslado al grupo mixto deja a Podemos con dos diputados menos que hace dos años cuando arrancó la legislatura (Alberto Rodríguez perdió el escaño por una sentencia judiciaria y Podemos rechazó sustituirle). Con la derivada de que Pedro Sánchez ahora tiene un argumento más para cuestionar la presencia de los morados en el Ejecutivo. Todo sirve para «debilitar» a la dirección nacional, aseguran las fuentes consultadas.

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