La denuncia de Corinna contra Juan Carlos I incluye disparos y asaltos contra su vivienda
Alega en su demanda por acoso contra el Emérito que hubo dos tiros contra su finca privada el día del octavo aniversario del accidente de Botsuana
La demanda que Corinna Larsen interpuso hace un año contra Juan Carlos I ante la Justicia británica incluye varios supuestos incidentes en los últimos años con los que la empresaria sustenta su denuncia contra el Rey emérito por acoso. El más reseñable de estos sucesos consiste en dos disparos efectuados contra su finca privada de Shropshire el 14 de abril de 2020, día que coincide con el octavo aniversario del polémico accidente de Botsuana. La Justicia británica determinó este jueves que el padre de Felipe VI no tiene inmunidad y que podrá ser juzgado por este caso.
Corinna afirma en su denuncia, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE (pinche abajo para leerla), que en los últimos años ha sufrido una serie de «intrusiones» en su vivienda de Chyknell Hall, ubicada en una finca de 80 hectáreas del condado de Shropshire, en la región de las Midlands del Oeste y no muy lejos de la ciudad de Birmingham. Y apunta directamente a «agentes o contratados» de Juan Carlos I o del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) como los autores de estos hechos.
El primero de estos incidentes ocurrió el 21 de junio de 2017, cuando la consultora se levantó por la mañana y encontró que alguien había hecho «un agujero perfectamente perforado en la ventana del dormitorio, justo enfrente de su cama». Corinna precisa en la denuncia -firmada bajo juramento- que nadie intentó entrar en la casa en la que vive con su hijo Alexander y que este asunto fue denunciado a la Policía británica.
El siguiente suceso consistió en los citados disparos del 14 de abril de 2020, que rompieron «las lentes de las cámaras de la puerta principal». Las imágenes del circuito cerrado de seguridad no apreciaron a «ninguna persona armada» en la entrada y Corinna sugiere la presencia de un francotirador en las inmediaciones, ya que los tiros «se tuvieron que hacer con un alto nivel de puntería para acertar a las cámaras, dado que hay 130 metros de distancia desde la calzada». No hubo ninguna intrusión en la finca y estos impactos de bala también se denunciaron ante la Policía.
Sin embargo, la consultora germano-danesa indica a renglón seguido que entre el 30 de abril y el 3 de mayo de hace dos años se detectó un intento «infructuoso» de acceder al citado sistema del circuito cerrado de seguridad y que al día siguiente -4 de mayo de 2020- sí que hubo un hackeo que causó «la pérdida del material grabado». Y justo esa semana, concretamente el 7 de mayo, «un dron fue observado sobre la finca», un hecho «inusual» ya que su terreno privado está «bastante lejos de la carretera».
Corinna también relata varios episodios de «interceptación de comunicaciones» en los que se intentó acceder supuestamente a su móvil y a su ordenador portátil, después de que en el otoño de 2018 el fiscal suizo Yves Bertossa abriera una investigación sobre la Fundación Lucum.
«A partir de entonces, la demandante experimentó problemas con su móvil que continuaron de forma intermitente en los siguientes meses», indica la empresaria en su demanda. En concreto, denuncia que su aparato se calentaba de repente y que la vida de la batería del teléfono «se redujo drásticamente» en un momento dado. También hubo «clics y ecos audibles en la línea» y otra serie de interferencias. «A pesar de cambiar de teléfono, estos problemas persistieron», subraya.
Asimismo, se enumeran varios regalos que Juan Carlos I hizo a personas próximas de Corinna y que esta última deduce que fueron intentos de soborno para conocer sus movimientos, así como con quién se reunía. El primero de estos obsequios fue al chófer de Corinna en 2014 tras la abdicación del Emérito.
En concreto, consistió en un «caro Rolex Daytona» con las iniciales de Juan Carlos I en su reverso. Tras ello, en noviembre de ese año, el jefe de los escoltas del jefe del Estado, el teniente coronel de la Guardia Civil Vicente García-Mochales, se acercó al chófer y le preguntó si quería ser también el conductor del Emérito cuando estuviese en Londres y con el mismo vehículo que utilizaba para ella.
«Se infiere que deseaba captar tanto al chófer como a la asistente personal de la demandante como fuentes de información»
Corinna sobre Juan Carlos I
Solo le puso una condición: que le ocultase ese trabajo a Corinna. «Cuando el conductor de la demandante se negó, Mochales se puso nervioso y le pidió que no dijera nada a la demandante sobre su solicitud. El chófer se negó de nuevo», hace hincapié Corinna en su denuncia.
Otro episodio similar ocurrió en febrero de 2017, cuando el Rey emérito escribió un mensaje a la asistente personal de Corinna –Noelia Muñoz– con el siguiente texto en español: «Estoy aquí para lo que sea necesario. Esperaré noticias». En marzo de 2018, el Juan Carlos I envió un saludo «no solicitado» a la misma persona con motivo de la Semana Santa. «Se infiere que el demandado deseaba captar tanto al chófer como a la asistente personal de la demandante (Corinna) como fuentes de información para saber sus movimientos, con quién se reunía y asuntos en general», hace hincapié la empresaria germano-danesa.
Corinna sufre «estigma social»
La exprincesa asegura en la demanda que había sufrido «gran angustia, ansiedad, privaciones de sueño, pérdida de bienestar, humillación y estigma social» desde 2012 hasta el momento de denunciar los hechos. También insiste en su preocupación por su «propia seguridad física y la de sus hijos» y en la denuncia afirma que había sido objeto «de una continua amenaza de daño físico, intrusión y vigilancia» por parte de Juan Carlos I.
«El demandado ha tratado de enfrentarla con sus propios hijos, ha buscado de forma sistemática la ruptura de muchas de las amistades y socios profesionales de la demandante y ha tratado de destruir su reputación y su forma de vida difundiendo comentarios difamatorios y vilipendiándola en los medios», se relata en la demanda.