La patronal catalana rompe con Sánchez nueve meses después de bendecir los indultos en el Liceu: «Falta liderazgo»
Foment del Treball emite un duro comunicado contra el Gobierno por su «inacción» y ausencia de medidas para atajar la inflación
La patronal del catalana, Foment del Treball, ha roto el idilio que mantenía con el Gobierno de Pedro Sánchez desde que empezaron a percibir el procés independentista como un mal negocio para la economía catalana. Tan solo nueve meses después del multitudinario acto del presidente en el Gran Teatro del Liceo para anunciar la concesión de los indultos a los líderes independentistas, y que logró reunir a más de 300 personas mundo empresarial y cívico catalán, ahora los empresarios le dan la espalda por la situación económica.
La entidad presidida por Josep Sánchez Llibre ha mostrado su apoyo a la CEOE y Cepyme y el pasado jueves publicaron un comunicado en el que advierten de que «la inacción del Gobierno empieza a ser desesperante y pone en riesgo la supervivencia económica de empresas, familias y autónomos».
El propio presidente de la entidad sostenía que «nos encontramos ante una emergencia nacional tanto social como económica» y que la «falta de liderazgo del gobierno de España, que amenaza gravemente la supervivencia empresas, familias y autónomos, puede desembocar en una explosión social de graves consecuencias».
Foment, alineado con las otras grandes patronales, instaba al Ejecutivo a «que lidere y resuelva este conflicto de gran magnitud» y que actúe rápidamente «desde hoy mismo» en la aplicación de medidas económicas, a través de subvenciones o vía impuestos para rebajar el precio de los carburantes y de la energía y porque los transportistas puedan retomar su actividad.
«Colapso económico»
Con un tono más duro la habitual diplomacia de los círculos económicos catalanes, comparaban la actuación del Gobierno con la de los otros gobiernos de países vecinos: «La mayoría de los gobiernos de la Unión Europea ya han tomado la iniciativa y han aprobado medidas para frenar la escalada. Fomento considera incomprensible la demora del Gobierno en reaccionar».
«El peor ante un conflicto es no tomar decisiones. Estamos ante un colapso económico y social y es deber del Ejecutivo español aplicar medidas de manera inmediatas. El gobierno tendría que estar liderando este conflicto y aplicar medidas de actualmente, pero por el contrario se ha convertido en un factor de desestabilización social y económico», abundaban.
Deshielo institucional
El reproche al Ejecutivo rojo-morado por haberse «convertido en un factor de desestabilización»» contrasta con la apuesta que estos círculos empresariales hicieron en favor de recuperar la «normalidad» en Cataluña tras casi una década del plan rupturista promovido por los sucesivos gobiernos de la Generalitat.
Josep Sánchez Llibre, que procede del entorno de la extinta CiU, fue uno de los prohombres catalanes que más abogaron por una suerte de tercera vía que propiciara al nacionalismo una pista de aterrizaje tras el fracaso del procés. En ese contexto, el acercamiento del PSOE y el deshielo institucional entre administraciones era esencial para que la región relegara las políticas identitarias y retomara el interés por la gestión y la economía.
‘Tercera vía’ empresarial
A este respecto Foment bendijo la concesión de los indultos a los políticos condenados por sedición y cerró filas con Sánchez ante un PP de Pablo Casado que no acababa de fraguar como líder de la oposición.
Mientras duró ese idilio con el jefe del Ejecutivo, Foment le invitó al acto de condecoración del dueño del Grupo Godó, Javier Godó, dado que coincidía con el 250 aniversario de la patronal, y también aprobó sus gestiones para la llegada de los fondos europeos Next Generation.
De hecho, el acto del Liceo de Sánchez fue un éxito sin precedentes en el que, a diferencia de lo que sucedía en otros encuentros con los líderes del PP, los empresarios catalanes no tenían reservas en dejarse ver y mostrar cierto grado de compromiso político. En un evento en el que, además, no asistió ningún dirigente del Govern.
Como informó THE OBJECTIVE, la renuncia de ERC a abanderar los temas económicos obligó al PSOE a intervenir directamente para que la región no perdiera fuelle respecto a otras Comunidades Autonómas. Pese a ello, finalmente la anhelada fábrica de baterías del grupo Wolskwagen se ubicará en Sagunto, Valencia, y no en Cataluña. Esto ha supuesto un varapalo para los empresarios catalanes. No obstante, temen que las consecuencias de la crisis derivada de la guerra en Ucrania empeoren todavía más la situación. Y con todo esto sobre la mesa, creen que a Sánchez se le agota el crédito.