Feijóo aparca la mudanza de Génova al no considerarla prioritaria para el PP

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha aparcado la mudanza de la sede nacional a un emplazamiento distinto al de la calle Génova de Madrid, al no considerar prioritario en estos momentos el compromiso de Pablo Casado, según desvelan fuentes de la nueva dirección del PP a THE OBJECTIVE.

El aún presidente de la Xunta de Galicia estima que hay otros asuntos en los que se tiene que centrar el partido y, por ello, mete en un cajón la búsqueda de una nueva sede en Madrid. Casado anunció la salida de la calle Génova dos días después de las elecciones catalanas del 14-F celebradas hace más de un año.

La iniciativa se encontraba en una fase avanzada, aunque el anterior presidente de los ‘populares’ tampoco mostró especial entusiasmo. Los meses iban pasando sin que Casado se animase a dar el paso y cada vez que se preguntaba por el proyecto, desde la dirección nacional se indicaba como un mantra que estaban en ello y que el objetivo era cerrar la mudanza cuantos antes.

Génova eligió el pasado mes de octubre a la consultora Colliers para gestionar el traslado. Había media docena de potenciales emplazamientos, pero ninguno terminaba de encajar como un guante. Cada inmueble tenía ventajas, unas económicas y otras de espacio, pero también alguna contra.

El PP peinó la oferta de oficinas en Madrid con una premisa: que la nueva sede estuviese dentro del anillo de la M-30. Con el paso de los meses se descartaron algunas opciones por su lejanía -caso de los barrios de Las Tablas o Sanchinarro-, pero también ubicaciones cercanas a Génova que había disponibles en la zona de Ventas o Retiro.

Los seis edificios preseleccionados por el equipo del anterior secretario general, Teodoro García Egea, estaban en un radio de unos centenares de metros en torno a la histórica sede nacional. Había algún caso con más metros cuadrados de los previstos para las futuras oficinas de la dirección nacional y el PP madrileño. Otro emplazamiento se quedaba un poco corto de espacio y uno de los seleccionados no disponía de todas las plazas de garaje que el partido deseaba.

Además, la formación de Casado no se decidió si apostaba por la compra de la nueva sede -como hicieron en su día el PSOE en Ferraz o Podemos en la calle Francisco Villaespesa-, o bien optaba por el alquiler siguiendo el ejemplo de Ciudadanos y Vox. El partido de Inés Arrimadas paga unos 30.000 euros mensuales por el edificio de la calle Alcalá, mientras que el de Santiago Abascal desembolsa unos 25.000 euros por el de Bambú.

El PP justificó la mudanza por los problemas judiciales

Casado justificó en febrero del año pasado que la decisión de abandonar Génova se debía a los problemas judiciales por la reforma de la sede que se hizo en tiempos de Mariano Rajoy y con Luis Bárcenas de tesorero. «Cambiaremos la sede nacional del PP de ubicación pues considero que no debemos seguir en un edificio cuya reforma se está investigando esta misma semana en los tribunales», anunció en un mensaje a la militancia del PP con el que opacó los malos resultados electorales en Cataluña del 14-F. 

El presidente de los ‘populares’ hizo hincapié en aquel entonces que «defender al partido no es justificar las conductas individuales que hayan podido cometer personas concretas al margen de los órganos de dirección y del interés de los afiliados», en referencia al extesorero que estaba siendo juzgado en la Audiencia Nacional.

«Desde hoy, esta dirección nacional no va a volver a dar explicaciones sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal, que no haya sido en beneficio del partido o, incluso, haya podido perjudicarle», insistió Casado al anunciar la salida de Génova. «Sencillamente, no nos lo podemos permitir más con el calendario judicial que se avecina«, dejó claro. Pero del dicho al hecho, ya se sabe que hay mucho trecho.