Puigdemont pide a Bruselas que se investigue a Vox por sus vínculos con «oligarcas rusos»
Los eurodiputados de Junts presentan un escrito ante la Comisión Europea donde vinculan a Hazte Oír y CitizenGo con «grandes donantes» del partido de Abascal
Carles Puigdemont ha tomado la iniciativa después de las informaciones sobre los viajes a Rusia de su jefe de Oficina, Josep Lluís Alay, para supuestamente buscar el apoyo del Kremlin a la causa independentista. El ahora eurodiputado de Junts y sus compañeros Toni Comín y Clara Ponsatí han instado a la Comisión Europea a investigar los «vínculos probados» entre fundadores de Vox con «oligarcas rusos» y grupos de «extrema derecha».
Los tres eurodiputados afirman en las preguntas registradas ante el ejecutivo comunitario que los contactos con la plataforma Hazte Oír, el Congreso Mundial de las Familias o CitizenGo ubican al partido de Santiago Abascal en la órbita de influencia de los oligarcas rusos vinculados a estas organizaciones. En su escrito recuerdan que el reglamento de la Unión Europea sobre transparencia y publicidad de partidos estipula que deben ser públicos los patrocinadores de todas las formaciones.
«La identidad del patrocinador del anuncio político y de la entidad que en última instancia controla el patrocinador se pondrá a disposición acompañando cada anuncio político», exponen. Este requerimiento de transparencia contrasta, no obstante, con el intento de Puigdemont, Comín y Ponsatí de evitar que la Eurocámara investigara la injerencia de Rusia en el continente.
Como informó este medio, ERC votó junto a la mayoría de la cámara a favor de dilucidar la influencia del Kremlin en partidos europeos mientras que Junts se opuso. El hecho de que el informe elaborado por un comité de expertos de la UE hablara de los contactos de funcionarios rusos con representantes de un grupo de «secesionistas catalanes» motivó el rechazo de Puigdemont y el resto de eurodiputados de Junts.
Puigdemont y la guerra en Ucrania
El exmandatario catalán ha condenado la invasión rusa a Ucrania, pero su voto en contra en el Parlamento Europeo a investigar la injerencia del Kremlin así como los viajes de Alay a Rusia sitúan a Junts en una posición incómoda. Además de ser señalado como uno de los partidos de la UE que más habría simpatizado -o al menos flirteado- con el Kremlin.
En este escenario, Puigdemont se defiende atacando y apunta a los fundadores de Vox como los principales aliados de oligarcas rusos en España. A este respecto, una de las preguntas que formulan a la Comisión Europea es si considera que «¿las partes interesadas con vínculos con personas físicas y jurídicas de extrema derecha pueden patrocinar partidos políticos europeos?».
«Cobertura mediática sesgada»
Las acusaciones de Junts se basan en las informaciones publicadas por WikiLeaks y en diarios de distintos países europeos, entre ellos Il fatto Quotidiano (Italia), Público o Abc (España) o Taz (Alemania). En dichas publicaciones se hacían eco de documentos internos de Hazte Oír y CitizenGo relativos a las aportaciones de «grandes donantes» a Vox.
Del escrito presentado se infiere que el «auge» de la «extrema derecha» en España estaría relacionado con el papel de intermediario de estas dos organizaciones con personas de renombre en la sociedad rusa así como por la «cobertura mediática sesgada» que observan en medios españoles.
El partido de Puigdemont, que en Bruselas forma parte de los eurodiputados no adscritos a ningún grupo, también aprovecha para arremeter contra el PP por pactar en Castilla y León con la formación verde.
Le cortan el micrófono
En la misma línea, en la última intervención de este miércoles de Puigdemont en el plenario de Estrasburgo ha cargado contra España por colaborar con el ejército ruso: «Hoy en @EUparliament no quisieron oír que mientras los catalanes nos manifestábamos pacíficamente, España dejaba repostar en sus puertos los barcos de guerra rusos. La presidencia ha hecho partidismo inaceptable al retirarme la palabra cuando todavía no había agotado el tiempo”, ha lamentado.
La vicepresidenta de la Eurocámara, Pina Picierno, ha interrumpido su discurso y le ha retirado la palabra porque estaba haciendo «una opinión personal». La actuación de la vicepresidente ha sido la misma que cuando Ponsatí, a finales de marzo, también aprovechó para cargar contra España en una comisión parlamentaria. Picierno estaba actuando en funciones de presidenta y después de llamarle al orden en varias ocasiones optó por apagarle el micrófono.
