Rusia mantiene aún a 27 diplomáticos mientras Albares deja en cuadro la embajada en Moscú
Malestar en Exteriores por el perjuicio que ha provocado la expulsión recíproca de diplomáticos esta semana
La expulsión recíproca de diplomáticos entre España y Rusia ha sido mucho más perjudicial para nuestro país que para el régimen de Vladimir Putin, a diferencia de otros países de nuestro entorno que han tomado medidas similares como Francia, Alemania o Italia. Mientras que Moscú mantendrá a partir de ahora a 27 de los 47 diplomáticos que tenía hasta ahora en su embajada en Madrid, la legación española se ha quedado en cuadro al perder a 20 de los 26 destinados en la capital rusa.
El departamento de José Manuel Albares tomó la decisión de expulsar a 20 diplomáticos rusos acreditados como tal -todos ellos cuentan con pasaporte rojo- y a siete funcionarios técnicos destinados en Madrid que cuentan igualmente con estatus diplomático pero que entraron en España con un pasaporte diferente -el azul-.
A todos ellos se les dio siete días de plazo para regresar a su país. Rusia ha anunciado que replicará con la misma medida, aunque este jueves aún no había comunicado al Gobierno español quiénes eran los afectados por la medida. En las expulsiones no se verán afectados los respectivos embajadores, Yuri Korchagin y Marcos Gómez.
En los dos grupos de expulsados rusos hay sospechosos de actividades de espionaje en territorio español, tal y como subrayó el ministro de Asuntos Exteriores en rueda de prensa desde la Moncloa. «Los 27 son un riesgo para la seguridad», hacen hincapié fuentes diplomáticas consultadas por THE OBJECTIVE.
El Gobierno español valoró en un principio la posibilidad de incluir solo a una quincena de diplomáticos rusos en la lista de expulsados, pero finalmente quiso acercarse a los números de Alemania (40), Italia (30) y Francia (30). Albares anunció tras el Consejo de Ministros que iban a ser 25 los expulsados, pero el embajador Korchagin precisó el miércoles que la cifra ascendía a un total de 27.
Rusia pierde al 40% de sus diplomáticos
El problema es que Rusia ha perdido con esta medida al 40% de sus diplomáticos en Madrid -20 de 47, según la lista completa de la embajada de Rusia a la que ha tenido acceso este diario-, mientras que en el caso de España, las expulsiones son más sensibles: 20 de 26 (el 75% de sus diplomáticos en Moscú).
Esta diferencia ha provocado «profundo malestar» tanto en Exteriores como en la embajada española en la capital rusa ya que la propuesta que Albares llevó al Consejo de Ministros limita «al extremo» la actividad diplomática de nuestro país en Rusia, mientras que la embajada rusa en Madrid podrá seguir trabajando a un óptimo rendimiento, según advierten las citadas fuentes.
La situación de España contrasta con la de otras potencias de la UE. Alemania ha expulsado a 40 diplomáticos rusos, pero teniendo un centenar en Moscú, por lo que el impacto de la medida recíproca del Gobierno ruso es más llevadero. De igual manera, Italia ha entregado a Rusia una lista con 30 diplomáticos rusos que tienen que abandonar el país. Sin embargo, en la embajada italiana en Moscú trabajan unos 70 diplomáticos.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha hecho sino sumarse al consenso europeo de restringir el trabajo diplomático de Rusia sin llegar a romper relaciones diplomáticas. Lituania es el que más lejos ha llegado al expulsar directamente al embajador ruso en el país báltico junto a cuatro diplomáticos, mientras que Alemania anunció la expulsión de 40 diplomáticos rusos y Francia, de 30. El martes se sumaron a la lista Italia (30) y Dinamarca (15).
Entre los países que habían procedido a declarar persona non grata en los últimos días a miembros de la legación rusa en sus capitales figuran Polonia (45), Eslovaquia (38), Bélgica (21), Países Bajos (17), Bulgaria (11), Irlanda (4), Letonia (3) y Estonia (3). Estos dos últimos países cerraron, además, varios consulados de Rusia en su territorio.
El Gobierno letón clausuró los de Daugavpils y Liepaja, donde hay una importante minoría rusa, mientras que Estonia hizo lo mismo con el de Tartu y el de la ciudad fronteriza de Narva. A los diplomáticos rusos se les dio de plazo hasta el 30 de abril para salir del país.