Sánchez recupera las relaciones con Marruecos pero no logra blindar Ceuta y Melilla
El Gobierno español y la Casa real marroquí publicaron un comunicado conjunto anunciado la reapertura gradual de las fronteras con Rabat
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, logró este jueves recuperar las relaciones con el régimen de Mohamed VI tras un año de crisis de las relaciones diplomáticas con el país vecino, pero no logró arrancar al rey Mohamed VI un compromiso escrito que garantice la integridad territorial de Ceuta y Melilla, que sirvió de justificación gubernamental a su bandazo sobre el Sáhara Occidental y que el propio Sanchez sí incluyó en la carta enviada a Mohamed VI el pasado 14 de marzo.
Tras cuarenta minutos de reunión bilateral y dos horas de cena posterior, el Gobierno español y la Casa real marroquí publicaron un comunicado conjunto anunciado la reapertura gradual de las fronteras con Marruecos y el tráfico marítimo entre ambos países, el restablecimiento de los controles aduaneros y la inminente puesta en marcha de la Operación Paso del estrecho.
Sin embargo, más allá del compromiso a cooperar en relación a los flujos migratorios, Pedro Sánchez no logró un compromiso explícito a la integridad territorial de Ceuta y Melilla, que sí se deslizó en la primera comunicación del jefe del Ejecutivo al soberano alauita y que utilizó Pedro Sánchez en su primera declaración ante los medios tras el envío de la misiva, en la ciudad de Ceuta, donde aseguró que la «seguridad y estabilidad» de Ceuta y Melilla «primó» en el cambio de relaciones con Marruecos para «garantizar la integridad territorial».
Integridad territorial
Sin embargo, en la comparecencia ante los medios este jueves en Rabat, Sánchez aseguró que «la soberanía nacional de la integridad territorial está fuera de toda duda. Lo que hacemos es garantizar la gestión del fenómeno fronterizo de manera concertada y en beneficio de todos». El presidente restó importancia a la ausencia de mención de las ciudades de soberanía española en la rueda de prensa en el Palacio de Huéspedes del Palacio Real de Rabat y calificó de «histórico» el acuerdo alcanzado en esta materia aunque se deslice sutilmente sobre el papel.
Preguntado si este acuerdo impedirá nuevas oleadas masivas de inmigrantes a la frontera de Ceuta y Melilla como los vividos recientemente y durante el ultimo año, el jefe del Ejecutivo dejó implícita la respuesta afirmativa:«Podemos decir que esa cooperación migratoria va a salir reforzada y hemos acordado recuperar los grupos de trabajo en inmigración, economía, cultura y deporte. No solo recuperamos sino que reforzamos la cooperación entre ambos gobiernos».
En este sentido, el comunicado conjunto promete que «los temas de interés común serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados». Igualmente ambas partes se comprometen a reunir el Grupo Permanente Hispano Marroquí sobre Migraciones y a «normalización la circulación de personas y mercancías que se restablecerá de forma ordenada incluyendo los dispositivos aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo».
La mención «histórica» de las aduanas
Una mención sutil pero de vital importancia para el Ejecutivo. Fuentes de Exteriores destacan que «es la primera vez que nos podemos de acuerdo en los dispositivos aduaneros» que ya existían en Melilla pero no en Ceuta. Para el Gobierno, la apertura de un nuevo control aduanero refleja un «nuevo espíritu» cuya relevancia radica en que «la aduana implica el reconocimiento de una frontero y, de facto, eso implica el reconocimiento a la españolidad de Ceuta y Melilla».
El Ejecutivo le da una importancia capital a este punto y se la resta a la ausencia de mención de Ceuta y Melilla sobre el papel: «No se teme que reconocer la integridad territorial de Ceuta y Melilla como no tiene que recoger la de Bilbao», deslizan contundentes desde el Ejecutivo.
Fuentes de Moncloa destacaron la «gran cordialidad» de un encuentro cargado de simbolismo en el tradicional ‘iftar’, la cena de ruptura del ayuno tras el Ramadán, que encierra una fuerte carga de «reconciliación y amistad». Por ello, el soberano alauita recordó a Sánchez que «es el primer presidente del Gobierno que ha ducho que él recuerda que duerme en Rabat».
«Hito histórico», según Sánchez
Tras semanas de inconcrección sobre el acuerdo con Marruecos, una carta mal traducida publicada en El País, la suspensión in extremis del viaje oficial de José Manuel Albares hace una semana y el fracaso parlamentario del Congreso este mismo jueves, el presidente Sánchez avanzó a los periodistas en el avión presidencial rumbo a Rabat que el acuerdo con Marruecos iba a «desencadenar cosas importantes y noticias que se van a suceder en los próximos dias». Pero no fue hasta minutos antes de su rueda de prensa, al filo de la media noche hora española, cuando se logró un pacto sobre un comunicado conjunto que, en principio, el Gobierno no confiaba en alcanzar con Marruecos.
Sánchez puso en valor el «hito histórico» del acuerdo con Rabat que compromete a ambas partes a poner en marcha en tres meses grupos de trabajo para el cumplimiento de los compromisos y la celebración de una Reunión de Alto Nivel (RAN) antes de final de año, que lleva pendiente de celebración desde el año 2015 y ha sido pospuestas en tres ocasiones esta legislatura. Igualmente, los dos países actualizarán el Tratado de Buena Vecindad que data de 1991.
Entre otros acuerdos alcanzados, ambas partes priorizan el reconocimiento de Sánchez «a la iniciativa de autonomía marroquí como la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso». Se trata del primer punto de un comunicado conjunto que contempla «el restablecimiento de la normalización de la circulación de personas y mercancías de manera ordenada», el establecimiento de dispositivo de control aduanero en Ceuta y Melilla y la recuperación de la operación Paso del Estrecho de manera gradual garantizando las «medidas de seguridad sanitaria».
