El Gobierno resta importancia a la «anécdota» de la bandera, que atribuye a un «error humano»
Fuentes gubernamentales admiten que se les pasó por alto el fallo de protocolo de «un funcionario marroquí abochornado»
Un día después de la visita de Pedro Sánchez a Mohamed VI que en Moncloa califican de «hito histórico», el Gobierno ha tratado de restar importancia a la imagen de la bandera española con el escudo boca abajo en la imagen oficial de la cena de ruptura del ayuno, ‘iftar’, a la que fue invitado el presidente del Gobierno por parte del rey de Marruecos.
«Es una anécdota», explican fuentes de la delegación española enviada a Rabat, que se debió a «un error humano» por parte de un funcionario marroquí, que «estaba abochornado» tras la colocación de la bandera española con el escudo boca abajo, lo cual, en la jerga militar y diplomática es un desplante de primer nivel que significa «plaza tomada o sitiada».
Sin embargo, fuentes del Ejecutivo explican que «no tiene intencionalidad alguna» ya que todo responde a un error humano. De hecho, las citadas fuentes deslizan que no se corresponde esa intencionalidad con «el éxito rotundo» de un acuerdo con Marruecos, que logró incluso la redacción de un comunicado conjunto con la casa real alauí que, hasta este jueves, era algo impensable.
Un salón privado
Según explican fuentes gubernamentales, la delegación española se desayunó este viernes con las fotografías y la polémica en las redes sociales porque cuando trascendió la polémica imagen en la agencia de noticias marroquí «estábamos ocupados con la redacción del comunicado conjunto con Marruecos» que trascendió a las 23:00 horas en España y que tuvo que ser corregido posteriormente por algunas erratas en la redacción inicial, fruto de las prisas en la negociación.
Lo que más sorprendió inicialmente es que el error esquivara los controles previos de los responsables de protocolo de España que viajan con el presidente. Pero la explicación gubernamental es que a este viaje -de gran complejidad por tratarse de dos instituciones desiguales, el Gobierno español y la Casa Real Marroquí que recibe en sus dependencias, el Palacio Real-, se le suma el «honor» de haber sido invitados a una cena privada, la ceremonia del ‘iftar’.
Protocolo no inspeccionó la estancia
Un gesto de amistad en un entorno privado del Palacio, donde les esperaban miembros de la Casa real marroquí como el príncipe heredero Muley El Hasán y el principie Muley Rachid, motivo por el cual los servicios de protocolo de Moncloa no pudieron acceder previamente. Por ello, el Gobierno destaca que en los dos espacios oficiales, la reunión previa con Mohamed VI y la comparecencia posterior de Pedro Sánchez, «la bandera estaba colocada cumpliendo con el protocolo», ya que habían sido inspeccionados previamente.
Estas fuentes recuerdan que los servicios de Moncloa actúan con diligencia en estos casos, como ocurrió durante la cumbre de Pedralbes en la primera legislatura de Pedro Sánchez. Entonces, en su reunión con Quim Torra en el citado palacete, los servicios de protocolo del Gobierno alertaron de la colocación de unas flores de pascua amarillas, color emblemático del independentismo, en la mesa del encuentro. Algo que alertó a un funcionario de Moncloa quien se apresuró a colocar otras flores de color rojo para emular los colores de la enseña nacional.
«No hubo intencionalidad»
De hecho, desde Moncloa vendieron a primera hora de la tarde el comunicado de Mohamed VI como el documento con concreciones que esperaban por parte de Marruecos. Aunque horas después el comunicado perdió valor al lograr cerrar el acuerdo conjunto tras la cena de ruptura del ayuno posterior al Ramadán que se prolongó por espacio de dos horas.
En la versión del Ejecutivo, no se corresponde la presunta voluntad de Marruecos de faltar al respeto a España con la proclamación de una nueva etapa de confianza y colaboración mutua entre ambos países vecinos que se comprometen a firmar el Tratado de Buena Vecindad pendiente desde 1991.