Podemos aprovecha el espionaje de Pegasus para poner a Robles en aprietos
El Ejecutivo se enfrenta a la amenaza de ruptura de sus aliados en el Congreso a quienes promete que todo se hizo con autorización judicial
El nuevo enfrentamiento entre los socios del Gobierno no ha hecho más que comenzar y podría ser el germen de una crisis gubernamental que condicionara el resto de la legislatura. El salto cualitativo es que, en esta ocasión, la brecha de confianza trasciende a los socios de la coalición y configura un férreo bloque de todos los aliados parlamentarios de Pedro Sánchez que en su día acuñaron el apelativo de ‘alianza Frankenstein’.
Unidas Podemos, ERC, PNV, JxCat, PDeCAT, Bildu, Compromís, Más País, BNG y la CUP firmaron conjuntamente una iniciativa parlamentaria para una comisión de investigación que pretende esclarecer los hechos conocidos a través de la publicación por el diario The New Yorker según la cual 65 líderes políticos catalanes y vascos «fueron objeto de espionaje ilegal a través de sus teléfonos móviles, entre quienes se encuentran los presidents de la Generalitat, Pere Aragonés, Quim Torra y Artur Mas».
Sin embargo, no se trata de una iniciativa más, sino de una prueba de fuego para Pedro Sánchez, que servirá de termómetro de sus apoyos parlamentarios. Y esta vez Podemos no tiene intención de arredrarse sin que haya un gesto. El portavoz de Podemos, Pablo Echenique, pedía este martes en el Congreso que el supuesto espionaje gubernamental era motivo para que «rueden cabezas» en el Ejecutivo. Y la que siempre ha estado en la diana de Podemos es la de la ministra de Defensa, Margarita Robles, quien acumula insultos y ataques por su «fulgor guerrero» por parte de Pablo Iglesias, Irene Montero y otros dirigentes de la formación.
Ahora Podemos vuelve a la carga. Fuentes de la formación morada confirman a THE OBJECTIVE que este es el inicio de una ofensiva contra la ministra de de Defensa a quien consideran responsable del espionaje en tanto cuando el Centro Nacional de Inteligencia depende de su departamento, y a quien le anticipan que no será suficiente con la ‘treta’ parlamentaria de aprovechar su comparecencia sobre la Brújula Estratégica (Strategic Compass) en la comisión de Defensa sino que tendrá que dar explicaciones más profusas.
La comisión «no prosperará»
Fuentes moradas admiten a este periódico que son conscientes de que la comisión de investigación «no va a prosperar» porque el PSOE votará en contra. Y lo hará dentro de al menos 15 días cuando tendrá que dirimir la Junta de Portavoces sobre una iniciativa que, como pronto, sería calificada por la Mesa del Congreso, la semana que viene, el martes 26 de abril. Tiempo en el que confía el Gobierno en convencer a sus socios preferentes de ERC y PNV, –con quienes ya ha iniciado conversaciones discreta–, de que no ha existido un espionaje indiscriminado contra ellos sino que se limita a los líderes independentistas del procés fugados de la justicia española.
«Dependerá de las explicaciones que nos den pero en ERC están muy cabreados y no van a dejarlo pasar», explican los morados apoyándose en el contraataque de Pere Aragonés que este jueves viaja a Madrid para reunirse con los partidos investigados por el programa iraní Pegasus. Los socios desconfían de Sánchez en un momento delicado en el que el Gobierno debe aprobar la semana que viene el decreto con las medidas económicas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania y a pocas semanas de que se celebre el Debate del Estado de la Nación, prueba de fuego de la estabilidad del Ejecutivo.
Robles aplaca los ánimos
En un intento por aplacar los ánimos, la ministra de Defensa, Margarita Robles, fue entrevistada este miércoles a primera hora de la mañana en una declaración de intenciones por parte de Moncloa quien centraliza las peticiones sobre las entrevistas gubernamentales. La idea fuerza de Robles fue que todo se ha hecho «con arreglo a la legalidad y al estado de Derecho» pero evitó confirmar si el CNI dispone o no del sistema Pegasus porque «si lo hiciera, estaría incumpliendo la Ley».
La titular de Defensa hizo énfasis en el «control judicial y parlamentario» al que se someten los servicios de inteligencia, aunque se trate de una institución que carezca de la transparencia a la que someten el resto de instituciones. «Todo lo que rodea al CNI es secreto y por tanto es muy fácil imputar al CNI determinadas actuaciones porque no se puede defender. Es razonable que cuando se hacen imputaciones se hagan con un mínimo de material probatorio», denunció la titular de Defensa en contra de la publicación periodística sobre el espionaje.
«Todos los espiados tenían autorización judicial»
Fuentes del Ejecutivo consultadas por THE OBJECTIVE insisten en la información exclusiva adelantada este miércoles por este periódico. Pedro Sánchez dio la orden al CNI en 2018 de suspender todos los seguimientos y espionajes utilizados «de forma discrecional» por la anterior administración de Mariano Rajoy, salvo en algunos casos puntuales: los líderes del ‘procés’ fugados al extranjero como Carles Puigdemont, Toni Comín, Marta Rovira o Clara Ponsatí. Pero «todo, absolutamente todo, se hizo con autorización judicial» del juez del Tribunal Supremo cuya plaza está adscrita a la actividad del CNI.
Defienden en el Gobierno que la diferencia no sólo es cuantitativa -media decena de casos frente a los 65 de los que habla el periódico The New Yorker-, sino también cualitativa, porque «la diferencia entre la Kitchen y nosotros es que lo haga el CNI al amparo de la legalidad o el Ministerio del Interior de forma indiscriminada».
Pero en Podemos tienen dudas y, sobre todo temores. Ante la falta de información habitual en el atascado cauce de interlocución de los socios de coalición, la cuota minoritaria sospecha del PSOE: «la clave es si el CNI adquirió o no el sistema Pegasus. Porque si lo hizo, la línea es demasiado fina y la tentación demasiado grande tratándose de un sistema de interceptación de comunicaciones global y total», deslizan fuentes de la formación.
