El Gobierno, sin plan para dos millones de vacunas covid a punto de ser destruidas
Las CC.AA. han devuelto a la Administración central estas dosis próximas a caducar. El Ejecutivo se ha gastado más de diez millones en ellas
Carolina Darias, ministra de Sanidad. | europa press
Las comunidades autónomas han devuelto a la Administración central 2.197.290 unidades de vacunas contra el coronavirus a punto de caducar. Inyecciones que serán destruidas si no se encuentra una salida a tiempo para ellas y en las que el Ejecutivo se ha gastado más de diez millones de euros, según ha podido saber THE OBJECTIVE.
En una respuesta parlamentaria publicada en el Boletín Oficial de las Cortes Generales, el Gobierno admite que desde el inicio de la pandemia hasta el 31 de marzo de 2022, más de dos millones de vacunas covid han sido devueltas. En el escrito asegura que actualmente está trabajando para «evitar la pérdida de cualquier vacuna».
Con el 92% de la población española con la pauta de vacunación completa y, como consecuencia, el ritmo de vacunación en descenso, una de las salidas para estas vacunas podría ser la de la donación a otros países. Sin embargo, el departamento que dirige Carolina Darias ha recordado que la donación mediante el mecanismo COVAX no es posible con inyecciones «que estén próximas a caducar», por lo que todo parece indicar que la salida de estas dosis es la destrucción. De acuerdo con la reglamentación vigente, «cualquier vacuna caducada debe ser destruida como se haría con cualquier otro medicamento».
Más de un millón de vacunas de AstraZeneca, a la basura
De esta forma, si el Ejecutivo no consigue ‘colocar’ las 2.197.290 unidades a tiempo, 1.183.080 de dosis de AstraZeneca irán a la basura (hay que recordar que esta vacuna estuvo inicialmente acotada para los trabajadores esenciales menores de 55 años,). De igual forma, 482.090 de Janssen serán destruidas, 291.010 de Pfizer y 241.100 de Moderna.
El Ministerio de Sanidad también detalla el número de unidades devueltas por cada comunidad. Madrid y Andalucía suman prácticamente la mitad de todas las reintegradas: 591.270 la primera y 584.010 la segunda. Seguiría País Vasco (290.480); Comunidad Valenciana (239.400); Baleares (112.900); Cataluña (95.630); Galicia (86.100); Cantabria (57.750); Murcia (26.600); Navarra (18.100); Castilla y León (10.650); y Asturias (6.700). Por el contrario, La Rioja, Aragón, Canarias y Extremadura no habrían realizado ninguna devolución, según la información publicada en el Boletín Oficial de las Cortes Generales.
Por otro lado, desde el departamento de Carolina Darias añaden, sin entrar en detalles, que España, a fecha de 31 de marzo de 2022, cuenta con 15.125.517 dosis «en almacenes de manera temporal»: 11.871.092 de Pfizer; 2.544.060 de Moderna; 709.600 de AstraZeneca; y 765 de Janssen.
¿Cómo se explica este desperdicio?
Desde que comenzó la campaña de vacunación frente a la covid-19, 40,3 millones de personas (92,5%) habrían recibido la pauta completa. Más de 94,3 millones de dosis administradas que demuestran el éxito del programa de vacunación de nuestro país, siendo, prácticamente, líderes mundiales en cuanto a inmunización contra el coronavirus. Sin embargo, estos datos nos llevan a preguntarnos a qué se debe este desperdicio que podría acabar con más de dos millones de vacunas en la basura y, como consecuencia, también con más de diez millones de nuestra arcas desperdiciados (el precio para la dosis de AstraZeneca es de 1,78 euros, la de Pfizer es de 12 euros y la de Moderna de 18 euros, según reveló en sus redes sociales –aunque posteriormente eliminó– la ministra del Gobierno de Bélgica, Eva de Bleeker).
Así, respondiendo a la pregunta que encabeza este apartado, Sanidad, en otra respuesta parlamentaria, explica que la causa del retorno de esta cantidad «muy pequeña» de vacunas caducadas o próximas se debe a «la adecuación de la logística a los cambios en la estrategia de vacunación». «Los ritmos de vacunación pueden ser cambiantes, dificultando la estimación de las dosis necesarias en los puntos de administración», dice el escrito.
Por lo que, si se han descongelado vacunas porque se esperaba un uso temprano y luego no se han usado por un cambio en la estrategia, estas podrían quedar inutilizadas ya que el periodo de validez una vez descongeladas se acorta y, por otro lado, no pueden volver a ser congeladas. De manera general, las vacunas tienen unas condiciones de conservación particulares y la vida útil de estás están definidas en función de cómo se conserven. Por ejemplo, Moderna puede almacenar hasta seis meses a -20 grados centígrados; una vez descongelas, en condiciones normales de refrigeración, podrían aguantar los 30 días, señalan en su web; y el suero de Pfizer, se puede conservar hasta nueve meses a una temperatura de entre -60 y -90ºC.
