El sector andaluz de Podemos se planteó romper el pacto con IU: «Hubo una mano negra»
La dirección de la formación morada frenó el plan de ruptura de su aspirante candidato en las autonómicas del 19-J porque concluyó que «el gobierno vale más que Andalucía»
Una semana después del caos de la candidatura de Podemos, IU y Más País en Andalucía emergen más detalles que revelan la profunda desavenencia entre los sectores de la coalición. Este diario desveló el lunes que Alberto Garzón e Íñigo Errejón maniobraron -con el visto bueno parcial de Yolanda Díaz- para arrinconar, o incluso excluir de la candidatura unitaria, a Podemos. Pero los morados también tensaron la cuerda. Registraron a escondida una candidatura propia por si la sangre llegaba al río. Esa candidatura propia se limitó a un «farol», explican las fuentes consultadas, que insisten en que el plan de momento es ir de la mano de los aliados. Aunque desvelan que la dirección madrileña tuvo que intervenir para aplacar los ánimos del sector andaluz.
Andalucía no es un territorio cualquiera. Es una de las regiones más pobladas de España y feudo histórico de la izquierda. Todas las encuestas, sin embargo, revelan el cambio de ciclo. Los populares se impusieron en 2018 y todo apunta a que vuelvan a ganar el 19 de junio. El problema para Podemos y el PSOE es que las elecciones andaluzas tienen un sabor a mid-term (de medio mandato con respecto a la legislatura). De ahí que los morados no pueden permitirse fracasar estrepitosamente, tal y como ya ocurrió en Galicia, País Vasco, Madrid y Castilla y León.
Es un dentro o fuera, y así se percibe en varios sectores de Podemos. Aunque la dirección, enrocada en sus ministerios y en el llamado círculo de Galapagar, intenta achacar el agua como puede. ¿En qué se concreta esa estrategia? Así lo describen las fuentes consultadas: «Va a llegar un hostion y la clave será ver a quién se responsabilice del desastre?». Traducido en términos políticos: Podemos quiere que Yolanda Díaz se involucre en la campaña para que el resultado se asocie a su figura.
«El fin del gobierno de coalición»
En eso se mueve la dirección madrileña de Podemos que, por otro lado, nunca se ha creído la hipótesis de una ruptura con sus socios de IU en Andalucía. En el cuartel morado saben que «eso hubiera significado el fin de Unidas Podemos, y de ahí el fin del Gobierno de coalición». «El Gobierno vale más que Andalucía», zanjan desde Podemos para justificar por qué amagaron con ir en una lista propia, y hasta la registraron en las ocho provincias de la región, aunque finalmente se sumaron a Por Andalucía in extremis, sufriendo un presunto «error humano» de sus socios que les dejará sin subvenciones públicas.
Todo empezó con una recomendación de los morados a Yolanda Díaz para que convenciera a Alberto Garzón para que liderar la coalición en Andalucía, tal y como desveló este diario. El ministro de Consumo, sin embargo, se negó. No tiene ninguna intención de dejar la capital y el ministerio. «Su mujer trabaja en Madrid y él ya lo ha dejado claro, que solo se irá con un puesto de prestigio, por ejemplo en la Universidad», explican desde IU.
Se desconoce si fue Yolanda Díaz a pedir a Garzón que resolviera el embrollo andaluz, o si él se propuso para hacerlo. Lo cierto es que Garzón y sus emisarios se encargaron de ello. Entablaron conversaciones con los de Errejón, quienes empezaron a viajar a Sevilla y otras provincias. Entre los enemigos de Pablo Iglesias fue fácil entenderse en el nombre de Inma Nieto, una dirigente de IU que en Podemos tachan de «desconocida» y tal vez por ello perfecta para pilotar la transición hacia un sujeto político nuevo que, en los deseos de Garzón y Errejón, no cuente con Podemos como pilar.
Fue en ese momento que intervinieron los sectores más duros de Podemos Andalucía. Entre ellos el aspirante candidato del partido, Juan Antonio Delgado Ramos, que acababa de ganar las primarias de la formación. Delgado, según explican fuentes conocedoras de la negociación, se irritó profundamente cuando vio que Nieto se consolidaba como candidata. Y planteó presentar una lista propia.
La «mano negra»
«Tanto en IU como en Podemos operó una mano negra. Es decir, sectores duros de ambas formaciones que plantearon seriamente romper la negociación y que cada una se presentara con su lista», explican las fuentes consultadas. Los de IU y Más País, como mencionado, tenían cierto respaldo de sus líderes. En el caso de Podemos, en cambio, la dirección madrileña ordenó —con «generosidad», apuntó Isa Serra públicamente— a los suyos ceder.
Eso no significa que Podemos no tenía un plan b. Ese plan pasaba por dinamitar el pacto con IU, y estaba respaldado por el sector andaluz de Podemos. El problema es que la dirección morada entendió que esa ruptura significaba el fin del gobierno de coalición. O por lo menos la salida abrupta de sus ministras, Irene Montero y Ione Belarra.
Podemos cree que Pedro Sánchez no tiene ninguna intención de adelantar las elecciones generales. Con los presupuestos en el bolsillo, el socialista puede transitar con cierta tranquilidad hasta finales de 2023, para cerrar la legislatura en solitario. De ahí que la dirección decidió que había que sacrificar Andalucía. Y eso ocurrió. Podemos renunció al liderazgo de la coalición, fue humillado con un supuesto «error humano» de IU en la redacción de las listas y perderá los fondos públicos de las subvenciones.
Todavía quedan unos días para saber si finalmente Podemos se tragará finalmente el sapo, aunque todas las fuentes aseguran que no concurrirá por libre. Otra cosa será que no intente involucrar a Yolanda Díaz, para que si los comicios acaben en tragedia ella no pueda escabullirse tal y como ocurrió en Castilla y León. Frente a una herida interna más grande que nunca, la única certeza en Unidas Podemos es que nadie en Madrid querrá mancharse en el caso de una derrota. Y lo mismo piensa Yolanda Díaz.
