Guardias civiles advierten de la falta de agentes en Ceuta y Melilla: «Estamos en cuadro»
«El personal que estaba destinado en las fronteras está ahora reforzando otras brigadas y cubriendo huecos. La realidad es que ahora mismo no hay efectivos», critican los agentes
Dos meses después de que el Gobierno anunciase a bombo y platillo el fin de la crisis diplomática, España y Marruecos alcanzaron el pasado miércoles un acuerdo para reabrir las fronteras terrestres con Ceuta y Melilla, cerradas desde marzo de 2020. Entonces, el país vecino decidió cerrar los pasos a causa del coronavirus de manera unilateral. El próximo 17 de mayo será el día en que tendrá lugar la reapertura. Aunque será «gradual para garantizar la seguridad y la salud pública», dijo el ministro Fernando Grande-Marlaska.
Una «seguridad» no obstante que los agentes destinados en las ciudades autónomas ven difícil avalar. Fuentes de la Guardia Civil consultadas por THE OBJECTIVE advierten que la fecha en la que se abrirán los pasos es «muy precipitada» habida cuenta principalmente de la escasez de personal que existe en Ceuta y Melilla. No solo en el caso de las vallas, por donde saltaron miles inmigrantes el pasado marzo para acceder a la ciudad melillense. También en los pasos fronterizos. Por lo que, aseguran, será difícil «controlar» a las miles de personas que durante la próxima querrán entrar en territorio español, después de tantos meses.
«El personal que estaba destinado en las fronteras está ahora reforzando otras brigadas y cubriendo huecos. La realidad es que ahora mismo no hay efectivos. Estamos en cuadro», denuncian guardias civiles. El principal problema, sostienen, son «las unidades fantasma». Unidades de nueva creación donde los agentes van comisionados, que no destinados. De este modo, «las plazas que dejan en su destino anterior no se pueden cubrir porque están comisionadas».
Déficit de efectivos
Un ejemplo de esto, precisamente, es la valla de Melilla. En este punto, hay 100 guardias civiles destinados, pero la mitad están comisionados en otros puestos. Por lo que quedan 50 agentes para la vigilancia del perímetro, divididos, claro, en distintos turnos. «Nada más», critican las fuentes consultadas. En Ceuta, en cambio, ni siquiera hay una unidad adscrita a la calle. Lo que implica que, si ocurre algún hecho grave, se precise de más agentes, normalmente patrullas de seguridad ciudadana que llegan desde otros puntos de España.
Un escenario que se enmarca en el déficit de personal que ya de por sí sufre la Benemérita. La Guardia Civil tiene sin cubrir 10.000 plazas en todo el país, según el catálogo de puestos del Cuerpo. Pese a que el ministro del Interior ha anunciado el refuerzo de las plantillas de Policía y Guardia Civil, los agentes critican que se trata de una medida temporal: «Lo que necesitamos son más refuerzos siempre».
En reiteradas ocasiones, tanto las asociaciones de guardias civiles como los sindicatos policiales han reclamado directamente la implantación de unidades de antidisturbios en Melilla y el refuerzo de otras unidades policiales. Entre ellas, brigadas de Extranjería y de Policía Científica ante el aluvión de trabajo que se produce cuando hay saltos en las vallas. Pero sobre todo «para garantizar la seguridad de las ciudades autónomas, que cuentan con casi 200.000 habitantes». Una cifra que, en cualquier caso, se supera con creces cuando las fronteras están abiertas.
Por su parte, la asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) ya pidió a finales de abril al Gobierno de Pedro Sánchez que «estudiase desplegar al Ejército» para «reforzar y garantizar la seguridad» de los vallados y pasos fronterizos de Ceuta y Melilla. Según esta entidad, en ambas ciudades autónomas hacen falta «no menos de 200» efectivos adicionales de la Benemérita ante la posibilidad de que el restablecimiento del tránsito de personas y vehículos con Marruecos «se vea acompañada de nuevos saltos de miles de migrantes subsaharianos».
Obras en Ceuta
En primer lugar, entre la noche del lunes y el martes próximo, se abrirán los pasos de El Tarajal, en Ceuta, y de Beni Enzar, en Melilla, solo para los los ciudadanos y residentes de la Unión Europea y para aquellas personas autorizadas a circular en espacio europeo. Entre las dos ciudades, la reapertura supondrá un verdadero problema para la ciudad ceutí puesto que sus pazos fronterizos están inmersos en obras de reacondicionamiento. La frontera ahora mismo es intransitable para vehículos en algunos puntos.
Cuando comience junio, se permitirá el tránsito de los transfronterizos, ciudadanos marroquíes con autorizaciones de trabajo en ambas ciudades autónomas con su documentación en vigor. En todos los casos, el acceso estará sometido a los requisitos sanitarios sobre vacunación contra la covid-19, según apuntó el Ministerio del Interior. Quienes quedan fueran del acuerdo entre España y Marruecos son los residentes de Nador y Tetuán, ciudades próximas a Melilla y Ceuta que hasta marzo de 2020 tenían permitido el acceso a territorio español sin necesidad de visado.