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Rusia aboca al cierre del Cervantes de Moscú al incluir a su director entre los 27 expulsados

La declaración de Juan Carlos Vidal como ‘persona non grata’ compromete el inicio de los cursos en septiembre

Rusia aboca al cierre del Cervantes de Moscú al incluir a su director entre los 27 expulsados

El embajador de España en Rusia, Marcos Gómez, tras recibir la lista de 27 expulsados. | EFE

Rusia ha incluido en la lista de los 27 diplomáticos españoles expulsados al director del Instituto Cervantes en Moscú, Juan Carlos Vidal, a quien ha dado 15 días para abandonar el país, según desvelan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE. Este hecho podría desencadenar el cierre del centro por parte del Gobierno español, tal y como han pedido los sindicatos a la institución que dirige Luis García Montero desde que empezó la invasión rusa de Ucrania.

El 2 de marzo, una semana después de que estallasen las hostilidades, los cuatro sindicatos remitieron a García Montero un correo conjunto en el que se posicionaron a favor de cerrar el Cervantes de la capital rusa, donde en la actualidad hay 680 matrículas abiertas para alumnos rusos. Cada uno de ellos paga una media de 2.000 rublos mensuales (unos 25 euros) por las clases en castellano que se están dando por vía telemática.

En la actualidad, nueve de los diez profesores del Cervantes de Moscú ya están en España y el que se ha quedado en la capital rusa lo ha hecho por razones personales. La sede moscovita, propiedad del Estado español, permanece cerrada desde hace meses por culpa del coronavirus, así que las clases se imparten de forma on-line.

Se da la circunstancia de que el centro cumple este año dos décadas, ya que fue inaugurada en 2002 por el entonces príncipe Felipe con ocasión de los 25 años de las relaciones diplomáticas entre España y Rusia. Tiene un presupuesto en 2022 que asciende a 1,9 millones de euros, según El Confidencial.

Gesto inamistoso con el Cervantes

La expulsión del director del Cervantes compromete seriamente el inicio de los cursos en septiembre, según las citadas fuentes, ante el gesto inamistoso del régimen de Vladimir Putin al descabezar la dirección del centro. Fue una de las sorpresas de la lista que el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso entregó el miércoles al embajador español, Marcos Gómez.

A primera vista, la expulsión fue simétrica ya que España había declarado ‘persona non grata’ a 27 funcionarios rusos que trabajaban con estatus diplomático en Madrid. Sin embargo, no fue tal. El departamento de José Manuel Albares echó a principios de abril a 22 diplomáticos rusos y cinco técnicos con pasaporte de servicio, mientras que Moscú expulsó a 12 diplomáticos y 15 con pasaporte de servicio entre los que se encontraban el grueso de los contratados locales españoles.

Varios de los diplomáticos que se salvaron de la expulsión, al margen del citado embajador, fueron el ministro consejero, Agustín Núñez, los consejeros de Asuntos Políticos, Javier Blanco y Tamara Zabala, así como los cónsules generales en Moscú, María Isabel Vicandi, y San Petersburgo, Félix Valdés. Se da la circunstancia de que Núñez y Vicandi están casados.

Pero el Ministerio de Asuntos Exteriores que dirige Serguéi Lavrov se cebó con el consulado español de Moscú, uno de los que mayor gestión de visados tiene en el mundo. El Gobierno ruso mantuvo a la cónsul, pero echó a los dos diplomáticos que trabajan con ella, así como al canciller y a cinco administrativos de la oficina.

En el consulado de San Petersburgo se dio una situación parecida. Las autoridades rusas dejaron en su puesto a Valdés cuando le quedan apenas unos meses para jubilarse, pero echaron al canciller y al jefe de visados. Así que los dos consulados han quedado laminados y con problemas de personal para atender tanto a los españoles como a los rusos.

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