Las bases de Izquierda Unida en Andalucía piden dimisiones tras el fracaso del 19-J
La militancia centra el tiro en los líderes regionales y el secretario general del PCE. Admiten que el fracaso también es culpa de Yolanda Díaz
La militancia de Izquierda Unida más cercana al Partido Comunista de España en Andalucía está en pie de guerra. El resultado de las autonómicas del pasado domingo, con tan sólo cinco diputados elegidos tras una confluencia instrumental con Podemos y el partido de Íñigo Errejón, no convence. Exigen dimisiones y señalan tanto a la cúpula andaluza como al secretario general del PCE, Enrique Santiago.
El problema que destacan las bases de IU es que de los cinco elegidos el domingo, tres son de Podemos. Esto significa que serán ellos los que podrán contratar asesores y afines, dejando a la formación de izquierda que lidera Alberto Garzón casi sin recursos.
Solo Inma Nieto, la candidata, responde a la nomenclatura del partido de Garzón. Podemos ha logrado tres escaños, en Cádiz, Granada y Córdoba, señalan las fuentes consultadas. El quinto elegido responde a Más País. Esto equivaldría al 60% de los fondos públicos que se van a recaudar tras las elecciones.
El malestar es enorme porque las bases de IU, y sobre todo las del PCE de Andalucía, creen que los militantes de Podemos casi no han aparecido en campaña. El partido de Iglesias e Irene Montero no les movilizó, tal y como desveló THE OBJECTIVE. Y todo el trabajo lo hicieron inscritos y simpatizantes de IU.
¿Un cese trampa?
De ahí que internamente se empieza a hablar de dimisiones. Algunos sospechan que el cese fulminante de la jefa de gabinete de Irene Montero, Amanda Meyer, formalmente adscrita a IU y el PCE-A, fue una trampa para encubrir un pacto con Podemos. Esta tesis convence solo en parte, puesto que los morados manifestaron su malestar con Yolanda Díaz por cómo gestionó la negación de las listas electorales.
Miembros de las bases de IU, no obstante, creen que otros dirigentes deberían dar un paso al lado. En el ojo del huracán se encuentra Toni Valero, líder regional del PCE. Pero también miembros del equipo de Irene Montero adscritos a la misma familia política, como Toni Morillas, Clara Alonso y hasta Carlos Sánchez Mato.
La sensación que perciben los que protestan es que IU en Andalucía está vendiendo su capital político para asegurar los cargos de un puñado de dirigentes de su cúpula.
Yolanda Díaz debilita a Sánchez
Otro capítulo atañe a Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo esquivó todo tipo de relación con el resultado electoral de Andalucía. Aunque tanto en Podemos como en IU saben que «fue ella quien eligió a la candidata» Inma Nieto. Y que, por lo tanto, el fracaso es también suyo.
Como publicó este diario, el resultado de Por Andalucía fue tan pobre que se quedó incluso por debajo de las peores marcas de los años 2000, 2004 y 2008, cuando Cayo Lara y Gaspar LLamazares lideraban la formación. Entonces, IU llegó a los seis diputados, mientras que está vez se ha quedado con cinco.
Cabe señalar que en 2015 la suma de IU y Podemos alcanzaba los 20 representantes, y que en 2018 la coalición obtuvo 17 escaños. Ahora Por Andalucía tiene cinco, y los anticapitalistas solo dos. El fracaso es sin duda histórico.
El malestar crece, además, porque se dijo al principio de la campaña que Por Andalucía podía alcanzar hasta 10 diputados. La tendencia demoscópica reveló que la situación era más difícil de lo previsto, y tanto Nieto como la propia Yolanda Díaz empezaron a atacar a Teresa Rodríguez para evitar un sorpasso o empate técnico de Adelante Andalucía.
Ahora, con la izquierda alternativa más débil que nunca, en IU asumen que el problema es de la cúpula regional, pero también de Yolanda Díaz e incluso de Pedro Sánchez. El modelo de coalición sellado por él y Pablo Iglesias está restando votos en todos los territorios. Y todo apunta a que si esto sigue así, los socialistas pueden olvidarse de revalidar el Ejecutivo en 2023.