Las pateras en Canarias y los saltos en Melilla revelan el fracaso de la distensión con Rabat
Este viernes, 2.000 personas de origen subsahariano intentaron saltar la valla melillense. En Canarias, la inmigración es un 50% mayor respecto al año pasado
El asalto masivo de inmigrantes de origen subsahariano a la valla de Melilla que se produjo a primera hora del pasado viernes, junto al gran número de cayucos procedentes de Marruecos que no han dejado de llegar en los últimos meses a las costas canarias, confirman el fracaso del acuerdo para el control migratorio que hace poco más de tres meses rubricaron Madrid y Rabat, a cambio del apoyo del Gobierno de Pedro Sánchez al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental.
El cambio de posición de España en favor del Reino de Marruecos no ha tenido ningún efecto positivo en la gestión de los flujos migratorios. Ni en el Atlántico, ni en las fronteras terrestres con Ceuta y Melilla, tal y como se pudo advertir en la pasada jornada. Un objetivo al que el propio Sánchez hizo mención en la carta que envió al rey marroquí, en la que daba comienzo una nueva etapa de entendimiento entre ambos estados.
El líder del Ejecutivo insistía en «renovar y profundizar la relación privilegiada» entre los dos «países hermanos, en un espíritu de estrecha concertación» y en «reiterar nuestra determinación para afrontar juntos los desafíos comunes, especialmente la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo y el Atlántico, actuando siempre con un espíritu de total cooperación y restablecer la plena normalidad en la circulación de personas y bienes, en beneficio de nuestros pueblos».
Cinco muertos y 322 heridos
Sin embargo, las resultados hasta ahora dicen lo contrario. En la mañana de este viernes, alrededor de 2.000 inmigrantes intentaron saltar la valla melillense, lográndolo finalmente 130 de ellos tras romper con una cizalla la puerta de acceso del puesto de control fronterizo del Barrio Chivo (Melilla), según informó la Delegación del Gobierno. Un asalto, indicaron las mismas fuentes, organizado y en el que los subsaharianos se emplearon con violencia para tratar de entrar en territorio español. Y que terminó 49 guardias civiles e inmigrantes heridos.
En el lado marroquí, las consecuencias terminaron por ser letales. En su afán por llegar a la ciudad autónoma, según informó Efe citando a fuentes locales de Nador, 18 inmigrantes murieron tras enfrentarse con las fuerzas de seguridad del país vecino. Se cree que bien fue en un momento de estampida de la masa, o bien tras caer cuando estaban escalando la valla. El balance del enfrentamiento dejó también a 76 subsaharianos heridos, y 140 entre los policías marroquíes. No obstante, tras trascender un vídeo en el que pueden verse a decenas de inmigrantes inmóviles en el suelo, se cree que el número de víctimas pueda ascender.
Llama la atención, en cualquier caso, que este nuevo asalto se produzca tan solo una semana después de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se reuniese en la sede de su departamento con su homólogo marroquí. Un encuentro en el evidenciaron la buena relación entre ambos países y en la que abordaron la operación del Paso del Estrecho, que comenzó el 15 de junio después de dos años interrumpida por la pandemia y la crisis bilateral.
«Escasa voluntad demostrada»
Para los expertos en diplomacia y seguridad, consultados por este periódico, es temprano vaticinar si detrás de esta oleada de inmigración puede haber algún mensaje de Marruecos a España. Lo que sí afirman es el hecho «de que se haya producido tan pronto sí debe sorprender, principalmente porque el Gobierno se encuentra actualmente muy presionado —se refiere al conflicto con Argelia por el Sáhara Occidental— y resulta extraño que Marruecos no facilite el camino a las autoridades españolas en este momento», reflexionan.
En cualquier caso, prosiguen las fuentes consultadas, «esta situación aporta información interesante de la poca atención que las autoridades marroquíes han otorgado a su propio compromiso con España. Si unimos la incompetencia con la escasa voluntad demostrada en cumplir con los compromisos, tenemos una decisión política que muestra cuál va a ser el camino a partir de ahora…», concluyen.
Canarias
En Canarias, el panorama tampoco ha cambiado. Desde que Pedro Sánchez anunció el cambio de postura con el país vecino, a mediados de marzo, 2.700 inmigrantes irregulares han arribado a las costas canarias, según los últimos datos del Ministerio del Interior.
Aunque este dato refleja que la llegada de ciudadanos africanos al archipiélago se ha relajado si se compara con los dos primeros meses del año, cuando arribaron 5.496 inmigrantes, la recepción de migrantes por vía marítima en territorio español a través de Canarias desde las costas marroquíes se ha incrementado un 50% en los primeros cinco meses de 2022 (8.268), con respecto al mismo periodo del año anterior (5.494). En este línea, fuentes policiales desplegadas en esta comunidad autónoma señalan a THE OBJECTIVE que el giro del Sáhara «apenas se ha notado» en la llegada de cayucos a las islas.
Siguen siendo una constante, insisten estas mismas fuentes. En los últimos dos meses y medio, el mayor pico en la recepción de inmigrantes en la comunidad autónoma canaria se registró entre el 27 y 29 marzo, dos semanas después del giro del Ejecutivo con el Reino de Marruecos. En cuestión de 72 horas, 350 inmigrantes llegaron al archipiélago a bordo de distintas embarcaciones tras ser rescatados por Salvamento Marítimo. Estos ciudadanos, la mayoría de origen saharaui y magrebí, habían partido desde el mismo punto, la ciudad costera de Tarfaya (Marruecos).
Durante el segundo fin de semana de mayo, también llegaron tres cayucos a Gran Canaria y dos a Lanzarote, embarcaciones que transportaban a un total de 160 migrantes, entre ellos un fallecido. Todos ellos eran de origen magrebí y saharaui, por lo que se dio por supuesto que habían partido también de la mencionada ciudad marroquí.